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Reportaje:ELECCIONES EN REINO UNIDO | La campaña

El ciudadano Keys desafía al poder

El padre de un soldado muerto en Irak libra su propia guerra electoral contra Blair

Berna González Harbour

En el cuartel general de Reg Keys se respira una tensión diferente, una voluntad casi angustiosa de llegar casa por casa a todos los habitantes del lugar. Va a hacer dos años que Reg Keys perdió a su hijo en una emboscada en el sur de Irak y hoy se ha armado de coraje para librar su propia guerra contra Tony Blair. El antiguo conductor de ambulancias de un pueblecito de Gales desafiará al primer ministro en el corazón de su circunscripción electoral. Es un auténtico sueño de David contra Goliat que intenta, aunque sólo sea por su hijo, mantener viva la memoria de unos chicos perdidos por una causa ya desvanecida en el laberinto internacional. A él se han unido viudas, padres y huérfanos de esta generación de soldados marcados por la guerra en Irak.

"Blair nos ha llevado a una guerra ilegal, y ahora nos pide que lo olvidemos", dice Keys
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"Lo hago por Tom. Debo enfrentarme a Blair en honor a mi hijo Tom", repite una y otra vez el candidato Reg Keys, mientras recorre con sus panfletos las bellas calles de Newton Aycliffe en busca de algunos votos.

Estamos en la circunscripción de Sedgefield, donde el primer ministro británico aspira a renovar hoy su mandato como diputado del Partido Laborista. Es un día frío en esta zona del norte de Inglaterra y sus seguidores preparan el local para celebrar hoy con él su tercera victoria consecutiva. Tony Blair recogió aquí en 2001 el 65% de los votos, y cualquier descenso de esa cifra será una victoria en manos de Reg Keys. "Tenemos que aprovecharnos del sistema electoral en este país", cuenta uno de sus simpatizantes con pleno entusiasmo. "En cualquier otro país el presidente es elegido por todos los ciudadanos. Y aquí son 20.000 personas las que le dan la victoria en su circunscripción. Si logramos unir a los votantes de Sedgefield, el Partido Laborista ganará en el país, pero Blair será castigado aquí y tendrá que abandonar. Así evitaremos la próxima guerra en Irán".

Es todo un canto a la política-ficción porque Tony Blair, que tiene aquí su hogar, es imbatible en esta zona donde las antiguas minas de carbón sembraron hace ya mucho tiempo el terreno para la izquierda británica. Hoy no son mineros, sino operadores de telefonía o trabajadores de la Nissan, pero cuelgan en sus ventanas los mismos carteles rojos con el lema laborista más repetido: "Mira hacia adelante, no atrás".

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Mientras Reg Keys pulsa los timbres del pueblo, va encontrando en muchas de esas caras comprensión y compasión, pero pocos votos. Unos pocos le tienden la mano y le expresan su adhesión. "Blair nos ha defraudado como diputado local", dice un vecino. "Blair debe pagar por la guerra de Irak", comenta otro. Y le desea suerte.

La candidatura de Reg Keys ha generado tanta expectación que ha traído hasta Sedgefield un cortejo interminable de medios nacionales e internacionales, incluido Al Yazira. Y la jefa de prensa no da abasto para atender llamadas mientras decenas de simpatizantes toman sus puestos en las calles. "España es un ejemplo para todos nosotros. Aznar no quiso escuchar a la gente y la gente se lo hizo pagar. Aquí pasará lo mismo con Blair", comenta Jane Mayes. "¡Después iremos a por Berlusconi!", añade otro militante.

Reg Keys, de 52 años, era un humilde vecino de Gales sin ningún afán político hasta que su hijo Thomas, soldado de primera de la Royal Military Police, murió mientras defendía una pequeña comisaría de policía en Al Majar al Kabir, al sur de Irak. Cayó a los 20 años junto a otros cinco británicos en una emboscada de la insurgencia poco después de que George Bush declarara el fin de las grandes operaciones en Irak. "Blair nos ha llevado a una guerra ilegal con base a unas armas de destrucción masiva que no existían, y ahora nos pide con cara de colegial que nos olvidemos de ello", sostiene Keys en su campaña electoral. "Lo siento Blair, pero debes responder por ello, no puedes irte con impunidad. Estoy aquí para pedirte cuentas por el coste humano de esta guerra".

No está solo en su guerra particular. Familiares de soldados muertos -son 89 bajas- se han unido en una coalición que intenta llevar a los tribunales a los responsables de la guerra de Irak. El martes, varias madres exigieron ante Downing Street una investigación formal. Su causa se ha visto además alimentada por la viuda de Anthony Wakefield, el último soldado británico muerto en Irak, caído el lunes.

Pero los hombres de Blair en Trimdon no tienen más que un mensaje para Reg Keys. "Lo sentimos mucho por su hijo", dice Paul Trippitt, concejal del pueblo del primer ministro. "Pero él no puede hacer nada por esta circunscripción. Ha perdido a su hijo en la guerra y eso es todo. No tiene nada que decir en el plano político".

Blair no ha venido hasta aquí en ningún momento de la campaña, empeñado como está en los escaños más dudosos del país. Pero la fiesta está preparada para que hoy celebre aquí su victoria. Reg Keys no le felicitará.

Reg Keys hace campaña como candidato independiente en Sedgefield, la circunscripción de Blair.
Reg Keys hace campaña como candidato independiente en Sedgefield, la circunscripción de Blair.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Berna González Harbour
Presenta ¿Qué estás leyendo?, el podcast de libros de EL PAÍS. Escribe en Cultura y en Babelia. Es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora en varias áreas. Premio Dashiell Hammett por 'El sueño de la razón', su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.

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