El coche (de lujo) era un cacharro
Una mujer logra probar que el Mercedes seminuevo que le vendieron tenía 70.000 kilómetros
María Dolores Tenorio ha hecho lo que nadie hace: notó que su coche no era tan bueno, ni nuevo, como le habían prometido y se fue con él a un perito y a un centro oficial de diagnosis. Rápido confirmó lo que ya intuía, que le habían dado gato por liebre: el coche era más antiguo de lo pactado y, además, tenía el cuentakilómetros trucado. Cuando se dio cuenta, ya lo había pagado íntegramente (27.500 euros) y el concesionario no quería saber nada. Aunque el cuentakilómetros del coche marcaba 17.500 kilómetros cuando lo retiró del concesionario, los peritos han certificado que en realidad el vehículo tiene casi 70.000. El asunto está en manos de la justicia, que investiga una supuesta estafa.
El vehículo, que ya ha pagado en su totalidad, le costó 27.500 euros
María Dolores Tenorio tardó poco en cerciorarse de que el vehículo que acababa de comprar, un Mercedes-Benz, C-220 Sport Cupé, hacía ruidos extraños. Y que no era tan flamante como le había descrito el comercial del concesionario. Además, parte de los extras, que según el contrato de compraventa debía llevar el vehículo, se habían esfumado.
María Dolores se sintió estafada y pidió que le devolvieran su dinero o que le dieran un coche acorde con lo pactado. "Fui al concesionario con el perito y nos echaron de allí de muy malos modos", recuerda. Entonces utilizó la única salida que le quedaba: denunció ante la Oficina Municipal de Información al Consumidor y ante los tribunales, donde hay abierta una investigación desde hace cinco meses. Entre averías y abogados, lleva ya gastado casi 6.000 euros, aparte de los 27.500 que le costó el vehículo.
El comercial del concesionario que le vendió el coche, Motor 350, de Madrid, le había hablado maravillas del turismo. Era un vehículo de segunda mano -una suerte de kilómetro cero-, pero de los de lujo. Según el contrato de compraventa, el coche tenía climatizador automático, llantas de aluminio, asientos eléctricos calefactables, airbag trasero, teléfono y techo solar. "No tenía ni teléfono ni techo solar", explica Maria Dolores, que necesitaba un buen coche para desplazarse de Madrid a Toledo.
A la firma del contrato, el 10 de diciembre de 2004, pagó 15.000 euros en efectivo. Su coche, un Volkswagen Vitesse, lo entregó al concesionario, que lo tasó en 10.000 euros. Cuando retiró el coche del concesionario, pagó el resto. En total, 27.500 euros.
Al poco de empezar a conducir el vehículo, notó, cuenta, que tenía "disfunciones en el motor, ruidos". Fue al concesionario y pidió explicaciones. "Pero no me las dieron y me echaron de allí", comenta.
María Dolores no se resignó. Contrató a un perito de coches y éste lo llevó al Centro de Diagnosis de Vehículos de la Comunidad de Madrid. Los mecánicos de este servicio oficial localizaron 11 errores en febrero de 2006. En el citado centro, comprobó que el coche había pasado allí una revisión en 2001 y que entonces tenía 36.000 kilómetros, afirma María Dolores, indignada, "Me vendieron el coche a sabiendas de que los kilómetros que figuraban en el cuadro de mandos no eran reales", agrega. Según los peritos, el vehículo tenía casi cuatro veces más kilómetros. En concreto, 60.906.
La mujer ha tratado de devolver el coche y que le restituyan su dinero. En el contrato de compraventa, se indica que el cliente "podrá renunciar a la compra del vehículo y recuperar la totalidad del dinero entregado (..,) por falta de concordancia entre las características técnicas". El perito, en concordancia con los mecánicos oficiales, señala que el coche tenía "disfunciones en el mando de luces y que los extras no constan instalados".
Según este experto, "el importe que corresponde al precio de venta en cuanto al vehículo, de ninguna manera se corresponde con el precio medio de mercado"; y, más aún, cuando los kilómetros son falsos. Sostiene que el concesionario ha faltado "a la ética profesional y que el vendedor debió informar a la compradora de la realidad, de los kilómetros y de su estado". El vehículo no presenta "el estado de conservación y mantenimiento" inherente a los kilómetros que indica el cuadro de mandos, por lo que "la vendedora ha cometido un posible enriquecimiento ilícito que para nada se ajusta a la Ley 23/2003 de objetos puestos al consumo", según el informe pericial en poder del juzgado.
El juez, según María Dolores, ya ha tomado declaración al dueño del concesionario, cuya versión intentó, sin éxito, conocer este periódico. Éste ha indicado al juez que María Dolores se ha quedado con el coche que ella misma eligió. Destacó que no entendía la denuncia y que incluso el concesionario le regaló un ramo de flores el día en que se llevó el coche. Añadió que la relación con esta cliente había sido cordial y que incluso le facilitó su teléfono móvil. También comentó que la venta la había realizado un agente externo. "Quien a mí me vendió el coche fue un directivo del concesionario, y así lo he demostrado ante el juez", señala María Dolores. "Quiero mi dinero o el coche que pacté".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.