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El Parlamento de Irak retoca la Constitución en busca del apoyo suní

Un atentado causa 30 muertos en el oeste del país a sólo tres días del referéndum

Ángeles Espinosa

La Asamblea Nacional Transitoria de Irak endosó anoche un acuerdo de última hora que intenta ganar el respaldo de la comunidad árabe suní a la Constitución que va a votarse el próximo sábado. Las concesiones de chiíes y kurdos, en especial un mecanismo para revisar la Carta Magna, han logrado el del Partido Islámico Iraquí, pero otros grupos suníes mantienen su rechazo al texto. Los insurgentes recordaron su oposición al proceso político con un nuevo atentado suicida en Tal Afar, que dejó 30 muertos.

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No hubo votación ni debate. El acuerdo se había cerrado la noche anterior y los 157 de los 275 diputados que pudieron acudir a la sesión extraordinaria de la Asamblea simplemente ratificaron con su presencia las enmiendas acordadas por sus dirigentes. Después de intensas negociaciones para salvar el proyecto, chiíes y kurdos -animados por el embajador de EE UU, Zalmay Khalilzad- aceptaron introducir algunas de las peticiones de la comunidad árabe suní, cuyos líderes pedían el voto negativo o la abstención en el referéndum.

Así, aunque se mantiene el carácter federal del Estado, se ha añadido una frase al artículo 1 enfatizando "la unidad de Irak, su tierra, su gente y su soberanía". También se ha incluido el adjetivo "árabe" en el artículo 3: donde se hablaba de que Irak "es parte del mundo islámico", ahora dice "parte de los mundos árabe e islámico". Además, se ha confirmado el uso de la lengua árabe en Kurdistán y revisado la cláusula sobre la transmisión de la nacionalidad iraquí a los hijos.

Estos retoques no abordan las principales exigencias que habían planteado los suníes. No se recogen ni la necesidad de que la futura forma de Gobierno se decida por una mayoría de dos tercios del próximo Parlamento, ni la gestión centralizada de los recursos nacionales, ni se elimina la frase que equipara a los antiguos miembros del Partido Baaz con terroristas. Sin embargo, se establece un mecanismo que permitirá revisar la Constitución tras las elecciones de diciembre.

El nuevo Parlamento formará una comisión que dispondrá de cuatro meses para estudiar enmiendas cuya aprobación por dos tercios de la Cámara será sometida a referéndum dos meses después. En principio, esto no garantiza que los suníes vayan a poder hacer los cambios que desean, pero les da la oportunidad de intentarlo. Los suníes, que boicotearon las elecciones legislativas de enero, confían en tener una mayor representación en el próximo Parlamento, aunque también harán frente a una fuerte mayoría chií y kurda, que con toda probabilidad se opondrá a cambios sustanciales. Tanto EE UU como la coalición gobernante de chiíes y kurdos confían en que las adendas animen a una mayor participación. Pero a sólo tres días del escrutinio no está claro qué impacto van a tener.

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"Lo importante es que asegura a los suníes que esta Constitución no es el fin de la historia sino que puede enmendarse", declaró Ridha Yauad Taqui, de la Asamblea Islámica para la Revolución en Irak, el principal partido chií en el Gobierno. Así parecen haberlo entendido los dirigentes del Partido Islámico Iraquí, uno de los grupos con más arraigo entre los varios que aseguran hablar en nombre de los suníes.

Campaña de rechazo

"Vamos a parar la campaña de rechazo a la Constitución y a pedir a los árabes suníes que voten sí", dijo Ayad al Samarrai a la agencia France Presse. Sin embargo, el resto de los grupos suníes discreparon. "No hemos aceptado este acuerdo. No creo que sea suficiente", manifestó Saleh al Mutlaq, portavoz del Consejo por el Diálogo Nacional. El poderoso Consejo de Ulemas también rechazó el acuerdo.

Pero la libertad de elección es relativa en las regiones suníes donde los insurgentes siguen dictando la ley. Los grupos armados que se oponen al proceso político han amenazado de muerte a quien ose acercarse a las urnas. Ayer, un suicida mató a 30 personas al hacer estallar su cinturón explosivo en la cola de un centro de reclutamiento de Tal Afar, la misma ciudad donde el día anterior otro atentado ensangrentó el mercado central.

El presidente iraquí, Yalal Talabani, junto al líder chií de la Alianza Iraquí Unida, Abdelaziz al Hakim.
El presidente iraquí, Yalal Talabani, junto al líder chií de la Alianza Iraquí Unida, Abdelaziz al Hakim.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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