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Un terrorista suicida mata a 46 aspirantes a policía en la capital del Kurdistán iraquí

El grupo Ansar al Suna se atribuye el ataque con explosivos contra un centro de reclutamiento

Un terrorista suicida que ocultaba explosivos bajo su traje tradicional kurdo causó ayer la muerte de al menos 46 personas que guardaban cola ante un centro de reclutamiento en Erbil, la capital del Kurdistán iraquí (350 kilómetros al noreste de Bagdad), según informaron el Ministerio de Defensa y el Gobierno regional kurdo. Otros 70 aspirantes a policía resultaron heridos en el ataque, que se produjo al día siguiente de la toma de posesión del nuevo Gobierno. Dos centenares de personas han muerto en acciones terroristas en Irak en apenas una semana tras la investidura del Gabinete.

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El grupo armado Ansar al Suna se atribuyó el atentado en un comunicado difundido a través de Internet. Esta organización terrorista reivindicó también el doble ataque suicida contra partidos políticos kurdos que se cobró 105 vidas el 1 de febrero de 2004 en Erbil.

La insurgencia iraquí, de base suní, parece haber redoblado sus ataques tras la formación del Gobierno surgido de las elecciones del pasado 30 de enero -las primeras celebradas tras el derrocamiento de Sadam Husein- en las que chiíes y kurdos se hicieron con el control del Parlamento.

El atentado que golpeó poco después de las nueve de la mañana de ayer (las siete, hora peninsular española) el corazón de Erbil se produjo cerca de una sede del Partido Democrático del Kurdistán (PDK), dirigido por Masud Barzani, que integra, junto con la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK) del presidente iraquí Yalal Talabani, la coalición electoral kurda.

El terrorista suicida se encontraba en la fila de jóvenes aspirantes a ingresar en la policía, vestido como muchos de ellos con los tradicionales pantalones bombachos y guerrera verde oliva y cubiertos por el kefiye o pañuelo tribal. En los últimos días el Gobierno autónomo del Kurdistán ha lanzado llamamientos a través de la televisión para reclutar nuevos agentes.

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Las barreras de cemento que rodean los edificios públicos de Erbil para prevenir los ataques con coche bomba aparecían cubiertas de sangre y restos humanos. Kamal Karkukli, dirigente local del PDK, aseguró que en un primer momento se creyó que, ante la magnitud de la cifra de víctimas y de los daños materiales, la explosión había sido causada por un coche bomba.

Erbil se encontraba ayer en estado de máxima alerta, con puestos de control de seguridad de los peshmergas, las milicias de los partidos kurdos, en cada encrucijada de la ciudad. Los funcionarios y estudiantes interrumpieron sus actividades y se dirigieron a los hospitales para donar sangre.

"¡Ojalá Dios se vengue algún día de los árabes!", gritaba una mujer kurda que se identificó como Um Nawzad (la madre de Nawzad) mientras se cubría la cara con tierra ensangrentada. Acababa de perder a su hijo. "Si no hubiésemos sido pobres, mi hijo no habría tenido que buscar trabajo en la policía", se quejaba. El atentado de ayer es el más grave que se registra desde hace 15 meses en el relativamente tranquilo Kurdistán.

[Por otro lado, nueve soldados iraquíes murieron y 17 personas resultaron heridas anoche en un atentado con coche bomba en el distrito de Dura, al sur de Bagdad, informa France Presse].

Una mujer grita de dolor a las puertas de un hospital al que fueron evacuadas algunas víctimas del atentado en Erbil.
Una mujer grita de dolor a las puertas de un hospital al que fueron evacuadas algunas víctimas del atentado en Erbil.EFE

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