"El presente me interesa para vivirlo"
José Luis Garci estrena ahora, después de Tiovivo, una adaptación para el cine de textos de Miguel Mihura que ha sintetizado en Ninette. El principio del rodaje fue traumático, porque se enfermó su protagonista masculino, Alfredo Landa, que superó la gravedad de su dolencia ya, pero que tuvo que ser sustituido por Fernando Delgado. Ninette (basada en Ninette y un señor de Murcia y Ninette, modas de París) nace del amor de Garci por Mihura y su época, pero de ella ha salido verdaderamente fascinado por Elsa Pataky, que ya le sedujo en Tiovivo y que aquí consolida su descubrimiento. Garci explica aquí de dónde viene la película, cómo la hizo.
Pregunta. ¿Por qué Mihura?
Respuesta. A mí Mihura desde chaval me había gustado muchísimo. Más allá de que yo pudiera leer La Codorniz y esas cosas, siempre me ha parecido un hombre que ya tenía un apellido notable, joder, es que Miguel Mihura sonaba ya muy bien. Tres sombreros de copa me sigue pareciendo una de las mejores obras del teatro español. Mihura ha sido un tipo que no se ha entendido muy bien. Formaba parte de una generación con Tono, Jardiel, Pepe López Rubio, que fueron unos señores que al terminar la guerra se supuso que eran más o menos colaboradores del régimen, aunque ya sabemos de gente maravillosa como Fernández Flórez, que dijo después de la guerra: "Joder, hemos tenido que ganar nosotros para que prohibieran mis libros". Estos escritores no se fueron al exilio, pero fueron vistos con recelo por los censores, que eran unos señores a los que no les gustaban nada las bromas: a veces temían que les estuvieran tomando el pelo. Decir que el teatro de Mihura era el de Franco, pues no. Ahora tú lees sus obras y lo que notas es que están atravesadas por una flecha de melancolía.
"Me gusta mucho la idea de cómo Mihura trata la represión española: París, el Moulin Rouge, Pigalle, la lencería..."
P. También puede ser que fuera un hombre inclasificable y eso en la dictadura era difícil de asumir.
R. Él dirígía una revista, y era un dibujante sui géneris. Hacía unos chistes raros. Yo me acuerdo uno de un centauro que llega a una cita con unas señoritas. "Perdone que llegue tarde pero es que se me había olvidado la fusta". Él era un gran lector de Simenon y de las novelas policiacas, la niebla, Londres... Entonces su mezcla era un teatro de humor con unas tramas policiacas. Yo creo que Ninette no era el ideal de mujer que perseguía Mihura, yo creo que Ninette es Miguel Mihura, que se ha revestido de una mujer y dice unas cosas superinteligentes, divertidas, manipuladoras...
P. ¿Por eso eligió Ninette?
R. A mí me gusta mucho la idea de cómo él trata la represión española, un tendero que se va a París, el Moulin Rouge, Pigalle, la lencería, las mujeres. Este señor no ve París, no sale de su casa, ha encontrado a una chica que se llama Ninette, que le suena exótico y maravilloso. Y este señor se ve fascinado por esta chica que es fantástica en todos los aspectos. Esta chica tiene en su cuarto un póster de James Dean, de Luis Miguel Dominguín, de Magritte. Era una chica que estaba 30 años por delante de lo que había en España. Además, yo creo en las comedias civilizadas, inteligentes, con unos diálogos que dicen cosas, lo que exige una dirección de actores tremenda, porque estás metido en una caja de cerillas, no hay un solo exterior en la película.
P. ¿Qué riesgo ha tenido eso para usted como cineasta?
R. Hubiera sido imposible hacerla como primera película: no tienes posibilidades de disponer de un anochecer, de una lluvia, de una panorámica..., todo lo tienes que montar tú, y claro, hay que tener mucho conocimiento del oficio para llevar a cabo un rodaje así...
P. ¿Ha conseguido la complicidad de los actores?
R. De las cosas que siempre se me dieron bien son los actores. No es que llegues al plató y ya está. Hemos estado dos meses de ensayo, incluidos sábados y domingos. Y aquí venía Elsa Pataky y le decía, lo siento, pero mañana sábado y el domingo ensayamos por la tarde..., y así se va construyendo esa complicidad...
P. Se puede juzgar que en esa preocupación suya por los años cincuenta hay una preocupación sentimental o cinematográfica...
R. Cuando me dicen: "Tus películas están en el pasado, no te interesa el presente", siempre digo: "A mí me interesa el presente muchísimo para vivirlo; para hacer una película me interesa más recrear otros tiempos". Mis primeras películas, hasta Asignatura pendiente, son rabiosamente actuales. Haciendo películas como El abuelo o Canción de cuna me siento como el artista que está pintando y se echa para atrás unos tres metros para tener una mejor perspectiva del cuadro.
P. ¿Y cuál es el valor primordial que usted ha visto en su descubrimiento, en Elsa Pataky?
R. Yo creo que ella se hizo Ninette sin saberlo. En Tiovivo c. 1950, yo ya la tenía en la cabeza. La conocía prácticamente sólo de los ocho ensayos para hacer aquella película. Y la vi con una bata azul, sin una gota de maquillaje, y vi cómo se movía, su mirada, y me dije: "Esta chica es Ninette". Se mueve de una manera especial. En dos meses le dije que estaba en este proyecto y que me gustaría que fuese Ninette. "Estupendo, qué bien. Pues ahí sí que me tienes que ayudar". Y estoy seguro de que ha nacido una estrella... Es una chica con luz. Como si estuviera iluminada por dentro. Tiene algo de lo que tenían las estrellas norteamericanas y a mí me parece que Mihura estaría de acuerdo conmigo.
P. ¿Cuál es su previsión de cómo va a ir esta película?
R. Ni la más remota idea, lo que sí te digo es que si esta película tiene éxito yo sé que un porcentaje grande, más del 50%, será por Elsa Pataky. Esta chica está colgada todos los días en Internet y se la bajan, con perdón, y la ven todos. Es una chica estrella de Internet.
P. ¿Se siente responsable de su éxito?
R. A mí me gustaría que tuviera éxito; es muy guapa, muy atractiva, pero también considero que es una actriz excepcional y sobre todo que es muy buena persona.
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