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Entrevista:BEGOÑA ARANGUREN | Directora de 'Epílogo', en Canal +

"Hay quien ha declinado participar porque no pagamos"

El pintor Antonio Saura inauguraba el 24 de julio de 1998 Epílogo (Canal +), un espacio de entrevistas póstumas galardonado con un Ondas en 1999. La periodista y escritora Begoña Aranguren (Bilbao, 1949), autora de libros como La mujer en la sombra y Vilallonga: un diamante falso, y su socia Isabel Vegarajáuregui son las responsables de este insólito formato televisivo. Ante la cámara de Epílogo, poetas, novelistas, músicos, arquitectos, políticos y actores han dejado sus últimas palabras.

Pregunta. ¿Cómo se gestó un programa como Epílogo?

Respuesta. Las personas mayores me producen mucha ternura. Hace años eran una figura fundamental y venerada, ahora son inexistentes. Se les trata como si fueran spontex, y eso denota no sólo osadía sino falta de inteligencia. En España hay personajes esenciales muy olvidados, con una sabiduría y un legado humano y cultural asombrosos, que conviene recuperar. Creo que no se debe perder la memoria histórica. Sería una maravilla poder disponer de un testamento visual de Alfonso XIII, Azaña o Salinas.

P. ¿Existía algún precedente en otras televisiones?

R. Nos enteramos a posteriori de que existía un espacio parecido en Estados Unidos.

P. Creo que los inicios no fueron fáciles.

R. Fueron durísimos. Los invitados aceptaban, pero cuando preguntaban: "Y esto, ¿cuándo se va a emitir?", y respondíamos: "Después de que usted haya fallecido", muchos se echaban atrás. Yo sabía que mi tío el filósofo José Luis López Aranguren nos podía abrir muchas puertas. Pero no pudimos usar esa baza porque enfermó y su declive fue muy rápido.

P. ¿Y después?

R. Mejor. Es evidente que para gente intelectualmente avanzada, culta y progresista, la muerte no es algo que les arredre. Recuerdo que nos pidieron nombres que avalaran el proyecto y en 24 horas conseguimos las firmas, entre otros, de Buero Vallejo, Matías Prats y Juan Antonio Bardem.

P. Algunos personajes pensarán que participar en Epílogo puede ser un mal augurio...

R. Sí, pero es humano. Me molesta más la actitud de aquellos que dicen que sí y luego consultan en casa y se retractan. Es chocante, pero hay quien declina participar porque no pagamos. Y Epílogo no es Salsa rosa.

P. ¿Puede desvelar el nombre de algún invitado que se haya negado a colaborar?

R. Santiago Carrillo me tiene mucha simpatía, pero fue imposible convencerle. "Antes muerto", dijo. Tampoco hubo forma de contar con Gila. Y eso que damos una suerte inmensa, hay depositadas ante notario alrededor de 64 entrevistas, y hasta la fecha creo que sólo se han emitido 23.

P. ¿De qué personajes guarda un recuerdo especial?

R. De José Agustín Goytisolo por su bondad, ternura y sensibilidad. De Antonio Saura, que fue nuestro primer invitado, aunque ya estaba enfermo. Con Torrente Ballester me reí mucho y Torcuato Luca de Tena fue muy entretenido.

P. Predominan los hombres sobre las mujeres. ¿Es porque son más supersticiosas o porque hay menos mujeres preeminentes?

R. Me duele mucho esta realidad, pero si a las mujeres aún nos cuesta lo nuestro ocupar puestos de relevancia, en los años treinta o cuarenta era imposible. Pero las mujeres que han grabado Epílogo son bárbaras, unas heroínas.

P. Ha dicho en numerosas ocasiones que el espacio no tiene vocación necrológica ni morbosa.

R. Yo creo que opinan así los que sienten que la idea de Epílogo no se les haya ocurrido a ellos.

Begoña Aranguren.
Begoña Aranguren.

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