Los aparatos 'apagados' consumen hasta un 10% de la electricidad de un hogar
El gasto eléctrico de un módem o el descodificador de TDT puede llegar a los 10 euros anuales - Desde el año 2001, la Unión Europea tiene un código de conducta para reducir energía, pero no es de obligado cumplimiento
Guerra al stand by, guerra al power. Apague esas pequeñas lucecitas que permanecen iluminadas aun cuando el electrodoméstico no esté en activo.
Puede parecer extraño que el vídeo o el lector de DVD, el ordenador o la impresora, e incluso los cargadores de baterías del MP3 y el móvil gasten electricidad aunque estén apagados o no tengan nada conectado. Si están enchufados a la corriente, seguro que consumen energía, porque funciona la fuente de alimentación. Es lo que se conoce como consumo en modo de espera o stand by. Según la Agencia Internacional de la Energía, el consumo de los aparatos en modo de espera es responsable del 5% al 10% del total de la electricidad consumida en la mayoría de los hogares y de un importe desconocido en oficinas, comercios y fábricas. Prácticamente todos los electrodomésticos, aparatos audiovisuales, equipos informáticos y cargadores de baterías llevan una fuente de alimentación o adaptador de corriente que convierte la corriente alterna en continua y después la transforma a la intensidad y tensión adecuadas a cada aparato. Generalmente, esta fuente de alimentación no se desconecta al apagar el aparato y sigue consumiendo electricidad. Su potencia va desde medio vatio a más de 20 vatios, con lo que, si se mantiene todo el año enchufada, cuesta de medio euro a 20 euros aproximadamente. Aparte, el gasto del aparato cuando está encendido y realmente cumple su función.
El consumo eléctrico en modo de espera es muy variado. Depende no sólo del tipo de dispositivo, sino de su fecha de fabricación y del empeño puesto en su diseño para que consuma menos energía. En el año 2001, en la Unión Europea se puso en marcha un denominado código de conducta que busca el compromiso de los fabricantes de televisores, vídeos, lectores de DVD, aparatos de sonido, ordenadores, impresoras y otros aparatos domésticos para que el consumo en modo de espera sea el más reducido posible.
Para enero de 2007 se quiere que la potencia máxima sea de dos o tres vatios, según el aparato, y para 2010 se ha fijado como objetivo la cifra de un vatio como máximo. El código de conducta europeo es muy similar al Programa Energy Star estadounidense y también se aplican o se quieren aplicar esquemas parecidos en Japón, China, Canadá, Australia y Corea del Sur.El inicio de la televisión digital en varios países europeos, entre ellos España, supone la conexión permanente de un aparato más, el descodificador. Encuestas realizadas en el Reino Unido revelan que más del 60% de los hogares lo tienen siempre en marcha, con una potencia permanente de hasta 20 vatios que en modo de espera se sitúa entre dos y cinco vatios. Existe un "código de conducta" para limitar su potencia a un vatio en 2010, pero falta que se cumpla, porque la adhesión es voluntaria.
El Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE), del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, es consciente del problema que representa este consumo eléctrico oculto, pero ve difícil reducirlo. Los fabricantes tienen pocos incentivos para hacer un producto eficiente energéticamente, ya que el consumidor, a la hora de comprar, se fija sobre todo en el precio y prescinde del consumo del aparato.
El Instituto Catalán de Energía ha calculado que una familia media tiene un consumo eléctrico suplementario por aparatos en modo de espera de 1,56 kilovatios-hora por día (570 kilovatios anuales) en un piso de 90 metros cuadrados mínimamente equipado y con cuatro personas. Esto supone el 4% del consumo total de energía de la vivienda y el desembolso de 51 euros anuales.
Emisiones
En la UE está en marcha el proyecto de una etiqueta que especifique el consumo en modo de espera del aparato y un cálculo de los kilovatios-hora anuales que ello representa, un plan similar al de los electrodomésticos, que se clasifican por su eficiencia energética con una letra (la A son los más eficientes).
La Agencia Internacional de la Energía lidera el programa de Un vatio como máximo en 2010. La agencia reconoce que el consumo en reposo de los aparatos es reducido -lo sitúa entre 0,5 y 10 vatios-, pero cada vez hay más aparatos en los hogares.
"Un hogar europeo, japonés, australiano o norteamericano contiene a menudo aparatos que constantemente están consumiendo energía", precisa la Agencia Internacional de la Energía. Como resultado, añade, "el consumo de los aparatos en modo de espera es responsable del 5% al 10% del total de la electricidad consumida en la mayoría de los hogares y de un importe desconocido en oficinas, comercios y fábricas". Este consumo oculto es responsable del 1% de las emisiones globales de dióxido de carbono. Las nuevas tecnologías, continúa, pueden reducir el 90% ese consumo.
El Libro Verde sobre eficiencia energética de la Comisión Europea, de junio del año pasado, especifica: "Deben adoptarse medidas especiales para hacer frente al problema que supone la función de espera. Este tipo de derroche energético aumenta constantemente ya que hay cada vez más aparatos equipados con este dispositivo, que, aunque originalmente era una forma de gestión de la energía para algunos aparatos, puede también provocar pérdidas de energía significativas".
El 10% de despilfarro energético puede llegar a representar, calcula la Comisión Europea, cerca de 15.000 millones de euros anuales. "Los programas voluntarios en los hogares para reducir el consumo de los aparatos en modo de espera supondrán ahorros potenciales de hasta 30.000 millones de kilovatios-hora de electricidad", afirma la Comisión Europea. "Los equipos modernos, como los ordenadores personales con impresora, escáner y módem permanentemente conectados, y los cargadores de teléfonos móviles, pueden suponer ya el 20% del consumo eléctrico. La mitad por modo de espera". Si estas pérdidas, que son de unos 100 vatios continuos por hogar, se multiplican por los 100 millones de hogares europeos, suponen 100.000 millones de kilovatios-hora anuales, el equivalente a 10 centrales eléctricas de 1 gigavatio, por los cuales los europeos pagan unos 15.000 millones de euros anuales sin ser conscientes de ello, calcula la Comisión Europea.
Asimismo asegura que con la colaboración de los fabricantes se puede reducir cinco vatios por hogar el consumo de los cargadores, lo que equivalen a 10.000 millones de kilovatios-hora eléctricos anuales hacia el 2010, y en el caso de los descodificadores, ese ahorro sería de al menos 20.000 millones de kilovatios-hora.
Iniciativas parecidas en lectores de DVD, ordenadores, impresoras, equipos de sonido y otros aparatos darían resultados similares.
La Comisión Europea cita los descodificadores digitales de televisión, sea por satélite, terrestre o por cable, que consumen todo el tiempo de promedio, según sus cálculos, 28 vatios. Esto representa 245 kilovatios-hora y 37 euros anuales por aparato a los precios de la electricidad en Europa. Un descodificador reciente, dice la Comisión, consume cinco vatios, con lo que gastará 45 kilovatios -hora y siete euros anuales. Si los 100 millones de hogares tuvieran un descodificador de televisión de bajo consumo, se ahorrarían 20.000 millones de kilovatios-hora anuales.
Programas de reducción
Las grandes firmas de electrónica de consumo se han acogido hasta ahora voluntariamente a los programas de reducción del consumo en reposo porque no les suponía un esfuerzo excesivo y les era beneficioso como imagen de marca. Al hacerse más estrictos los objetivos, se incurre en más costes de fabricación, que, si no aumentan los precios, no pueden rentabilizarse.
El consumidor poco puede hacer. Aunque puede desenchufar algunos aparatos sin mayor inconveniente, en otros perdería la configuración. Por ejemplo, el vídeo y la grabadora de DVD llevan un reloj que sirve para programar las grabaciones. La base del teléfono inalámbrico siempre tiene que estar conectada porque, aparte de servir de cargador, hace de antena.
Muchos televisores planos llevan una fuente de alimentación interna o externa que, aunque se apague con el interruptor general, siguen consumiendo. Existen diversos modos de apagado del televisor: desenchufado, apagado, en reposo activo y en reposo pasivo. Con los dos primeros no se consume nada de electricidad y con los dos segundos algo, aunque en ninguno de ellos el televisor proporciona imagen o sonido.
ENERGYSTAR: www.eu-energystar.org/es/index.html CEC: www.jrc.cec.eu.int ENERGY EFFICIENCY: http://energyefficiency.jrc.cec.eu.int/html/standby_initiative.htm
A euro anual el vatio
Un aparato que tenga una potencia en modo de espera de un vatio consumirá al cabo del día 24 vatios-hora, y en un año 8.760 vatios-hora o 8,76 kilovatios-hora (24 x 365 = 8.760). Cada kilovatio-hora cuesta nueve céntimos de euro (0,0852 euros más el IVA) en España con tarifa doméstica, con lo que tener enchufado todo el año el aparato de un vatio saldrá por 0,88 euros. Redondeando, un euro anual por vatio.
La media de consumo continuo de cualquier aparato en modo de espera es de dos a cinco vatios, sobre todo si tiene más de dos años. Un reproductor de DVD consume de promedio 1,3 vatios, y el vídeo, entre 5 y 19. El ordenador, cinco si está apagado totalmente, y el monitor plano, tres. Una impresora de tinta sencilla consume unos tres vatios. El horno microondas, de dos a seis, y el radiorreloj despertador, de uno a tres. El teléfono inalámbrico, de dos a siete. Total, más de 35 euros al año.
Con sólo disponer de un decodificador de TDT, un contestador telefónico y un módem de banda ancha encendidos, la factura anual anterior se puede duplicar. Si la costumbre es apagar el televisor con el mando a distancia y se tiene algún aparato de música con lucecitas, un cepillo de dientes eléctrico y alguna cosa más, no se baja de 100 euros en consumo eléctrico no percibido.
Para saber si una fuente de alimentación externa consume mucho o poco, basta con tocarla. Si está caliente, seguro que consume algunos vatios. Las fuentes de los teléfonos inalámbricos, que siempre están en marcha, suelen llevar una rejilla precisamente para evacuar mejor el calor que generan.
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