El Gobierno y la oposición preparan la cumbre del 11 de junio sobre el Estatuto
El Gobierno y la oposición escenificaron ayer en el Parlament la voluntad compartida de lograr un éxito en la cumbre del 11 de junio convocada por el presidente Pasqual Maragall para desbloquear los desacuerdos registrados en la reforma del Estatuto de Autonomía.
A los dos días de la entrevista en la que Maragall y el líder de CiU, Artur Mas, recompusieron las vías de diálogo que la polémica sobre el cobro de comisiones por las obras públicas había hecho saltar por los aires, ayer fue el turno de Josep Piqué, presidente del PP de Cataluña. Piqué, que el próximo martes se entrevistará con Maragall, tuvo ayer un almuerzo de trabajo con el consejero de Economía, Antoni Castells, en el que abordaron las divergencias sobre el título de la financiación en la reforma del Estatut. El PP podría aceptar una agencia tributaria catalana si está consorciada con la del Estado. Y podría aceptar también otros cambios si son "generalizables" a las demás comunidades.
Después, Piqué tuvo una reunión de media hora en el Parlament con el consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura, dedicada a preparar la cumbre del 11 de junio. Saura ha recibido de Maragall el encargo de elaborar el orden del día de la cumbre con las propuestas de los líderes de todos los grupos parlamentarios.
A la salida de esta reunión, Piqué reafirmó que su partido "trabajará hasta el final" para lograr un acuerdo sobre la reforma del Estatut.
Mas y Piqué mantuvieron sendos debates de guante blanco con Maragall en la sesión de control parlamentario al Gobierno. Hasta el extremo de que el propio Maragall, al agradecerles el tono correcto, destacó la diferencia con el debate "a cara de perro" celebrado el pasado miércoles en el Congreso entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy.
