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LA LUCHA CONTRA EL TERRORISMO

Del Olmo encarcela a El Haski por idear y preparar los atentados del 11-M

El juez afirma que el ataque fue "una reacción" a la participación de España en la guerra de Irak

Hassan el Haski, presunto jefe del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GCIM) detenido en Lanzarote el pasado viernes, intervino en "la ideación y preparación" del 11-M, según el auto del juez Juan del Olmo en el que decreta su prisión incondicional. En su resolución, Del Olmo analiza los orígenes de los atentados del 11-M y de los tres grupos islamistas que aparecen implicados, y refuerza la tesis anticipada por el juez Baltasar Garzón de que los atentados de Madrid se decidieron "como respuesta a la situación de conflicto en Irak y la postura del Gobierno de España".

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Los jueces Juan del Olmo y Baltasar Garzón, ante quienes declaró ayer consecutivamente Hassan el Haski, dictaron sendos autos de prisión incondicional contra el marroquí por presunta participación en 191 asesinatos y al menos otros 1.000 en grado de tentativa, estragos e integración en banda terrorista. A primeras horas de la noche, el juez Baltasar Garzón decretó también la prisión del imán Abdallah Mourib, y dejó en libertad a otros dos detenidos en Lanzarote.

Según el auto del juez Del Olmo, El Haski sería "uno de los dirigentes actuales más importantes del Grupo Islámico Combatiente Marroquí", y habría participado en la ideación, preparación y contribución efectiva" de los atentados de Madrid.

Además, El Haski es un "líder del máximo nivel" que estaba empezando a constituir, con la seguridad que le brindaba la isla de Lanzarote y protegido por adeptos, "una nueva estructura para Europa, con la intención, según se desprende de las manifestaciones de algunos líderes detenidos, de hacerse con el liderazgo absoluto del continente".

Según fuentes jurídicas, el Haski negó ante Del Olmo todas las acusaciones, desde la pertenencia al GICM hasta su participación en los atentados del 11-M. Sin embargo, según las mismas fuentes, en su declaración posterior ante Garzón, reconoció haber mantenido a primeros de marzo una reunión en París con varios miembros del Grupo Islámico, entre ellos Attila Turk, "en cuyo domicilio se hospedó durante su estancia en Francia, en los días inmediatos a los atentados del 11-M".

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Precisamente, en el sumario de Del Olmo constan declaraciones de Turk en las que éste asegura que El Haski "huyó de España antes de los atentados, ya que me imagino que sabía lo que iba a pasar". Según Turk, antes de los atentados, El Haski "estaba muy nervioso y quería algún sitio para esconderse". Tras los atentados, "se quedó tranquilo, como si ya no tuviera importancia lo que le pudiera pasar, y si le detenían no tenía importancia".

Las investigaciones de Del Olmo y Garzón confluyen en que en la investigación del 11-M aparecen implicados tres grupos bien definidos: el liderado por Jamal Zougham, propietario del locutorio de Lavapiés; el de Jamal Ahmidan, El Chino (uno de los suicidas de Leganés), formado en Villaverde, y el identificado en torno a Serhane El Tunecino, (también muerto en Leganés), formado a su vez por dos grupos: el constituido por Mustafa Maymouni y el liderado por Mohamed El Egipcio (recientemente extraditado por Italia), junto a algunos individuos vinculados a la célula de Abu Dadah, desarticulada en 2001.

Según el auto del juez Del Olmo, la mayoría de los miembros de estos tres grupos son marroquíes y todos ellos presentan una ideología salafista de matiz combatiente. El único nexo de unión entre los grupos investigados es la figura de Serhane El Tunecino.Serhane busca medios y gente para realizar la misión que ya habían tomado y que era la de "atentar en España como reacción a la posición en el conflicto de Irak". Se junta con el grupo de Jamal Ahmidan El Chino, consiguen los explosivos y reúne un grupo con gente de varios de los grupos participantes.

A la célula se unen algunos elementos que habían quedado de las desarticulaciones de otras, como Allekema Lamari (el séptimo suicida de Leganés), "unidos por su odio a España y al mundo occidental".

Según Del Olmo, dos personas "hacen alarde de conocer los atentados y se atribuyen su comisión: Mohamed El Egipcio, que evidentemente lo conocía y que seguramente fue apartado del grupo en el momento definitivo, y Hassan el Haski, líder del GICM, envuelto en una sucesión a la jefatura del grupo marroquí que contaba con miembros en España".

En otro apartado, Del Olmo dice que El Haski utilizaba un sistema de comunicación vía Internet, consistente en facilitar un correo electrónico y una contraseña para abrirlo. Cuando el destinatario lo abre, lee los mensajes en el apartado "grabar" y responde con su mensaje en el apartado "borrador", evitando así el tráfico de mensajes de una cuenta a otra, "es decir, no existe correo electrónico entre los comunicantes".

Hassan el Haski, tras ser detenido el pasado viernes en Lanzarote.
Hassan el Haski, tras ser detenido el pasado viernes en Lanzarote.EFE

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