Polémica en Madrid por la clasificación de centros educativos

La educación de la Comunidad de Madrid está viviendo una convulsión tras hacer públicas el Gobierno regional las notas medias que sacaron todos los colegios en un examen de conocimientos mínimos de lengua y matemáticas, organizado por la comunidad, que realizaron en mayo los 56.000 estudiantes de 6º de primaria. Los resultados fueron malos: el 20% de los 1.153 colegios de la región no aprobó el examen y entre los 100 colegios con mejores notas sólo había 29 públicos, mientras que 71 eran privados y concertados.

Sin embargo, tras la publicación de las notas han llovido las críticas relacionadas con la forma en la que se hizo. Por ejemplo, no se tuvo en cuenta el factor sociocultural de los alumnos -como hacen estudios internacionales como el Informe Pisa- y los directores de algunos centros denuncian fallos en los datos publicados. "La educación está mal, hay que cambiar la forma de enseñar". Ésta ha sido la conclusión del consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Luis Peral.

Padres de centros laicos, los sindicatos UGT, CC OO y ANPE, profesores, expertos en evaluación, orientadores y responsables del Ministerio de Educación recordaron que Peral había prometido no publicar los datos y coincidían en las mismas afirmaciones: las evaluaciones son necesarias pero deben tener en cuenta los factores socioeconómicos; la publicación de la lista no beneficia a nadie y perjudica a los más necesitados.

Ante los malos resultados, Luis Peral se apresuró a culpar al actual sistema, que "no premia el esfuerzo" y anunció un plan de refuerzo de ortografía, lectura y matemáticas. La semana pasada, en plena polémica tras la publicación de las listas, anunció que además del examen de capacidades básicas de los alumnos de 6º, también examinará a los estudiantes de 4º de primaria y los de 2º de ESO de los contenidos de las asignaturas.

El especialista en evaluación y director del instituto Idea, Álvaro Marchesi, defendió que se hagan exámenes, pero criticó cómo se están planteando en Madrid: "Las evaluaciones son necesarias siempre que se hagan con rigor, de forma confidencial y en su contexto para detectar los problemas y aportar soluciones. Las clasificaciones de centros sólo basándose en el resultado de una prueba, sin más factores, sólo genera desconfianza hacia las evaluaciones, no se puede tratar a los distintos como iguales". En cambio, Peral opina que "ha sido un ejercicio de transparencia" y argumenta que "algunos" consideran que es mejor no contar la situación para que no se vea que se puede hacer "educación de calidad" en colegios concertados.

La línea propuesta por Marchesi es la que se recoge en la Ley Orgánica de Educación (LOE), que se debate en el Congreso. Prevé una prueba de diagnóstico en todos los centros durante la primaria y la secundaria.

Según fuentes del ministerio "servirán para detectar los problemas antes de final de ciclo para tomar las medidas de refuerzo que se necesiten. En todo caso se tendrán en cuenta los contextos, evitando siempre hacer un ranking de centros o alumnos".

Sin embargo, el daño, para algunos, ya está hecho: "Mi centro ha tenido menos de un 3, pero hay que ver nuestra realidad: está en un barrio desfavorecido, con problemas socioeconómicos y chabolas. El 45% de los alumnos es de etnia gitana y un 25% son inmigrantes. Además, hay un alto porcentaje de hijos de familias desestructuradas que vienen incluso sin desayunar. Las familias de los alumnos que van bien, al ver la lista, se plantean llevarse a los niños", concluyó el director de uno de los colegios. El diputado socialista Adolfo Navarro lanzó al debate otra cuestión: "¿Si el curso que viene los padres piden de forma masiva los 20 primeros colegios, los ampliará? ¿Cerrará los que no pida nadie?".