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Canal + 2 estrena 'Metallica', un documental que sienta a la banda ante el terapeuta

Diego A. Manrique

Canal + 2 estrena hoy Metallica (22.00, dial 2 de Digital +, mañana en Canal +, 18.05), un premiado documental que presenta al grupo de rock duro en un momento de incertidumbre. Rodado entre 2001 y 2003 se abre con la noticia de la marcha de su bajista, Jason Newsted, mientras sus compañeros se lanzan a grabar un disco con el productor Bob Rock al bajo, al tiempo que se someten a terapia con Phil Towle, que se describe como un "entrenador mental".

Económicamente no se puede permitir que Metallica perezca: sus discos han vendido casi 90 millones de copias legales. Es, como comentan en el estudio de grabación, "una especie de monstruo" (el subtítulo del documental es precisamente Some kind of monster). Un monstruo que no deja de generar producto: desde discos de versiones a conciertos con la Sinfónica de San Francisco.

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Metallica suele ser una banda tajante. Despidieron sin contemplaciones a su principal guitarrista, Dave Mustaine. Llevaron a juicio a fans que se intercambiaban su música en Napster. Seguramente, ese espíritu les llevó a aceptar que las cámaras les siguieran hasta las sesiones con el terapeuta, donde hablan a calzón quitado.

Lo que sigue es el extraordinario retrato íntimo de unos millonarios del rock que necesitan seguir creando algo valioso cuando tienen todos los caprichos a su disposición. El guitarrista Kirk Hammett abandona el alcohol y las drogas para disfrutar del surf. El batería Lars Ulrich se dedica a comprar arte contemporáneo (que al final subasta). James Hatfield, cantante y guitarrista, caza en Siberia, pero decide ingresar en un centro de rehabilitación. Cuando reaparece, su tratamiento sólo le permite trabajar cuatro horas al día.

Lo que muestra el documental es cómo van recomponiendo sus relaciones y la fe en su música. Se concluye el disco, St. Anger, y se incorpora un nuevo bajista, Robert Trujillo. El único que no parece salir intacto es el terapeuta, desolado cuando prescinden de él: ha cobrado 40.000 dólares mensuales e insiste en seguir con el tratamiento cuando se vayan de gira, tal vez sin percibir que ya es una víctima del síndrome de Metallica.

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