Carril bici
Querido Ayuntamiento de Sevilla: ¿Qué son 30 años? Desde aquellos maravillosos pioneros que predicaban con el ejemplo y quisieron hacer de Sevilla la "Amsterdam del Sur", preparando a nuestra ciudad para la bicicleta, cuando aún se podía circular y todo estaba por planificar... Eran los tiempos en que te miraban como un marciano cuando hacías footing. No me hiciste ni caso. Luego llegó la Expo 92, infraestructuras y esperanzas para el futuro. Tampoco me dedicaste interés. Ahora me pones por delante un pastelito de 120 kilómetros de carriles bicis. ¿Qué voy a pensar, querido Ayuntamiento? Claro que me alegro. Hemos estado maltratados, olvidados, como una especie en vías de extinción. Pero, ¿sabes lo que ocurre? Tengo la sensación de que se han perdido 30 años de apostar por una filosofía del "ecologismo público" de acercarnos a esa ciudad que dibujan las bicis: limpia, silenciosa, sociable, saludable, estética... ¿Una utopía la bicicleta como alternativa? Quien piense esto, que se dé una vuelta por Centroeuropa y vea como jóvenes, adultos, ancianos, circulan a miles por ciudades y pueblos, con climatologías incomparablemente más extremas que Sevilla. Allí no se plantean el respeto a los usuarios de las bicis, sencillamente la bici y los transportes públicos (como el maravilloso tranvía, por ejemplo) conviven y se complementan con toda naturalidad en atmósferas modernas y sostenibles que nosotros no hemos cultivado nunca. Allí las bicis forman parte insustituible del paisaje, aquí los que nos aventuramos a manejarnos con ellas "somos" ociosos, molestos, militantes, desclasados, infelices, ingenuos o suicidas. En esto último, querido Ayuntamiento, me temo que tienen razón. Hoy día hay que estar loco para desplazarse con una bicicleta por Sevilla, y pocos se lo recomendaríamos a alguien querido.
El círculo vicioso del transporte ya está consolidado y sin opciones a corto plazo. Los pocos e inconexos carriles bici que se han construido para cumplir el expediente, son invadidos por peatones, automóviles y motos, justo lo que puede pasar cuando nos construyas ese maravilloso pastelito que nos has prometido, mi querido Ayuntamiento. Son cosas muy distintas: 120 Km. es una promesa estadística necesaria, que sabe a gloria y puedes llevar a cabo en meses. Yo te felicitaré con todo cariño por ello.
