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El Prat de Llobregat recupera su historia agrícola con el traslado pieza a pieza de un molino de arroz

El delta del Llobregat fue entre 1900 y 1960 zona de cultivo de arroz. De aquella época tan sólo queda un testimonio: el molino de Ca l'Arana, que sobrevive en una pequeña isla en medio del río. El nuevo lecho del Llobregat, desviado en su desembocadura, inundará próximamente el terreno. El Ayuntamiento de El Prat y la Agència Catalana del Agua están ultimando los trabajos del traslado del molino de arroz. El molino, que funcionó entre los años 1951 y 1957, se dedicó exclusivamente a la producción de arroz.

La maquinaria está formada por unas 70.000 piezas, que desde hace un tiempo se están desmontando una a una. En una nave de la calle de Vall d'Aran se clasifican y se catalogan. Los trabajos, que durarán dos años, tienen un coste de 225.000 euros. La iniciativa se ha incluido en la Declaración de Impacto Ambiental del desvío del río. El consistorio está estudiando dónde reubicar y reconstruir el molino, en el marco de un proyecto museístico que explicará su funcionamiento y que pretende recuperar la historia agrícola de la ciudad y del delta del Llobregat.

El cultivo de arroz en el delta se inició a principios del siglo XX, una vez superada la situación de insalubridad y la proliferación de mosquitos que durante el XIX provocó una epidemia de paludismo. La explotación de los campos de arroz propició la llegada de familias al delta. Muchos trabajadores venían tan sólo en la época de más trabajo, pero otros se quedaron. Lo atestiguan, como explica el historiador Felip Neri Gordi "apellidos como Centelles, Margalef y Curto, originarios de poblaciones de Amposta y Tortosa" y que ahora son comunes entre la población de El Prat. La finca de la antigua granja de La Ricarda y la colonia Casanovas fueron otras zonas de cultivo. La época de mayor eclosión fue antes de la Guerra Civil. Ya en la década de 1940, "el aeropuerto engulló la mayor parte de los terrenos de Casanoves", comenta Neri. Fue el inicio de la desaparición del arroz del delta del Llobregat. Aun así, en la siguiente década Rosa Coll y José Luis Calonge fundaron la empresa Productos Agrícolas Llobregat y pusieron en marcha el molino de Ca l'Arana. Aún en tiempo de hambruna, los pratenses "acudían a la finca comprar uno o dos saquitos de arroz", recuerda el historiador Jaume Codina, con "la ventaja de que lo obtenían ya molido".

La compañía llegó a producir hasta 10.000 kilos de arroz al día. En él trabajaban tres personas: el molinero, un auxiliar y un chófer, que realizaba el reparto del arroz a Barcelona con un camión. En su etapa activa aportó al mercado 25 millones de kilos que se comercializaban bajo la marca Arroces del Delta. La sociedad se desintegró en 1958.

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