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Mercé 2006

Silencio en la catedral

arcelona

Como ya es norma en la fiesta mayor barcelonesa, el día amaneció nublado, lloviznó en algunos momentos y la noche amenazaba lluvia. Con ese panorama, no es de extrañar que la plaza de Catalunya, lugar de llenazos históricos en los últimos años, estuviera prácticamente vacía cuando, a las 22.00 horas, el bueno de Llibert Fortuny puso en marcha todos sus artilugios electrónicos mientras soplaba con su saxo alto y conseguía sonar como toda una orquesta. Fortuny no estaba anunciado, era simplemente el presentador, pero también es lógico que un saxofonista acuda con su saxo. Tras esa pequeña demostración de ritmo, Llibert Fortuny leyó un pequeño manifiesto para la apertura de miras musicales y presentó el espectáculo Accent obert, que ha ideado el cantautor Roger Mas y que, como finalmente no llovió, iba a ocupar el inmenso escenario durante las siguientes dos horas.

Accent obert propone cuatro miradas sobre el mundo de la cançó actual. Destacó la de Marc Parrot con su desinhibición habitual y su dominio escénico. En ese momento la plaza ya mostraba una presencia de público bastante mayor, pero sin agobios. Antes de que Accent obert ocupase el escenario, la gente del grupo Cantautar había ofrecido en un lateral su personal homenaje a la nova cançó, incluso con una versión de L'estaca en clave danzante. Una visión simpática, pero todavía un poco verde.

Mientras Mazoni, que abrió Accent obert, luchaba contra una cierta soledad, en la plaza de la Catedral Pitingo tenía bastante más suerte. Todas las sillas colocadas ante la fachada del templo estaban llenas y muchos curiosos se detenían a escuchar atraídos por la magia que salía simplemente de una voz y una guitarra. Y no era para menos: Pitingo es un recién llegado, pero sin duda no se equivocan los que ven en él a una de las grandes voces del flamenco no ya venidero sino también actual.

Fue un acierto programarlo en la catedral, donde pudo demostrarlo ampliamente. Acompañado por la sabiduría guitarrística de Juan Carmona, el de Huelva pertrechó un gran concierto que acalló las ganas de fiesta ruidosa de algunos paseantes y consiguió en algunos momentos un silencio total.

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