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Cuba y EE UU se enzarzan en un nuevo incidente diplomático

Un adorno navideño en la legación norteamericana alude a los disidentes

Un nuevo incidente diplomático, en esta ocasión navideño, planea sobre las ya muy deterioradas relaciones entre La Habana y Washington. Y se produce en medio de la visita revolucionaria del compañero Hugo Chávez a su amigo y mentor ideológico Fidel Castro, y cuando la isla entera es escenario de unas gigantescas maniobras militares en respuesta a "las continuas agresiones y amenazas del Gobierno de Estados Unidos".

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El martes, a la misma hora que Chávez y Castro se encontraban reunidos en el teatro Carlos Marx celebrando un acto político de vocación latinoamericanista y antiyanqui, el jefe de la Oficina de Intereses de EE UU (SINA) en La Habana, James Cason, convocaba a la prensa extranjera para denunciar "las amenazas" de la Cancillería cubana por haber colocado un adorno navideño en los jardines de la representación diplomática, en el que se exhibe un gran letrero con el número 75 en recuerdo a los disidentes encarcelados en la isla en marzo de 2003.

Según Cason, la Cancillería ha amenazado a su legación "con represalias" debido a su "apoyo incondicional a la lucha de la valiente sociedad civil cubana y a la oposición pacífica y democrática".

Cason dijo que el pasado sábado fue convocado por las autoridades, que le advirtieron de que si no quitaba los adornos navideños, sin especificar cuáles -hay un Papa Noel, un arbolito de Navidad y el número 75-, "habría consecuencias". El máximo representante diplomático de EE UU dijo desconocer cuáles podrían ser éstas, pero dejó las puertas abiertas a que el incidente pase a mayores, pues expresó su decisión de no retirar los adornos. "Cualquier acción que se lleve a cabo contra esta misión o contra su personal no afectará la determinación del Gobierno de EE UU de defender los valores democráticos sostenidos universalmente", afirmó.

Críticas a Zapatero

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Durante una rueda de prensa, Cason se mostró especialmente despreciativo con aquellos que "insisten en que el diálogo con el dictador es esencial", en velada referencia al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que en la actualidad promueve un relajamiento de las sanciones europeas a Cuba. "Aquellos que piensen que el diálogo con Castro producirá importantes mejoras en cuanto a la situación de los derechos humanos, nada más tienen que remitirse a la cínica trata de prisioneros durante los últimos 45 años".

Ayer, el presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, se refirió a Cason en tono burlón, asegurando que está tratando de "provocar un incidente con sus mamarrachadas usuales". "Parece que está desesperado por provocar problemas", afirmó. El viernes pasado, Cason invitó a un grupo de opositores a su residencia y junto a ellos enterró un cofre con deseos de democracia y pluripartidismo para que sea abierto cuando en Cuba haya elecciones libres. Mientras todo esto sucedía, ayer, paradójicamente, varias decenas de hombres de negocios norteamericanos se encontraban reunidos con empresarios cubanos para firmar contratos de venta de alimentos y productos agrícolas por valor de 100 millones de dólares. El Departamento del Tesoro de EE UU no puso obstáculos para concederles el permiso de viaje a Cuba, pese a las recientes restricciones impuestas a las visitas familiares de los exiliados.

Castro, ante un retrato de Bolívar, aplaude a Chávez en La Habana.
Castro, ante un retrato de Bolívar, aplaude a Chávez en La Habana.REUTERS

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