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La Unión Europea alcanza un consenso para levantar las sanciones a Cuba

El comité de expertos recomienda a los Gobiernos normalizar las relaciones con La Habana

El Comité de América Latina (Colat) de la Unión Europea, un grupo de trabajo de expertos, decidió ayer por consenso elevar a los ministros de Exteriores una propuesta para flexibilizar su política de sanciones contra el régimen cubano. De ser admitida la recomendación, los países de la UE dejarán de invitar a los disidentes a las recepciones conmemorativas de sus fiestas nacionales, lo que había provocado la práctica congelación de relaciones diplomáticas del régimen castrista con los Gobiernos europeos. Pero las embajadas tampoco invitarán a las autoridades cubanas a las recepciones.

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La nueva estrategia se fundamenta en la creencia de que la política seguida desde hace año y medio frente a La Habana ha sido contraproducente al impedir el diálogo. La no invitación a disidentes a actos sociales irá acompañada, como contrapartida, de un diálogo reforzado con ellos.

Los expertos en Latinoamérica alcanzaron ayer el acuerdo de recomendar una revisión de las sanciones adoptadas por la Unión en junio de 2003 tras una oleada de detenciones de disidentes en la isla y el fusilamiento de tres secuestradores de un barco con el que pretendían llegar a Florida. Los Gobiernos de la Unión decidieron entonces suspender las visitas de alto nivel a La Habana, rebajar la asistencia oficial europea a actos culturales y, sobre todo, mostrar su solidaridad y apoyo a la oposición anticastrista invitando a los disidentes a las recepciones que las embajadas celebraban para conmemorar sus respectivas fiestas nacionales.

Este punto fue considerado como una declaración de guerra diplomática por el régimen cubano, que reaccionó de inmediato congelando de hecho las relaciones con las embajadas: los embajadores no encontraban interlocutor al otro lado del teléfono o no eran recibidos como correspondería en los organismos públicos cubanos. El Gobierno de La Habana tampoco enviaba representantes a las recepciones de países que invitaban a disidentes.

El Gobierno español venía abogando desde el verano por un cambio de estrategia, propuesta que en un principio fue acogida con frialdad por los otros ejecutivos comunitarios. Ayer, sin embargo, la idea española acabó por obtener el apoyo del resto. Fuentes comunitarias señalaron que para adoptar la recomendación de flexibilidad se habían tenido en cuenta informes de los embajadores que opinan que la congelación diplomática ha sido contraproducente, por impedir el diálogo. También se valoró la reciente liberación de 14 presos políticos, considerada como "una señal positiva, pero insuficiente".

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Los técnicos elevaron a los ministros de Exteriores comunitarios la recomendación de que se deje de invitar a los disidentes a las recepciones en las embajadas, medida que irá acompañada de la no invitación a las autoridades cubanas. Las recepciones serán sólo para el cuerpo diplomático y nacionales de los países que las convoquen. También se restablecerán las visitas de alto nivel a La Habana y se elevará el rango de la asistencia a actos culturales en la isla.

La propuesta será discutida el próximo mes de enero por los ministros, quienes podrían adoptarla como política oficial, en principio hasta junio de 2005, cuando se volverá a revisar a la luz de los frutos que haya dado. Fuentes diplomáticas señalaron que el consenso alcanzado ayer en el comité permite vaticinar que la nueva estrategia será finalmente adoptada. "Hemos reafirmado que el principal objetivo de la Unión es conseguir la liberación de todos los presos políticos y el pleno restablecimiento de las relaciones diplomáticas, congeladas por el lado cubano", señaló un portavoz holandés, país que este semestre ocupa la presidencia de la Unión.

El dejar de invitar a la oposición no significa que se la abandone a su suerte. La propuesta del comité es de "intensificar los contactos con los disidentes y la sociedad civil" mediante un "diálogo reforzado" que cada país ejecutará conforme considere pertinente. El Gobierno español estima que se ha puesto en marcha un proceso de política pragmática que puede llevar a la consecución de avances en la isla.

Hace un mes, el Parlamento Europeo aprobó una resolución que defendía el mantenimiento de las sanciones como mejor estrategia para ayudar a la liberación de los presos y favorecer el diálogo democrático. El eurodiputado del Partido Popular José Ignacio Salafranca, ponente de aquel texto, estaba ayer indignado con la propuesta de cambio, que calificó de "chapucera, absurda, salomónica, pero impresentable". Para él sería "impresentable que se cierre las puertas de las embajadas a los que luchan por la libertad" sólo por dar satisfacción al régimen castrista.

El responsable de Relaciones Exteriores del PP, Jorge Moragas, criticó la decisión porque, según afirma, supone "pagar por adelantado al dictador", y subrayó que, al impulsar este cambio, el presidente Zapatero comete una "nueva irresponsabilidad", informa Efe.

Fidel Castro (izquierda) y Hugo Chávez se saludan en el aeropuerto de La Habana.
Fidel Castro (izquierda) y Hugo Chávez se saludan en el aeropuerto de La Habana.REUTERS

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