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Reportaje:

Elantxobe, sin 'Madalenas'

La decisión municipal de prohibir las 'txosnas' para mañana pretende evitar la masiva presencia de jóvenesIbarrangelu anuncia que no permitirá que la fiesta se desplace a su municipio

La fiesta de La Madalena en la localidad vizcaína de Elantxobe tiene toda la pinta de desaparecer. Al menos en su versión de multitudinaria concentración de jóvenes, que le había convertido en un referente de juerga todos los veranos. "La fiesta del alcohol y el sexo", la bautizó hace años una televisión alemana en el reportaje que le dedicó. Últimamente, además de decenas de autobuses con jóvenes de Vizcaya y Guipúzcoa, se fletaban autocares desde Madrid o Andalucía para acercarse esa jornada a Elantxobe.

La celebración, prevista para mañana, será este año totalmente distinta. El Ayuntamiento prohibió hace dos meses la instalación de txosnas en el municipio, lo que hace inviable acoger el gentío en los cuatro bares de pequeño tamaño de la localidad. En las ediciones más concurridas de La Madalena, se han acercado a Elantxobe, un pueblo con un censo de poco más de 450 habitantes, entre 20.000 y 30.000 personas.

La decisión municipal se veía venir, sobre todo tras el accidente sufrido por un joven en 1995, que quedó tetrapléjico tras caer al puerto. Una sentencia, varios años después, hizo al consistorio responsable civil del accidente y le impuso el pago de 600.000 euros, bastante más que el presupuesto de la localidad. La prohibición de las txosnas ha puesto en pie de guerra a los establecimientos hosteleros, que en esa jornada logran en muchos casos el 25% de los ingresos anuales.

La respuesta hostelera ha sido, finalmente, anunciar el cierre de sus bares el viernes, "porque no damos abasto con los locales que tenemos". "Para esto estaban las txosnas, para que la gente pueda estar fuera", señala un hostelero de Elantxobe.

La alcaldesa, Amaia Eiguren (PNV), no quiere hablar del tema y se remite al comunicado que emitió la alcaldía hace dos meses, cuando justificó la medida porque "este Ayuntamiento no dispone de recursos, ni económicos, ni humanos, para hacer frente a las situaciones que se puedan generar".

Con Elantxobe sin bares, la solución para muchos puede ser el botellón, que ya se practicaba en los últimos años. O trasladar la fiesta al municipio cercano de Ibarrangelu, algo que también ocurría. Pero el Ayuntamiento de esta localidad advirtió ayer que no lo permitirá. "El día 22 no es fiesta en Ibarrangelu y no se celebra nada especial", advirtió ayer el consistorio, que aseguró que ya ha comunicado a los establecimientos hosteleros la prohibición de "la instalación de cualquier txosna, barra, equipo de música..., fuera del establecimiento".

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La Ertzaintza también impondrá este año restricciones a la fiesta. Ayer anunció que se establecerán controles preventivos de alcoholemia durante toda la jornada, una iniciativa inhabitual hasta ahora. "Es que si ponen controles, casi todos dan positivo", admite un vecino de Elantxobe. Junto a ello, mantendrá las restricciones de entrada a la localidad a los no residentes por tres accesos diferentes, y dispondrá un dispositivo en el mar, en colaboración con Salvamento Marítimo y la Cruz Roja, así como un helicóptero para labores de auxilio y rescate.

En este ambiente de duda sobre la celebración de la fiesta, las compañías que fletan autobuses especiales hasta Elantxobe mantienen sus servicios. "A mí siempre me contratan unas cuadrillas y se mantienen. Voy a llevar tres autocares", señala el responsable de Autobuses Morales, que cumple más de 20 años con este servicio especial.

Las personas mayores de Elantxobe han acogido con satisfacción la decisión municipal, que puede retrotraer la fiesta a 20 años atrás, cuando al puerto llegaban los barcos procedentes de Bermeo, que se juntaban con los vecinos en una celebración reducida en cuanto al número de personas. Los jóvenes o entidades como el club de remo, que tenía en La madalena su principal vía de ingresos, defienden el modelo actual. "Son diez horas, no una semana, y una vez al año", afirma un vecino.

"Al final se han cedido a las presiones por temas de seguridad y puede que también de los hosteleros de Bermeo", agrega. Este municipio, el principal protagonista de la fiesta de La Madalena (el acto central es el lanzamiento de una teja al mar por las autoridades bermeanas junto a la isla de Izaro para certificar la propiedad de Bermeo), ha visto cómo en los últimos 20 años todo el jolgorio y, por tanto también los ingresos económicos, se quedaban en Elantxobe. Los hosteleros se quejaban de que a su localidad la gente llegaba "en malas condiciones y sin dinero".

Mañana se despejarán las dudas de si La Madalena vuelve a tener el protagonismo en Bermeo, como antaño.

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