"El instrumento más potente para reflejar la realidad es el cine"
El festival Zinegoak 06 ha encargado a Vicente Molina Foix (Elche, 1946) la selección de títulos de su retrospectiva del cine gay español que concluye hoy en Bilborock con Los placeres ocultos (20.00), de Eloy de la Iglesia, y Cambio de sexo (22.00), de Vicente Aranda. El crítico de cine y escritor ultima una nueva novela y planea rodar su segundo largometraje (El Dios de madera).
Pregunta. No ha tenido mucho donde escoger. ¿Afecta eso a la calidad de la retrospectiva?
Respuesta. No. Las cinco películas tienen calidad, en particular La muerte de Mikel, con su mezcla de homosexualidad y política, y A un dios desconocido y Los placeres ocultos, que abordan un tema más intimista. Cambio de sexo, de tema insólito en los setenta, quizá no sea de las mejores películas de Aranda, pero tiene la calidad de un cineasta como él. Y la de Alfredo Alaria [Diferente] se salva por otros conceptos, más que por su estricta calidad cinematográfica.
P. Diferente se estrenó en 1962. ¿Era sencillo esquivar la censura franquista?
R. Era complicadísimo. Todo el mundo está de acuerdo en que le metieron un gol a la censura, porque, aunque la película está muy disfrazada, hay algunas secuencias inequívocas.
P. ¿Era más valiente el cine español en la Transición?
R. No, pero era más arriesgado y ocurrente, pues había que inventarse historias encubiertas y buscar soluciones a veces elípticas para contar lo que el director quería.
P. La distribuidora de Brokeback mountain se negó a su preestreno en el Zinegoak porque no quería "encasillar" la película. ¿Un temor fundado?
R. No, pero la industria del cine es muy conservadora y aún queda en muchas mentalidades de distribuidores, exhibidores y productores la idea de que una película que se presente sólo con el tinte gay o lesbiano va a retraer al público. Y eso sólo depende del tipo de película que sea. Si no es muy buena, y hay películas gays horripilantes, a lo mejor al público en general no le interesa, pero ahí está una película como Philadelphia, obviamente de temática gay, que tuvo mucho éxito en todo el mundo.
P. Zinegoak busca contribuir a normalizar el hecho homosexual. ¿El cine tiene una función social?
R. No creo mucho en el cine como arma política, pero sí creo que de manera espontánea, no porque tenga una misión en particular, es el instrumento de reflejo de la realidad más potente que tenemos.
P. ¿Se hace actualmente buen cine en España?
R. Sí, se hace muy buen cine en circunstancias, además, que no son fáciles. Cuando la gente dice que el cine español está subvencionado habla por despecho, por inquina política y, sobre todo, con una enorme ignorancia, porque hoy el cine y el teatro grande se hacen con subvención en toda Europa. El cine español tiene muchos enemigos políticos.
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