Magia de caballos y quijotes

El parque temático de Isla Mágica (Sevilla) ha llegado a superar este verano los ocho millones de visitantes desde que se abrió por primera vez en 1997.

Después de una mala racha, que se superó este año con un acuerdo entre sus acreedores, Isla Mágica ha invertido en nuevas atracciones como el Ciklón, un enorme disco que se eleva 14 metros y sobre el que la empresa tiene la exclusiva en el Sur de Europa durante los dos próximos años.

Otra de las ofertas que mantiene el parque desde que se inauguró y que ha querido continuar en esta nueva etapa es el teatro. Cada día se representan en el recinto 18 espectáculos, algunos con varios pases durante la jornada. En esta nueva temporada se ha consolidado uno de los montajes más exitosos del año pasado, La magia del caballo, y se han estrenado espectáculos de calle con el personaje de Don Quijote como protagonista, para celebrar el cuarto centenario de la obra de Miguel de Cervantes.

Este parque de atracciones, con el lago, los barcos de piratas, el corral de comedia y las cantinas, constituye un escenario idóneo para el teatro clásico del siglo XVI y del Siglo de Oro. "Cuando llegan los nuevos actores, lo primero que les digo es que ésta es la mejor escenografía que se van a encontrar en la vida", confiesa Francisco Yuste, actor que encarna al Quijote y que se encarga de la dirección artística de algunos espectáculos en el parque.

En Isla Mágica se encuentran distintas compañías que están subcontratadas por la entidad organizadora. Yuste trabaja allí desde los comienzos, hace ocho años, y ha participado en muchos espectáculos. "Este lugar es perfecto para representar obras del teatro de toda la vida: Lope de Vega, Shakespeare, Cervantes... Temas de un humor extremadamente sencillo, que tiene doble sentido para los mayores, y gracias fáciles, para los más pequeños", comenta el actor con una sonrisa.

La ambientación del parque hace referencia también a las recién descubiertas tierras americanas: indígenas, piratas y paisajes amazónicos sirven como base de los guiones teatrales. Uno de estos argumentos es el que se desarrolla en La magia del caballo, obra en la que se mezclan el arte ecuestre, el flamenco y el teatro.

Rafael Hernández es, junto a su hermano, uno de los caballistas que dan vida a los personajes del montaje. "Empezamos a trabajar en Terra Mítica y allí conocimos a Rafael Rodríguez, nuestro socio. Con él preparamos funciones teatrales y ecuestres".

El año pasado, Rafael y sus socios presentaron una oferta a Isla Mágica. Se trata de un espectáculo ambientado en la América amazónica conquistada por los españoles: los caballos salvan a una doncella de un sacrificio seguro. "Tuvimos mucho éxito y en esta temporada repetimos. El año que viene, probablemente, también", adelanta el jinete.

La magia del caballo cuenta con escenas como el rejoneo al monstruo o el baile del caballo al compás de una bailaora de flamenco. Además, esta obra incluye partes humorísticas, como la intervención de los niños a hombros de sus padres o la participación de los abanderados, sacados del público.

Los espectáculos de Isla Mágica tienen en algo en común: el tipo de público. "Los niños son los espectadores más exigentes. Si un crío se cree tu actuación, es que vale la pena", sentencia el Quijote de la isla.