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Los casos de acoso escolar en Primaria doblan a los registrados en Secundaria

Seis de cada 100 alumnos de 11 y 12 años son maltratados por sus compañeros de clase

El 5,8% de los escolares vascos que cursan quinto y sexto de Educación Primaria sufre casi a diario algún episodio de acoso o maltrato por parte de alguno de sus compañeros de clase, el conocido como bullying. Este porcentaje dobla prácticamente al que se registra en la Educación Secundaria (ESO), tradicionalmente considerada por los expertos como la etapa más crítica en los casos de acoso. Los datos corresponden a una encuesta realizada por el Instituto Vasco de Evaluación e Investigación Educativa (IVEI), dependiente de Educación, entre casi 3.000 alumnos de quinto y sexto de Primaria (11 y 12 años) y cuyos resultados presentó ayer la consejera en funciones, Anjeles Iztueta.

Se trata del primer diagnóstico de estas características que se realiza en Primaria, después de que en diciembre pasado el departamento presentase las conclusiones de una encuesta similar realizada en Secundaria. En aquella ocasión, un 3,7% de los escolares reconoció que padece acoso.

Los resultados han sorprendido, ya que el estudio constata que el punto crítico del acoso se produce en sexto de Primaria, cuando los niños tienen entre 11 y 12 años, y no en Secundaria. A partir de ese momento, los casos comienzan un ligero, pero sostenido, descenso hasta registrar un 2,3% en cuarto curso de Secundaria, cuando los estudiantes tienen 16 años.

Aunque el acoso en las aulas no es nuevo, el suicidio de Jokin, el joven de 14 años que se arrojó al vacío en septiembre pasado en Hondarribia tras ser hostigado por varios compañeros de clase, ha puesto el foco sobre el fenómeno y ha elevado el grado de concienciación de la sociedad sobre esta cuestión.

Prueba de ello son el protocolo de actuación y los estudios elaborados por el departamento, cuyos datos son díficiles de comparar pues existen pocos referentes, sobre todo, en lo que se refiere a Primaria. A pesar de esa escasez, la consejera señaló que un reciente estudio inglés sobre Primaria arrojó un índice de acoso del 10%.

Hablar mal de un compañero, insultarle, hacerle el vacío, ponerle apodos y finalmente, agredirle, son las formas más comunes en las que se manifiesta el acoso. La mayoría de los matones actúa arropado por un grupo de fieles, sobre el que ejerce un cierto liderazgo. Suele fijarse en los más débiles y después trata de hacerles la vida imposible. Una de las claves para acabar con el problema reside así en desactivar a ese líder. Según indica los expertos, si el cabecilla cambia de actitud, también lo hará el resto.

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Las agresiones, la forma más extrema y denigrante del acoso, resultan más frecuentes en los cursos de Primaria que en Secundaria. Hasta un 3,3% de los encuestados reconoció que sufre golpes y agresiones, frente al 1,2% de los alumnos de Secundaria. "Es muy preocupante esa cifra", admitió Iztueta, quien destacó que el 59% de los maltratadores cursan estudios en la misma clase que la víctima. Esa circunstancia hace que la presión sobre el acosado sea mayor, ya que cada día tiene que verse las caras con sus agresores. Así, se reproduce a diario un esquema de dominación-sumisión, del que el alumno hostigado tiene muy complicado escapar. Un 14% de los estudiantes que sufren el acoso no se lo cuenta a nadie, vive en silencio las agresiones y las humillaciones.

Iztueta llamó la atención sobre este hecho, porque los riesgos se multiplican en estos casos. La víctima se avergüenza, pierde su autoestima y la situación puede derivar en la autoexclusión social, problemas con las asignaturas o cualquier otro tipo de conducta. Al no recurrir a nadie, "el niño se encuentra solo frente al problema" advirtió la consejera.

La mayoría de los que no ocultan su situación comentan lo que les ocurre a sus amigos (46,7%), a la familia (60%) y, por último, a los profesores (18,4%). Los docentes son, por lo tanto, los que menos se enteran de lo que pasa. El caso es que la relación con el profesorado parece buena, según se desprende de los datos de la encuesta. Hasta un 42,7% de los escolares preguntados por cómo es el trato con el profesorado contesta que "muy bueno". Otro 48% asegura que es "bien-normal" y un 2,7% reconoce abiertamente que la relación es "mala" o "muy mala".

El Departamento de Educación ha abierto alrededor de 50 expedientes disciplinarios por bullyng este curso, aunque una serie de denuncias de padres no han pasado por la consejería y han ido directamente a manos de la Fiscalía. Tras lo ocurrido con Jokin, la consejería elaboró un protocolo de actuación para todos los colegios en el que se especifica cómo se debe abordar este tipo de casos. El objetivo es que los directores de los centros protejan a la víctima, informen de lo que está ocurriendo a la familia y ordenen las sanciones que sean oportunas. Los nombres de los menores se sustituirán con unos códigos identificativos y el centro actuará siempre de forma coordinada con los padres. Tras este nuevo estudio, Educación no va a aprobar nuevas medidas.

La consejera hizo un llamamiento a que la comunidad educativa y la sociedad en general se conciencien del problema y ayuden a romper el silencio de las víctimas que no denuncian su hostigamiento y son las más proclives a automarginarse. "La violencia estaba latente en las aulas, pero lo ocurrido con Jokin nos ha hecho abrir a todos los ojos", admitió. Potenciar la educación para la convivencia, tanto en las aulas como en el resto de la sociedad, es una de las prioridades que se ha fijado el Gobierno vasco.

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