Zapatero condena el ataque de Barañáin y mantiene que el fin de ETA va a llegar
El presidente dice que la paz exige "tanta firmeza como generosidad" y honrar a las víctimas
No hay cambios en la expectativa del fin del terrorismo de ETA a pesar del ataque contra la ferretería de un edil de Unión del Pueblo Navarro de Barañáin en la madrugada del sábado. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, eso sí, advierte de que "no cabe ningún tipo de violencia", sea del alcance o manifestación que tenga. El presidente se muestra convencido de que el final del terrorismo etarra se producirá, y el proceso exigirá "tanta firmeza como generosidad, tanta unidad como lealtad, tanta valentía como prudencia". Y, desde luego, honrar siempre la memoria de las víctimas.
El mensaje de esperanza del fin del terrorismo de ETA lo reiteró ayer el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ante más de 20.000 personas que acudieron de toda España al Palacio Vistalegre de Madrid para conmemorar con él, con los ministros y con los dirigentes del partido, los primeros dos años de gobierno. No hubo duda de que, al menos, los militantes socialistas apoyan a Zapatero para que no decaiga y trabaje por el fin del terrorismo, dadas las ovaciones cerradas y prolongadas que suscitaron sus alusiones al proceso de paz. De manera implícita, aunque no directa, Zapatero condenó el ataque sufrido el día anterior en Barañáin (Navarra) por un concejal de UPN, en el que resultó destrozada su ferretería y sufrieron cuantiosos daños las viviendas del edificio.
"Tenemos que agradecer a las generaciones que nos precedieron el país que tenemos, democrático, abierto, solidario y de paz, en el que todas las ideas caben", dijo el presidente del Gobierno. Y añadió: "Cabe todo menos la violencia, tenga la manifestación y el alcance que tenga".
Pero de inmediato dejó claro que a pesar de estos acontecimientos violentos, su expectativa de fin del terrorismo sigue intacta. "Ha llegado el momento de terminar con la violencia y el terror; vamos a terminar con ella, todos los demócratas juntos". Aplausos insistentes jalearon esta afirmación tan fuerte como la que había recibido al principio del acto el anuncio de la llegada del nuevo ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. "Hacer la paz exige tanta valentía como prudencia, tanta firmeza como generosidad, tanta unidad como lealtad, y, también, honrar la memoria de las víctimas del terrorismo". Precisamente, las víctimas merecen la esperanza del fin de la violencia. "Esa esperanza que merecen los vascos, los navarros, todos los españoles", añadió.
Antes que Zapatero, el líder de los socialistas madrileños, Rafael Simancas, y el presidente del PSOE y de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, animaron a Zapatero a continuar en el trabajo por el fin del terrorismo. Simancas advirtió con la posibilidad de que haya adversarios contra el proceso, pero aseguró al presidente que tendrá el aliento de la mayoría de los ciudadanos.
Este ánimo también se lo trasladó Chaves, que pidió a todo el partido que apoye a Zapatero. "Sólo los gobernantes valientes buscan la paz", dijo Chaves citando a Felipe González, aunque no a José María Aznar, que también intentó la negociación con ETA. El ex presidente socialista, que estaba en primera fila, fue reiteradamente citado por todos los oradores, y, desde luego, por Zapatero. González tuvo, al final, que incorporarse para saludar al auditorio, que lo aplaudía sin parar cada vez que se mencionó su nombre.
Cuidar el suelo
Tanto las ministras de Medio Ambiente, Cristina Narbona, como de Vivienda, María Antonia Trujillo, sonrieron abiertamente ante el tiempo que Zapatero dedicó al urbanismo, al desarrollo sostenible y a la futura Ley del Suelo, con mención específica a Marbella. El presidente pidió el compromiso activo de los ayuntamientos para que el suelo no sea objeto de especulación y enriquecimiento. También José Blanco, secretario de Organización, tuvo su cuota de reconocimiento por el montaje del espectacular acto. El propio Zapatero le felicitó por "el buen trabajo". Blanco había agradecido antes a Zapatero haber hecho que España sea "mejor hoy que hace dos años" y, claro, por cumplir el programa electoral.
El número dos del PSOE provocó las risas del auditorio al señalar que el PP había sustituido la gaviota de su anagrama por "la pájara" que cogió tras perder las elecciones.
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