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Reportaje:

Si usted va a cumplir 65

Encuestas, trasplantes, investigación clínica o ayuda humanitaria. Los mayores, el 17% de la población, viven exclusiones a diario

Ana Alfageme

Con un chaleco naranja de voluntaria, Nieves dirige el tráfico incesante de cabelleras grises en el palacio de Congresos de Madrid. Mil personas se reunían esta semana, convocadas por la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (Ceoma), una de las dos grandes agrupaciones estatales de gente madura. Ella tiene 72 años y el pelo teñido de rubio. Se jubiló hace seis para dejarle a la hija su colmado. La verdad es que no se siente muy contenta con el retiro. "La familia se va distanciando, los hijos tienen obligaciones, siempre mucho que hacer", dice, "por eso me metí a voluntaria". Le duele la cadera, pero el médico le asegura que eso es de la edad. Ni siquiera le ha hecho una radiografía. "Cuando yo era pequeña, los abuelos eran los reyes de la casa. Ahora no sirven para nada".

"La edad produce cambios, no padecimientos", dice un médico geriatra

Quizá a usted ya le quede menos para cumplir los 65 años. El momento de conseguir descuentos en museos y trenes, viajar con el Imserso, conseguir medicinas gratis y, sobre todo, dejar de trabajar, aunque gane menos. Entrará en ese creciente batallón de españoles (17% de la población, 7,2 millones de personas con más de 65 años) que, por fin, puede disponer de todo su tiempo, quizá ignore que se avecinan otros cambios menos felices. El médico puede empezar a tratarle como un crío, convertirse en abuelo oprimido o que se dé por supuesto que es un analfabeto digital. El congreso de mayores analizó algunas facetas de la discriminación por edad:

- Jubilados a los 55. "Sentí una gran incertidumbre. Tuve que asimilarlo en 15 días", dice. Dejó de ser directivo de banca a los 56 años. Fue uno de los 800 mayores de 55 que su entidad prejubiló. "Te desarraigas de tus compañeros, y como decía otro jubilado, te conviertes en una mesa camilla en medio de un pasillo". Entre 60.000 y 70.000 personas se prejubilan en España cada año, y el número crece. "Es un despilfarro, realmente son regulaciones encubiertas en empresas que obtienen beneficios", asegura Eduardo Rodríguez Rovira, presidente de Ceoma. "Creo que es la discriminación por edad más sangrante", afirma la investigadora en temas de mayores Lourdes Pérez Ortiz, "por la misma puerta salen buenos y malos trabajadores, con el único criterio de que sean mayores de 55 años". Las conclusiones del congreso incluyeron la exigencia de que en las jubilaciones anticipadas por motivos empresariales, nunca será la edad el factor determinante. Y también que no exista una edad de jubilación obligatoria, sino que esté determinada por la pérdida de capacidades.

- Sin escaños.

Sólo tres de cada 100 responsables políticos son mayores de 64 años (ver gráfico), según una de las ponencias, mientras que la población que supera los 65 es un 17%. En ningún sitio está escrito que la ciudadanía prescriba con la jubilación, dicen los mayores. "Mire, acabamos de darle un premio a Federico Mayor Zaragoza [ex eurodiputado y ex director de la Unesco, ahora presidente de la Fundación de Cultura para la Paz], que tiene 71 años, ¿se imagina prescindir de él? Que no haya mayores en los escaños implica una discriminación indirecta", recalca Rodríguez Rovira, de 70 años, "porque no se ajustarán las leyes a nuestras necesidades".

- Desarraigo. Si se pregunta a los mayores cuáles son los principales abusos a los que se les somete, responden: convertirse en mano de obra gratuita de sus propios hijos; el desarraigo, al tener que irse a vivir fuera de su casa; la destitución familiar, que les convierte en invisibles y silenciosos, e incluso el secuestro de sus pensiones. Son cuatro ideas recogidas en un estudio de la Sociedad Española de Geriatría.

Detrás de ellas, está la rotundidad de los números: seguir viviendo en casa si se tiene alguna discapacidad (1,7 millones de mayores la padecen) puede resultar difícil cuando sólo tres de cada 100 ancianos tiene acceso a la ayuda a domicilio y dos de cada 100 puede disponer de teleasistencia, según datos del último estudio nacional sobre personas mayores. Además, la falta de servicios sociales que hagan posible la conciliación de la vida familiar y laboral impulsa a un número creciente de padres a tirar de sus propios padres para cuidar de los niños.

Los servicios sociales sólo atienden al 9,4% de los mayores de 65 años. Y sólo el 6,5% de las familias que cuidan a sus mayores recibe ayuda. El director general del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), Ángel Rodríguez Castedo, asegura que el gran desafío, en una sociedad que envejece a ritmo exponencial, "es impulsar la ayuda a domicilio, los centros de día, y la teleasistencia". Una gran respuesta es la ley estrella de esta legislatura, la de Autonomía Personal (también conocida como de Dependencia), que pretende dar cobertura a todas las personas dependientes, y cuyo borrador se discute en la mesa de diálogo social para entrar en el Congreso antes de diciembre.

- Lo mío no es una enfermedad.Quizá le ha dicho el médico algo así, tras darle unas palmaditas en el hombro: "Qué quiere, señora, para los años que tiene, demasiado bien está". Carmen, 70 años, que se ha acercado al congreso desde Collado Villalba, sí que lo ha oído alguna vez. La edad produce cambios, no padecimientos, proclamó en el encuentro Isidoro Ruipérez, presidente de la Sociedad Española de Geriatría. Los escasos especialistas en la salud de los mayores (sólo uno de cada tres hospitales tiene servicio de Geriatría, según los datos aportados por Ruipérez) mantienen que ése es un mensaje fundamental que debe asumir la sociedad y "ante el que el anciano y su entorno debe sublevarse de inmediato", como señalan María Herrera y José Manuel Ribera, geriatras del hospital Clínico de Madrid. Un estudio citado por Ruipérez preguntaba a los profesionales sanitarios cuáles eran los principales abusos a los mayores. Señalaron que ellos los infantilizaban, no respetaban sus opiniones y su intimidad y les prescribían excesivos psicofármacos.

También una de las comunicaciones al congreso, de Begoña Gutiérrez y Alfonso J. Cruz, dos geriatras del hospital Ramón y Cajal de Madrid, señalaba: "Salvo en determinados casos, los fármacos utilizados en las personas mayores no han sido sometidos a ensayos clínicos con sujetos de más de 65 años, y es éste el grupo de población el que utiliza dichos fármacos con la misma o mayor proporción que otros grupos de población". En su propio hospital, el 40% de los protocolos de investigación clínica en dos años estudiados, incluían exclusiones por edad que estos investigadores consideraban no justificados.

Hay más ejemplos. El trasplante de hígado se restringe a partir de los 60 años y se excluye totalmente a partir de los 65. Lo mismo ocurre en el de pulmón, según María Herrera y José Manuel Ribera, geriatras del hospital Clínico de Madrid, quienes señalan que, en el primer caso, no se tiene en cuenta el estado de salud y, en el segundo parece no haber criterios claramente científicos. Los mayores, según sus datos, son grandes donantes de órganos. "Constituyen el 38% de los donantes. Los menores de 45 años, que son los que más se benefician de los órganos donados, contribuyen con el 20% de las donaciones", señalan.

- Homenajes y pasividad.

¿Cómo salen los mayores en los periódicos locales? Por ejemplo, cuando se habla de pensiones, homenajes y residencias geriátricas. Es decir, "parcelas mercantilistas, paternalistas y proteccionistas". Son los resultados de un estudio que analizó las informaciones de mayores en Castilla y León entre 1983 y 2001, realizado por María Eugenia Polo, de la Universidad Pontificia de Salamanca.

- Arrastrados por el huracán. "Ocurrió en el tsunami y ocurrió en el Katrina. En los desastres naturales, los mayores tienen problemas muy graves, porque no hay planes específicos de ayuda que les contemplen como grupo especial", asegura el epidemiólogo Carlos Ferreyra, responsable internacional de Ceoma, que viajó a Asia para ver cómo, con un esfuerzo voluntarista que a veces empeora la situación, a los ancianos se les alojaba en lugares aislados, de difícil acceso a los baños, y sin que un médico les visitase en 15 días. Por eso, el simposio internacional paralelo al congreso, al que acudieron 100 representantes de 35 países, reclamó que se modifiquen con urgencia esos mecanismos de ayuda humanitaria.

Unos jóvenes se besan entre dos mayores en la estación de Atocha.
Unos jóvenes se besan entre dos mayores en la estación de Atocha.LUIS MAGÁN

¿Sexo a los 50?

Ocurrió en la última encuesta sobre hábitos sexuales del Instituto Nacional de Estadística. Se realizó a 10.000 personas de entre 18 y 49 años. A los mayores de 50 no se les preguntó. Una comunicación de Lourdes Pérez Ortiz y dos investigadoras más del Imserso y la Universidad Autónoma de Madrid al congreso de mayores analizó el hecho.

¿Acaso por encima de los 50 no se practica el sexo? El INE dice que el número de casos de sida (evaluar las políticas de prevención es uno de los objetivos de la encuesta) es reducido (7%) en esas edades. Las investigadoras contestan que el porcentaje que representan los mayores de 49 años sobre todos los casos de sida transmitidos por vía sexual es de un 18%; casi un quinto del total. Los tramos de edad excluidos (de 50 a 54 años, con un 6,8%, de 55 a 59 con un 4,7%, y 60 y más años con un 6,6%) representan un porcentaje de contagio mayor que la horquilla de 20 a 24 años (3,5%), que no se excluyó. Además, argumentan que las relaciones sexuales sin preservativo son la principal causa de infección por VIH en las personas de 50 y más años, representando el 73,3% de los contagios. Y señalan que el uso de condones, también en relaciones con prostitutas, disminuye con la edad.

El INE aduce también: "Cabe prever mayores dificultades para cumplimentar un cuestionario parcialmente autoadministrado, especialmente si se usa ordenador". Las investigadoras señalan que puede haber una visión estereotipada del mayor y afirman, en cualquier caso, que es el instrumento de recogida de datos el que se debe adaptar a la población y no a la inversa.

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Sobre la firma

Ana Alfageme
Es reportera de El País Semanal. Sus intereses profesionales giran en torno a los derechos sociales, la salud, el feminismo y la cultura. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora jefa de Madrid, Proyectos Especiales y Redes Sociales. Ejerció como médica antes de ingresar en el Máster de Periodismo de la UAM y EL PAÍS.

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