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EL FUTURO DE EUROPA

La mayoría de los socios europeos rechaza la nueva oferta presupuestaria británica

España recibirá 500 millones más gracias a que tendrá dinero del Fondo de Cohesión hasta 2013

Andreu Missé

La mayoría de los líderes europeos volvieron a rechazar ayer la nueva oferta de Perspectivas Financieras (marco presupuestario de la Unión Europea para el periodo 2007-2013), por considerarlo "insuficiente". La nueva propuesta supone un ínfimo aumento del 0,3% del gasto total (2.549 millones de euros) de la Unión respecto a su proyecto anterior. El Gobierno de Londres mantiene invariables los ingresos extras que recibe por el llamado cheque británico y tampoco renuncia a revisar la Política Agraria Común (PAC) en 2008.

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La negativa británica a modificar el cheque y la agricultura, los asuntos más polémicos de la discusión, supone la mayor dificultad para alcanzar un acuerdo sobre los presupuestos en el Consejo Europeo de jefes de Estado y de Gobierno que se celebra hoy y mañana en Bruselas.

El primero en censurar el escaso movimiento de los británicos fue el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, que ayer cosechó calurosos aplausos en el Parlamento Europeo al defender un presupuesto "más justo" y "ambicioso". Barroso expresó después en una conferencia de prensa "su decepción" por la iniciativa británica y "su preocupación por el escaso tiempo disponible para alcanzar un acuerdo". A su juicio, los cambios introducidos son "claramente insuficientes". A pesar de ello manifestó su disposición a apoyar las acciones de la presidencia y de los Estados miembros para lograr "un acuerdo que suponga un progreso para Europa".

La nueva versión del presupuesto supone un gasto total para el septenio de referencia de 849.303 millones de euros, lo que representa el 1,03% del Producto Interior Bruto Comunitario. Una cifra que a pesar de la ligera subida (2.549 millones de euros) todavía sigue siendo inferior en unos 22.000 millones de euros a la propuesta de la presidencia luxemburguesa del pasada junio.

Las mejoras introducidas por la presidencia británica en esta segunda versión afectan exclusivamente a las políticas de cohesión (2.089 millones de euros) y a los gastos de desarrollo rural (460 millones de euros). El portavoz británico, Jonathan Allen, reconoció que se trataba de una propuesta "dura" pero "realista" y recordó que los nuevos presupuestos significaban una transferencia de 260.000 millones de euros en siete años a los nuevos socios.

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Los principales beneficiarios de las mejoras de la cohesión son los 10 países de la ampliación y España. Cabe recordar, no obstante, que estos "últimos regalos" del Reino Unido se producen después de un recorte previo de fondos a estos países por parte británica de unos 12.600 millones en este tipo de ayudas. Polonia obtendría ahora unos 1.200 millones más después del recorte inicial de casi 6.000 millones. Los otros principales beneficiarios serían España (500 millones), República Checa (200), Hungría (147), Letonia (82) y Estonia (42). Los mejoras en Desarrollo Rural afectarán especialmente a Austria (450 millones), Finlandia (230 millones), Irlanda (250 millones), Portugal, 160 y Suecia (120).

En buena medida, la presidencia británica ha tratado de satisfacer, por una parte, a los Estados que rechazaron el acuerdo el pasado junio por considerar excesiva su contribución y, por otra, atender algunas demandas puntuales de los nuevos Estados miembros. Una estrategia que, por otro lado, conduce al aislamiento de Francia, país que lidera la oposición al modelo social británico.

El nuevo presupuesto supone la entrada en el Consejo Europeo con las espadas en alto. El ministro de Asuntos Exteriores británico, Jack Straw, manifestó ayer que era "preferible no alcanzar un acuerdo a un mal acuerdo" e insistió en "revisar todo el gasto agrícola dentro del próximo periodo".

En el frente contrario, el titular de Exteriores francés, Philippe Douste-Blazy, manifestó ayer en el Senado de su país que "el Reino Unido sigue sin estar preparado para asumir la parte justa de la carga financiera". "Las nuevas propuestas sobre el cheque", añadió, "son, en efecto, idénticas a las precedentes que nosotros ya hemos señalado que no pueden servir como base de negociación".

Mejora del clima

La cuantía de compensaciones que recibe el Reino Unido por el cheque es también uno de los obstáculos para que Alemania acepte el acuerdo. Berlín que, junto a Madrid, aprecia una mejora del clima de las negociaciones, considera, sin embargo, conveniente la necesidad de llegar a un acuerdo sobre el cheque que sea "durable" y no un acuerdo limitado sólo al próximo septenio.

A pesar de la mejora sustancial que ha logrado Polonia en este último ajuste, su primer ministro, Kazimierz Marcinkiewicz, anunció su disposición a vetar el acuerdo si no mejoraba sustancialmente su posición. El líder polaco consideró "minimalista" la propuesta británica, que a su juicio no ofrece las soluciones esperadas por todos.

Holanda, por su parte, a pesar de lograr una reducción de su contribución de 850 millones de euros más (frente a los 1.000 millones solicitados) consideró "insuficiente" la propuesta, según manifestó el primer ministro, Jan Peter Balkenende. Más crítico se manifestó Didier Seeuws, el portavoz del primer ministro belga, Guy Verhofstadt, quien señaló que "la propuesta carece de ambición y no contiene nada nuevo respecto al cheque británico".

Jose Manuel Durão Barroso, ayer durante una rueda de prensa.
Jose Manuel Durão Barroso, ayer durante una rueda de prensa.AP

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