El grito agónico de Madrid Rock
Los empleados del establecimiento vinculan el cierre con supuestas maniobras especulativas, no con el descenso de ventas
Madrid Rock no quiere morir en silencio. Ayer, un centenar de empleados se manifestaron ante la puerta del comercio para lanzar un grito agónico en petición de ayuda. Con ellos estuvieron el cantante canario Caco Senante y un grupo de heavy metal.
La empresa atribuye la clausura prevista del local al descenso de ventas. Los trabajadores, sin embargo, aseguran que el motivo es otro. Ellos achacan la medida a las "maniobras especulativas" de sus dueños. "Hace tiempo que estaban intentado hacer un negocio inmobiliario con la venta del inmueble", explicó uno de los trabajadores durante la protesta.
"No queremos que nos liquiden como si fuéramos discos", añadía otro de los 48 trabajadores de Madrid Rock. Todos ellos se quedarán sin empleo cuando sea una realidad el cierre anunciado por la empresa hace dos semanas.
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Sus responsables aseguran que los motivos del adiós de este emblemático establecimiento están fundamentados en el descenso en las ventas de discos de un 40% en los últimos cuatro años, directamente relacionado con la aparición de la piratería.
"La crisis no es tal", se quejaba ayer uno de los empleados de Madrid Rock, y lo argumentaba con la nómina en la mano". Yo cobro parte de mi sueldo en comisiones por venta, y mi salario no ha disminuido en los últimos tiempos", razonaba.
La empresa es todavía viable, en opinión de Román Alonso, miembro del sindicato CC OO, que acompañó a los trabajadores en la protestas. "No creemos que el negocio esté afectado por el top manta o la piratería. Cada vez cobra más fuerza la idea de que los dueños quieren hacer un negocio con este inmueble, que tiene una ubicación privilegiada". El establecimiento está situado en una de las arterias de la ciudad, en la Gran Vía, número 25.
A la cita en favor de la supervivencia de Madrid Rock se sumó ayer, en medio de una jornada de frío y viento, la portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento, Inés Sabanés. "No me creo la versión que está dando la empresa. Tampoco veo la voluntad de los dueños de frenar el cierre", dijo. Sabanés pidió la inmediata intervención del Ayuntamiento y de la Comunidad para mantener abierto un comercio que calificó de "emblemático" para los madrileños.
La portavoz de IU reclamó también a las instituciones que velen para que no desaparezcan los cines y las tiendas de Gran Vía por la liberalización de los espacios públicos. "La empresa debe demostrar con hechos la crisis económica que alega para la suspensión de la actividad", reclamó.
Madrid Rock nació en 1981 y cerrará sus puertas, según los cálculos realizados por los sindicatos, a finales de mes. En un último intento para que se oiga su voz, los trabajadores seguirán manteniendo reuniones con la empresa y hoy con el Gobierno regional. También esperan ser recibidos por el alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz-Gallardón, al que ayer enviaron una carta explicándole su situación.
Los trabajadores han informado que la empresa sólo quiere indemnizarles con 25 días por año trabajado, cuando lo establecido por ley para un contrato ordinario son 45 días por año.
En sus 24 años de historia, Madrid Rock ha llegado a tener ocho locales en Madrid, Córdoba y Sevilla, y un fondo discográfico con más de 80.000 títulos disponibles. Ha sido punto de venta de entradas de conciertos y centro de encuentro de los aficionados a todo tipo de música.
Según sus propietarios, la fuerte competencia de las grandes superficies y la crisis del sector discográfico (auspiciada por la piratería y las descargas desde Internet) han hecho mella en el único local de la cadena que había resistido (en la Gran Vía).
Desde la semana pasada, Madrid Rock inició una campaña de saldos para acabar antes del cierre de la tienda, previsto para finales de mes, con el material almacenado.
La venta también fue objeto de polémica. Grandes carteles de "liquidación" ofrecían descuentos del 20% si se compraban dos compactos o DVD, y de un 30% si se llevaban tres o más. Desde entonces ha habido largas colas a las puertas de la tienda. Dicen los empleados que algunos clientes se llegaron a gastar más de 1.000 euros en una compra.
Los trabajadores denunciaron que la supuesta liquidación era "engañosa" porque se estaba reponiendo material. "Están haciendo negocio con la liquidación", aseguró CC OO.
El director de la tienda, Miguel Ángel Moreno, afirmó, por su parte, que todo fue un "malentendido". "Quitamos la palabra 'liquidación' de nuestros carteles... y ya está. Estamos haciendo descuentos, como hace la competencia", dijo.
Sin embargo, según explicó Mamen Salvador, representante de CC OO, un inspector de Trabajo visitó el local el pasado miércoles y "aconsejó" a los responsables de la tienda que "no siguieran con la liquidación", puesto que no se había cerrado el expediente de regulación de empleo de los 48 trabajadores.
Sin embargo, el inspector volvió a Madrid Rock y vio que seguían los descuentos, aunque habían eliminado la palabra liquidación" de los carteles, según Salvador. "La legislación establece que no se pueden hacer liquidaciones hasta que se haya pactado con los trabajadores para preservar el capital en caso de indemnización", afirmó Salvador.
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