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España plantea en Europa un 'erasmus' en cada nivel educativo

Las autonomías fijan criterios en Valencia ante la cita de Bruselas

España defenderá ante la Unión Europea "la ampliación del programa Erasmus (de movilidad estudiantil y docente) a todas las etapas formativas" en 2007. Ésta es una de las iniciativas que los técnicos autonómicos fijaron ayer en Valencia de cara al Consejo de Ministros del, que se celebra en Bruselas el 14. La decisión final, no obstante, se adoptará hoy en la comisión general del Ministerio de Educación.

La extensión de un erasmus para cada etapa formativa supone, en la práctica, ampliar y profundizar en los cuatro subprogramas específicos establecidos ya para cada etapa formativa que funcionan con éxito: el Comenius, para educación primaria y secundaria; el Erasmus, centrado en la educación superior; el Leonardo Da Vinci, que impulsa la educación profesional; y el Grundvig, para formación de adultos.

La propuesta española -siempre según la iniciativa planteada por la Generalitat Valenciana que este semestre lleva la voz cantante de la coordinación entre las 17 comunidades autónomas- contiene también una apuesta decidida por la "cooperación española en materia de Formación Profesional", haciendo especial énfasis en la Formación de Personas Adultas.

La estrategia, según fuentes de la consejería valenciana, busca homologar la formación básica profesional del ciudadano europeo, partiendo de la actual complejidad sociolaboral que ya de por sí supone la multiplicidad de sistemas nacionales de formación entre los propios socios de la UE, y aunada ésta "al cambio demográfico producido por el incremento de personas mayores sin formación homologable y de ciudadanos inmigrantes que viven y trabajan en Europa".

Frente a este mapa multicultural, la propuesta discutida ayer plantea la adopción de un Marco Europeo de Cualificaciones que "amplíe los cinco niveles de formación (en función del título académico alcanzado por los alumnos) a ocho niveles (en función de las competencias laborales que tenga)". Se trataría, según las mismas fuentes de "favorecer la validación del aprendizaje formal" y "la transferencia de cualificaciones entre distintos países y sistemas de formación", flexibilizando la actual fórmula de certificación académica.

Para ello, haría falta un acuerdo Marco Europeo de Competencias, que fijara los mínimos establecidos para homologar la cualificación en función de criterios como la competencia en lengua materna y extranjeras, en matemáticas y tecnología básica, a nivel digital o el espíritu de empresa.

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Discrepancias europeas

No obstante, el caballo de batalla más difícil ante los socios de la UE está en las divergencias entre países a la hora de optar o no por la creación de un Instituto superior de Tecnología, que fomente la formación de licenciados, doctores, investigadores o tecnólogos "para evitar la fuga de cerebros de Europa".

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