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Reportaje:

Mercedes se guarda una carta

La multinacional anuncia despidos en vísperas de las elecciones sindicales y a seis meses de negociar el convenio

Pedro Gorospe

La multinacional Daimler Chrysler ha ganado la primera batalla de la futura negociación del convenio colectivo en la planta de Vitoria. Con una filtración sobre sus intenciones de reestructuración -que puede afectar hasta al 20% de la plantilla entre 400 y 700 empleados- ha colocado sobre la mesa de los sindicatos el menú para los próximos meses: De entrada numerosos despidos en oficinas y administración, aunque, de momento no traumáticos.

En una entrevista que el viernes celebró el comité de empresa con el director de la planta, Armando Gaspar, este pidió tranquilidad. Negó que la filtración hubiera salido de la dirección, pero confirmó que además de adelgazar la nomina de ejecutivos y administrativos en Vitoria y Barcelona, hay que hacer más competitiva la cadena de montaje. Sin embargo, se reservó para el futuro la carta en la que figura el número de afectados.

"La empresa quiere condicionar los resultados de las elecciones sindicales"

El movimiento de la multinacional, que ni sindicatos ni patronal consideran "casual" se produce en vísperas de las elecciones sindicales y a escasos seis meses del comienzo de la negociación del convenio. Un plan de reestructuración que va a durar hasta 2008, y que por lo tanto condiciona el próximo convenio cuya duración será hasta 2009, si se cumplen las solicitudes de la multinacional que prefiere convenios largos.

Además, este convenio y las formas de su negociación, van a ser de vital trascendencia para el futuro de la planta ya que en 2009 ó 2010, Daimler Chrysler decidirá si Vitoria producirá un nuevo modelo de vehículo. Es decir, si potencia Vitoria con nuevas inversiones para montar el nuevo coche o furgoneta para los próximos diez años, o si la planta alavesa empieza a languidecer como en su día ya hiciera Barcelona.

Fuentes de la compañía dan por bueno el dato de que hasta 2014 la continuidad de la producción del Vito y Viano está garantizada. Pero no hay nada más allá de esa fecha.

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Hablar de Mercedes en Vitoria es fundamental desde el punto de vista del empleo en la provincia. En la actualidad emplea a 3.400 personas según datos de la empresa. Pero es que ha invertido 800 millones de euros -el 5% son ayudas públicas- desde el año 2000, y representa en torno al 4% del PIB del País Vasco. Sus exportaciones, que en 2002 representaban el 11% de todas las de Euskadi, se acercan ya al 12%, según estimaciones oficiosas de SEA.

La patronal cree que presentar los planes empresariales para los próximos años, sobre todo garantizando la producción hasta 2014, es un ejercicio "de transparencia".

UGT, que preside el comité de empresa, sostiene, sin embargo, que el principal objetivo de la filtración y posterior confirmación de los despidos, es "condicionar las elecciones" sindicales. "La empresa va a vincular los resultados de las elecciones sindicales a la gestión que cada sindicato haga de los planes empresariales de reestructuración", aseguró un portavoz.

Con la experiencia del éxito del convenio de eficacia limitada que se firmó en 2003 con la oposición de ELA, la empresa va a obtener mucha información para afrontar el convenio, cuyas conversaciones deberán comenzar inmediatamente después.

Otras fuentes sindicales interpretan que la dirección de la multinacional quiere matar dos pájaros de un tiro y está "mostrando sus cartas" para evitar una negociación colectiva movida. En 2003, en plena celebración del 50 aniversario, Mercedes amenazó con llevarse la producción fuera de Vitoria. Varias huelgas y cierta conflictividad en la planta crisparon los ánimos hasta que al final el 99% de la plantilla firmó un convenio de eficacia limitada. Fueron unas bodas de plata agridulces pero al final los trabajadores descartaron la estrategia de ELA, que perseguía armar un conflicto largo, duro y ejemplarizante.

Lo cierto es que la elaboración de un plan de medidas para mejorar la competitividad ya fue anunciado por la matriz en 2004. Se trataba de modificar rutinas y esquemas laborales con el objetivo de seguir siendo rentables en un mundo en el que muchos de sus competidores ya se han deslocalizado hacia zonas del mundo con costes laborales más bajos.

Una dinámica que la multinacional alemana ha hecho suya. En agosto del pasado año Daimler Chrysler cerró con China un acuerdo para producir 25.000 vehículos al año en Pekín. Producción pequeña si se compara con la anual de Sil-denfingen y Bremen, donde se fabrican más de medio millón de vehículos al año. La reducción de costes es espectacular. Mercedes también ha abierto la veda de la producción barata.

A por 100.000 anual

El corto y el largo plazo están reñidos en Mercedes. Los sindicatos saben que la planta de Vitoria es vulnerable en los meses con picos altos de producción y con mayor demanda de los concesionarios.

Pero esa estrategia de conflictos puntuales puede hacer que Alemania pierda la confianza en la planta de Vitoria, como ya sucedió en 2003 cuando varias huelgas impidieron el suministro a los concesionarios en plena salida al mercado del nuevo modelo.

El comité de empresa tiene ante si un reto para conciliar presente y futuro, sobre todo cuando la dirección también ha confirmado que quiere bajar el número de horas que cuesta producir cada vehículo, desde las actuales 60 a 45.

En 2005 Mercedes produjo 91.008 furgonetas, 1.592 menos que en 2004, pero la planta tiene capacidad para llegar a las 100.000 anuales. Lograr ese techo era uno de los objetivos que se marcó el director de la planta Vitoriana, Armando Gaspar cuando sucedió en 2004 a Volker Heuer.

Al no poder rebasar esa cifra Mercedes busca mantener la producción pero con menos personal.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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