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CUARTO PLAN PARA LA IGUALDAD | Consejo de Gobierno

Actuaciones para que las mujeres ganen poder social y económico

El cuarto Plan para la Igualdad entre Hombres y Mujeres vuelve a insistir en las bases que sustentaron los anteriores, pero esta vez cuenta con el respaldo de la Ley de Igualdad. Se trata del primer plan tras la aprobación de dicha ley en febrero del año pasado, lo que ha permitido a sus redactores elaborarlo con un mayor nivel de concreción y dando prioridad a una serie de objetivos. El plan, cuya filosofía se resume en "luchar activamente contra la discriminación que sufren las mujeres en la sociedad en todas las esferas de la vida", recoge las directrices que deben orientar la actividad de los poderes públicos de Euskadi en materia de igualdad durante la presente legislatura.

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En primer lugar, el documento emplaza a las administraciones a que elaboren sus propios planes, donde concreten los plazos y recursos con los que contribuirán a la igualdad. El plan se articula en torno a cuatro pilares estratégicos: la participación sociopolítica de las mujeres, la conciliación y la corresponsabilidad en las labores domésticas, la lucha contra la violencia doméstica y la consideración sistemática a la hora de elaborar las políticas públicas de las diferentes aspiraciones de hombres y mujeres.

En cuanto a la participación sociopolítica, el objetivo es que las mujeres vayan "ganando poder" y fortaleciendo su posición social, política y económica. El último estudio de Emakunde, el Instituto Vasco de la Mujer que dirige Izaskun Moyua, refleja que el salario medio percibido por los hombres supera en 6.000 euros anuales al de las mujeres. La diferencia varía según la franja de edad que se compare, siendo mayor entre las personas más jóvenes (menores de 20 años) y a partir de los 40. La brecha se extiende desde los 3.000 hasta los 10.000 euros, que se corresponde con la franja de edad de los 50 a los 59 años. Las diferencias más grandes se dan en el sector servicios. Un mayor nivel de estudios no garantiza necesariamente, según los datos de este informe, la desaparición de las diferencias salariales. De hecho, en algunos sectores como la industria estas diferencias se incrementan.

Sobre la conciliación y la corresponsabilidad, el primer Plan para la Igualdad persigue una "nueva forma" de organización social, basada en un reparto equilibrado del trabajo, en la que hombres y mujeres se responsabilicen "por igual" del trabajo doméstico y del trabajo productivo. "Se trata de conseguir una sociedad que concede tiempo y otorga valor social y económico al conjunto del trabajo". Uno de los caballos de batalla de la igualdad reside en el hecho de que las mujeres, a diferencia de lo que pasa con los hombres, tengan que soportar una doble jornada de trabajo: una en su empresa y otra más en casa.

Respecto a la violencia conyugal, apela al establecimiento de medidas urgentes para erradicar esa lacra y establece los recursos que se deben destinar a la protección y la atención a las víctimas.

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En la elaboración de este plan ha participado un grupo asesor, formado por expertos en políticas de igualdad y con experiencia en la aplicación de las mismas en la Administración. En total, el documento contiene 32 programas, 69 objetivos y alrededor de 600 acciones que el Ejecutivo no especificó ayer.

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