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CUMBRE DE LA UE | La posición de España

Zapatero está dispuesto a cerrar el acuerdo

Tanto el Gobierno como el PP esperan que se alcance un compromiso bueno para España

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, abordó ayer el quinto Consejo Europeo de su mandato con la determinación declarada de llegar a un acuerdo sobre el marco presupuestario de la UE y la convicción de que será posible hacerlo, una apreciación en la que, curiosamente, coincide la delegación del PP desplazada ayer a Bruselas. Zapatero declaró que veía "más posibilidades de acuerdo que de ruptura", y confió en lograr, pese a las dificultades, "una reducción gradual y equilibrada" de las ayudas comunitarias a España.

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Fuentes de la delegación del PP, presidida por Mariano Rajoy, que asistió a la reunión habitual de líderes del Partido Popular Europeo previa al Consejo, compartieron ese diagnóstico sobre la inminencia del acuerdo y confirmaron que su presidente tiene incluso prevista una comparecencia el sábado por la mañana en Toledo para criticar la política del Gobierno hacia Europa y el esperado arreglo sobre las perspectivas financieras. Esta comparecencia cobra todo su sentido en el marco de las elecciones del domingo en Galicia, una de las regiones más favorecidas por los fondos de Bruselas.

Rajoy se mantuvo ayer razonablemente en un perfil institucional de no enfrentarse abiertamente al Gobierno en medio de una negociación decisiva para el futuro de las finanzas españolas con la Unión. Calificó de "lesiva" para España la propuesta de arreglo presentada el martes por la presidencia luxemburguesa. "No nos satisface en absoluto", dijo, antes de concluir: "Espero que el Gobierno haga una defensa cerrada de los intereses españoles".

Fuentes del PP no ocultan, sin embargo, que en cuanto se cierre el acuerdo se abrirá la crítica, y que ésta no será precisamente benévola, aun cuando la oposición se muestre hoy comprensiva con el hecho de que Zapatero tenga prisa en resolver este asunto en el que el tiempo juega en contra de España.

La convicción de que el arreglo que hoy parece malo resultará seguramente bueno mañana, expresada por diversas fuentes gubernamentales, es, en efecto, un elemento esencial de la urgencia con que la delegación española aborda esta negociación, prevista para hoy por la mañana. El motivo es que, si el problema se dilata, la base estadística de los tratos se desplazaría un año, para incluir el trienio 2001-2003, con lo que la riqueza relativa de España y sus regiones aumentaría considerablemente y se reducirían sus posibilidades de recibir ayudas comunitarias.

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Zapatero quiso dejar ayer claro que el acuerdo tiene un precio. Volvió a calificar de "insuficiente" la oferta de la presidencia y aseguró que sólo aceptará un compromiso que garantice a España un "aterrizaje suave" desde su saldo neto actual de 48.000 millones hasta los entre 5.000 y 13.000 millones de euros a que teóricamente podría aspirar durante el próximo septenio. Desde el PP sugieren que se le juzgará con el rasero de los 12.000 millones de euros, un objetivo máximo difícilmente alcanzable, dada las circunstancias.

Fuentes gubernamentales destacaban, al mismo tiempo, que aún siendo "inaceptable", la propuesta luxemburguesa no puede considerarse adquirida, ya que hay países que la rechazan. También insistían en que el Gobierno del PP acogió positivamente la propuesta que presentó la Comisión en febrero de 2004, menos generosa para España que la que está ahora sobre la mesa.

Todo ello parece indicar que Zapatero podría plantarse en un paquete muy próximo al que le ofrece su colega luxemburgués, Jean-Claude Juncker, con algunas mejoras, especialmente la prórroga del periodo de salida del Fondo de Cohesión, porque los dos años previstos en la propuesta actual harían coincidir las elecciones generales con el último año de percepción de estas ayudas. El presidente no parece temer que Francia o el Reino Unido impidan el compromiso, pero sí la oposición de Holanda o Suecia.

José Luis Rodríguez Zapatero (centro) y Miguel Ángel Moratinos (derecha) conversan con otros líderes europeos ayer en Bruselas.
José Luis Rodríguez Zapatero (centro) y Miguel Ángel Moratinos (derecha) conversan con otros líderes europeos ayer en Bruselas.EFE

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