"Si eres negro no puedes ser bueno"
Easy Rawlins, el detective negro creado por Walter Mosley (Los Ángeles, 1952), regresa a las librerías españolas con Muerte escarlata (Rocaeditorial). La novela transcurre en 1965, durante los disturbios raciales de Watts, en que la furia negra arrasó el sur de Los Ángeles. Una mujer negra aparece asesinada y la policía teme que la haya matado un hombre blanco. La situación es delicada y piden a Rawlins que investigue. Easy ya tiene 45 años, posee varios inmuebles y aunque no lo ve claro, se decide, por una vez en la vida, a colaborar con el enemigo.
Mosley hace, a través de novelas como ésta y como las anteriores -El demonio vestido de azul, Una muerte roja o Betty la Negra (Anagrama)- un interesante retrato de la comunidad negra de Los Ángeles y de su evolución. En conversación telefónica, el escritor explica que las relaciones entre negros y blancos en su país son mucho más complicadas de lo que él explica en sus novelas.
"Nadie esperaba lo que sucedió en Los Ángeles en 1965. Los negros no fueron conscientes de que estaban haciendo una revolución"
"Easy Rawlins cree en la forma de vida americana, cree en la libertad, pero su forma de pensar se ve desafiada siempre por la realidad"
Pregunta. En Muerte escarlata, Rawlins opina que los disturbios de Watts derribaron las barreras entre negros y blancos, ¿fue así?
Respuesta. Creo que se logró reestructurar las relaciones entre negros y blancos. Antes, los blancos creían que hicieran lo que hicieran los negros era algo ajeno a ellos. Pero tras los asaltos, pensaron que tenían que prestar atención a lo que pensaban los negros. Sabían que les iba a afectar.
P. Fue una violencia extrema.
R. Los negros estaban enfadados, dispararon, quemaron... No creo que fuese eso lo que querían hacer. Eran violentos porque estaban tan frustrados que no aguantaban más. Nadie esperaba lo que sucedió y los negros no tuvieron conciencia de que estaban haciendo una revolución.
P. Gracias a su trabajo con los blancos, Rawlins consigue la licencia de detective, ¿cambia eso su vida?
R. De repente, el jefe de policía conoce su nombre, el alcalde también... Hasta entonces era un hombre invisible... para los blancos. Le cambia la vida en cierta manera, pero le seguirán viendo como un negro. Tendrá un poquito más de autoridad, pero lo cierto es que si eres negro puedes tener todo tipo de problemas. Una persona negra puede ser maravillosa hasta que te dicen que no, te arrestan y te meten en la cárcel por muy importante que seas, porque si eres negro no puedes ser bueno. A menos eso es lo que piensan muchos blancos.
P. Pese a todo, Easy cree en el sistema de vida americano.
R. Sí, cree en la forma de vida americana, cree en la libertad, cree que es una potencia, pero esa manera de pensar se ve desafiada siempre por la realidad.
P. ¿Por qué inició la serie en los años cuarenta y no en la actualidad?
R. De pesca, el primer título que escribí sobre Rawlins, pasa en 1939. Ninguna editorial lo quiso publicar. Mi intención fue siempre escribir sobre la migración de los negros de Luisiana y Tejas al sur de California y de eso trata ese libro. ¿Por qué gustó el segundo? No lo sé, es un misterio. Quizá a la gente le gustó la idea de personajes negros nuevos. Así que fui por ese camino. No tienes historia si no hay una historia ficticia. ¿Quién iba a comprar un libro que hablase de la historia de Los Ángeles entre 1942 y 1952? Nadie.
P. En sus novelas aparecen de forma recurrente las difíciles relaciones entre negros y blancos. En Muerte escarlata, hay una mujer negra que intenta pasar por blanca y un hombre negro, su hijo, que asesina a mujeres negras porque se relacionan con hombres blancos. ¿Sigue pasando ahora?
R. Esas relaciones son mucho más complicadas de lo que explico en el libro, porque no es sólo la mujer negra haciéndose pasar por blanca y su hijo que la odia por ello, es también la historia del zapatero alemán al que quiere atacar un joven negro. "Tienes que darme mis zapatos porque es lo justo", le dice después de que su tienda haya sido arrasada.
P. ¿Busca justicia?
R. Sí. Hay mucha gente que no se gusta a sí misma, que odian lo que son en relación con el mundo de los blancos. Creo que hay mucho odio hacia uno mismo, aunque muchas veces es algo inconsciente.
P. Es obvio que sigue habiendo racismo.
R. La gente rechaza que haya racismo en EE UU. Hay ocho blancos o incluso nueve por cada negro, pero en la cárcel la proporción se iguala. Si hay un millón de blancos en prisión hay un millón de negros.
P. ¿Quiere decir que hay un mayor índice de criminalidad entre los negros?
R. No se puede decir que los negros son más criminales que los blancos. Y si ésta no es la explicación, entonces tiene que haber un tipo de racismo activo que continúa en el país y que afecta al sistema legal, al educativo, al sanitario... y a todo lo demás. No hay una sola causa, es un asunto muy complejo. Y este problema es la clave de muchas de las cosas que pasan en el mundo.
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