Una exposición muestra las aplicaciones cotidianas de la superconductividad
Una plataforma que permite levitar, fichas de ajedrez suspendidas en el aire y un acumulador de energía son algunas de las actividades interactivas de la exposición itinerante La magia de la superconductividad, que se inauguró ayer en el Palau Moja de Barcelona y que estará abierta hasta el 21 de noviembre.
La exhibición es parte del proyecto europeo Superlife, que difunde el impacto de la superconductividad en la vida cotidiana y sus fundamentos físicos. Los materiales superconductores pueden conducir corriente eléctrica con resistencia y pérdida de energía cercanas a cero cuando se enfrían a temperaturas extremadamente bajas. La exposición está organizada por el Departamento de Electricidad de la Universidad de Budapest y laboratorios de investigación como el Instituto de Ciencia de Materiales de Barcelona, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Hasta el momento, ha viajado por Hungría, Alemania y Francia y, tras Barcelona, pasará por Tarragona, Ripoll, Cerdanyola, Lleida y Terrassa. El Departamento de Educación ha concertado la visita de 120 grupos escolares; de 17.30 a 19.30 horas está abierto al público en general.
En la visita se puede conocer cómo se fabrican los materiales superconductores, el fenómeno del magnetismo y aplicaciones cotidianas como los escáneres de resonancia magnética, la magnetoencefalografía, los trenes magnéticos o el transporte de energía eléctrica. Los cables superconductores evitan la pérdida del 15% de la energía que transportan los cables convencionales y reducen el impacto ambiental (pasan por túneles o puentes), afirma Xavier Obradors, investigador del CSIC. Otra solución son los limitadores de corriente de falta, que solucionan los cortes de energía en caso de incidentes sin sobredimensionar la red.