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La reforma de la elección de jueces vuelve a atascarse por cuestión de procedimiento

El Grupo Popular sigue oponiéndose radicalmente y amenaza con pedir la reprobación de Marín

El PSOE decidió subirse al Ferrari del Reglamento del Congreso para aprobar la reforma de la elección de magistrados, pero se estrelló el jueves pasado en la votación que exigía su carácter orgánico. Para arreglar el fiasco optó por el avión, pero ayer abortó el despegue: el PP se opuso a que el pleno votase la tramitación en lectura única del nuevo proyecto de ley enviado por el Gobierno y, tras una trifulca, el presidente del Congreso, Manuel Marín (PSOE), suspendió el debate, convocó a los portavoces y se decidió que mañana habrá otro pleno, al concluir el ordinario, para votar el trámite.

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El proyecto de ley para establecer que la elección de magistrados del Tribunal Supremo y presidentes de Tribunales Superiores de Justicia tenga que hacerse por los 3/5 del Consejo General del Poder Judicial va de tropezón en tropezón.

Tras la votación fallida del pasado jueves, cuando consiguió 169 votos frente a los 176 (mayoría absoluta) que exigía su carácter de ley orgánica, el PSOE pretendió que se repitiera la votación en el pleno de mañana, jueves.

El presidente del Congreso, alertado por los servicios jurídicos, hizo pública una nota oficiosa recordando que era necesaria la unanimidad de la Cámara para alterar el orden del día previsto. Además, los mismos servicios entendían que, al no haber superado la votación de conjunto, el proyecto había sido rechazado; había muerto, a efectos parlamentarios. Y por fin se convocó para el pasado lunes un Consejo de Ministros extraordinario, que aprobó un nuevo proyecto de ley con idéntica redacción al que había naufragado.

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El proyecto llegó a la Cámara el lunes y ayer, en la Mesa y en la Junta de Portavoces, con oposición del PP, se decidió votar por la tarde la tramitación del nuevo proyecto por el procedimiento de lectura única, igual que el anterior; es decir, sin pasar por ponencia ni comisión.

Eduardo Zaplana, portavoz del PP, se levantó llegado el momento y argumentó que su grupo se oponía porque volvía a faltar la unanimidad que considera necesaria para la tramitación urgente y, además, porque el texto del proyecto no estaba publicado en el Boletín Oficial del Congreso, con lo que se iba a votar la tramitación de un proyecto de ley jurídicamente inexistente para el Congreso.

Alfredo Pérez Rubalcaba, portavoz del PSOE, tomó la palabra para defender que había antecedentes que justificaban la votación y que, el único problema, es que el PP quiere oponerse como sea a este cambio. Dijo Rubalcaba que el PP está solo y que "su soledad no se arregla con interpretaciones torticeras del Reglamento".

En medio de esta discusión hubo voces; Rubalcaba fue interrumpido en varias ocasiones, Marín tuvo que llamar al orden, por dos veces, al diputado popular Rafael Hernando, y Zaplana retomó la palabra para anunciar que su grupo no participaría en la votación y, además, presentaría una iniciativa para reprobar al presidente del Congreso. Marín le replicó que estaba acostumbrado "a las expresiones grandilocuentes" y que si llegaba el momento esperaba "un debate noble". Una gran parte de la Cámara le aplaudió.

El incidente siguió complicándose porque Marín hizo mención a un informe urgente de los servicios jurídicos de la Cámara que avalaban la votación que se pretendía. Entonces, desde el PP y a coro, se reclamó "el papel, el papel". Se repartió el papel, es decir el informe jurídico, y finalmente Marín suspendió el pleno y convocó a los portavoces. Decidieron, también con la oposición del PP, que mañana, tras el pleno ordinario, se celebrará otro pleno para votar que la reforma judicial se tramite por el procedimiento de urgencia una vez que el proyecto sea publicado hoy en el Boletín Oficial del Congreso.

Él PP siguió oponiéndose, porque se aferra a la tesis de que tal procedimiento exige la unanimidad. Rubalcaba dijo más tarde en rueda de prensa que no iban a "dar excusas al PP para que critique por cuestiones de procedimiento". "Su problema", agregó, "es que no quieren votar una reforma que implica más consenso para elegir magistrados del Supremo; pero que no se engañen, la ley saldrá adelante porque en democracia se aplican las mayorías". Fuentes de la presidencia del Congreso mostraron su estupor ante la postura del PP, después de que Marín aceptase su protesta.

Tras concluir el incidente, Zaplana anunció que desistían de su propósito de reprobar al presidente del Congreso, aunque siguen manteniendo la oposición frontal en el fondo y en la forma.

La Junta de Portavoces y la Mesa acordaron por la mañana que el nuevo proyecto aprobado por el Gobierno se debatirá en un pleno extraordinario el próximo día 9, pese a que esa semana no estaba previsto celebrar sesión por la festividad de la Constitución.

En la junta, según aseguró Zaplana, Izquierda Verde llegó a proponer que el pleno extraordinario se convocase para el día 6, pese a que en esa jornada el Congreso celebra el XXVI aniversario de la Constitución.

El diputado del PP Vicente Martínez Pujalte muestra al presidente del Congreso, Manuel Marín, el Reglamento.
El diputado del PP Vicente Martínez Pujalte muestra al presidente del Congreso, Manuel Marín, el Reglamento.EFE

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