Doñana afronta el otoño con una de las menores reservas de agua de su historia

Doñana afronta este otoño con una de las menores reservas de agua de su historia, pues sólo se han recogido en este enclave ecológico 180 litros por metro cuadrado de lluvia en los últimos 16 meses, menos de un tercio de la media anual, fijada en 645,8 litros. Este espacio protegido, que suma las 108.000 hectáreas de los parques nacional y natural, sufre uno de los períodos de sequía más duro de los últimos años y sólo ha acumulado siete litros por metro cuadrado de lluvia en los últimos seis meses, según datos del parque.

Aunque la marisma de Doñana se seca cada verano y se inunda en otoño e invierno, la actual sequía se considera una de las más severas de las últimas décadas y compromete una época crucial para esta reserva ecológica, pues es precisamente en otoño cuando llegan a esta zona centenares de miles de aves procedentes del norte de Europa.

Tanto el parque nacional como el natural cuentan con una red de pozos que se utilizan en épocas de sequía para inundar los lucios con agua de los acuíferos del subsuelo de Doñana. Estos pozos entrarán en funcionamiento próximamente, ante la inminente llegada de miles de ánsares que necesitan láminas de agua como refugio para invernar. Las zonas que inundarían artificialmente serían los lucios de Marilópez, Lobo y Fao, situados en el norte del parque nacional y en las que cada otoño se concentran los ánsares.

También está prevista la siembra de cereal de invierno y el aporte de grano defectuoso en distintos lugares de la marisma para aportar alimentación a la avifauna.

La sequía que padece Doñana quedó de manifiesto el pasado agosto, cuando concluyó el año hidrológico 2004-2005, en el que sólo se contabilizaron 176,8 litros de lluvia por metro cuadrado, lo que lo convirtió en el segundo más seco de la marisma del Guadalquivir desde 1859, cuando comenzaron a elaborarse las series históricas de pluviometría. En 1872-1873 se registraron sólo 159 litros de lluvia por metro cuadrado.