La 'envenenadora de Melilla', condenada a 84 años por tres asesinatos y un intento
La Audiencia Provincial de Málaga en Melilla ha condenado a 84 años de prisión, la pena máxima posible, a Francisca Ballesteros, de 36 años, conocida como la envenenadora de Melilla, por el asesinato de su marido y dos hijas y el intento de asesinato de su hijo, ahora de 14 años. La sentencia, emitida tres días después de concluir el juicio, condena a la acusada por dos asesinatos con alevosía (los de su hija Florinda, de cinco meses, en 1990, y su marido, Antonio González, en 2004), que pena con 20 años cada uno; otro con la agravante adicional de ensañamiento por el crimen contra su hija Sandra, de 15 años, por el que le impone 25 de prisión. El fallo acepta la propuesta de la fiscal y considera que también hubo ensañamiento en el envenenamiento de su hijo superviviente, al que Francisca deberá indemnizar con medio millón de euros.
El tribunal considera probado que Francisca administró primero a su hija Florinda, y luego al resto de la familia 14 años después, un medicamento para tratar el alcoholismo. Según la sentencia, que destaca que Ballesteros reconoció los hechos en las primeras diligencias, ésta llevó a cabo un "macabro plan" para matar a su primera hija con una sustancia "de la que conoce sus efectos", "mecánica" que empleó 14 años después con su marido e hijos "cuando éstos se habían convertido en un obstáculo para su nueva vida", en alusión a las relaciones que la mujer mantenía por Internet con otros hombres.
La Sala destaca "la crueldad, frialdad y planificación de los hechos, la conciencia y voluntad de los mismos y ausencia de circunstancia que atenúe la consecuencia penológica de los mismos".
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