El 'síndrome del Golfo' francés
Jefes militares suministraron a los soldados, durante la guerra de Irak de 1991, una droga no autorizada
Durante la guerra del Golfo, en 1991, el Ejército francés prescribió a sus tropas una droga llamada modafinil, sin que los soldados supieran que ingerían esta molécula estimulante de última generación, que puede mantenerlos despiertos y sin sentir fatiga durante más de 72 horas y que no tiene los efectos secundarios o la adicción que provocan las anfetaminas, la droga militar de combate por excelencia. El fármaco, sin embargo, no era entonces legal, ya que no obtuvo la autorización para ser puesto en el mercado hasta mediados de 1992, según revela el diario Le Monde citando el informe que desde 2002 instruye la juez Marie-Odile Bertella-Gefroy sobre el síndrome de la guerra del Golfo.
El modafinil -descubierto por el laboratorio francés Lafon, adquirido en 2001 por el norteamericano Céphalon- se comercializa en Europa bajo el nombre de Virgyl y Modiodal, y se receta especialmente a quienes padecen narcolepsia o algunos tipos de apneas. Los soldados que lo tomaron explican que las dosis las distribuían los comandantes y que les permitían estar hasta tres días enteros sin dormir y sin notar la más mínima fatiga, pero que nunca les dijeron para qué servía el Virgyl y mucho menos que fuera un medicamento que aún no estaba autorizado.
Según el informe de la juez, el Comité de Ética del Servicio de Salud de las Fuerzas Armadas francesas recomendó entonces "una gran discreción" sobre la experiencia. El Ministerio de Defensa, sin embargo, asegura ahora que había experimentado suficientemente el producto y que "en aquella época utilizar un medicamento que no tuviera la autorización era algo banal".
Las autoridades francesas han tardado mucho más que las británicas en reconocer el síndrome de la guerra del Golfo, y no fue hasta junio de 2002 que los tribunales abrieron un expediente "por homicidios y heridas involuntarias" que investiga la juez Bertella-Gefroy. Hasta la fecha ha recibido 23 quejas de veteranos de aquel conflicto pero se centran, casi todos, en las posibles consecuencias del contacto con uranio empobrecido utilizado en el armamento.
Recientemente, las Fuerzas Aéreas norteamericanas han optado también por el modafinil, que en Estados Unidos se comercializa con el nombre de Provigil, para sustituir la dexamfetamina que tradicionalmente utilizan los pilotos. Hace tres años, en Afganistán, dos pilotos de combate provocaron un accidente en el que murieron cuatro soldados canadienses y que se atribuyó al uso de Dexedrina, nombre comercial de la dexamfetamina, que en círculos militares se conoce como la go pill, que viene a significar la pastilla de la marcha. Los pilotos la toman para resistir la fatiga y el sueño en las misiones de patrulla que pueden llegar a durar hasta 30 horas.
El Departamento de Defensa se planteó entonces cambiar al modafinil, que puede mantener a una persona despierta muchas más horas que las dexamfetaminas sin los efectos indeseados que producen las anfetaminas como la irritabilidad, temblores o rechinar de dientes. Tampoco provoca adicción ni la sensación de agotamiento y sueño que padecen los adictos a las anfetaminas cuando dejan de tomarlas. En el Pentágono consideran que ya es hora de sustituir las viejas anfetaminas, usadas durante la II Guerra Mundial, por una droga más moderna, aunque los científicos militares insistan en que las anfetaminas han adquirido una mala reputación, pero siguen siendo seguras para los pilotos.
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