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Los alumnos de primaria, por debajo de la media española en matemáticas

Los estudiantes sólo contestan bien el 38% de las preguntas en geometría

Las matemáticas son la gran asignatura pendiente de los alumnos españoles, y sobre todo para los estudiantes madrileños. Una reciente prueba efectuada por la Consejería de Educación demuestra que los chavales de 6º de primaria (11 años) sólo fueron capaces de responder acertadamente el 49,65% de las preguntas. En 1999, el Instituto Nacional de Calidad y Evaluación (INCE) hizo esta misma prueba entre estudiantes de toda España y el porcentaje de aciertos se elevó al 54%. Educación anuncia nuevas pruebas, sin consecuencias académicas, en lengua e inglés.

El estudio de la Consejería de Educación compara sus resultados con los que arrojó el informe del INCE de 1999. En aquel año, el porcentaje nacional de aciertos fue del 54% (en Madrid un 50%), frente al 49,65% actual. "Lo comparamos con el estudio del INCE porque el nuestro ha seguido unas pautas similares, pero hay que tener cuidado, porque las realidades no son las mismas en Logroño, por ejemplo, que en Madrid, y cambian incluso dependiendo del centro en que se hagan los test", señala la viceconsejera Carmen González.

En el curso 2001-2002 se diseñó la prueba. El curso siguiente, la realizaron 2.960 alumnos de 6º de primaria de 134 centros públicos, concertados y privados. Y en 2003-2004, la Consejería de Educación, a cuyo frente está Luis Peral, se dedicó a corregir las pruebas e interpretar los datos. Como resultado se obtuvo un instrumento de trabajo que permite saber el nivel de conocimientos matemáticos de los alumnos que terminan su educación primaria, momento en el que, según coinciden los expertos, se fraguan muchas de las carencias que los estudiantes arrastran en sus vidas académicas.

Éste será un instrumento que permitirá "a los profesores conocer el nivel de los alumnos y a la consejería hacer planes concretos de formación del profesorado", explicó la viceconsejera González.

Dividido por materias de conocimiento, los resultados señalan que los chavales sacan los peores resultados en las pruebas referidas a la geometría, en el que el total de aciertos queda muy lejos del aprobado: un 38,1% de aciertos.

Mejores resultados

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Los mejores resultados los consiguen los chicos en el apartado de números y operaciones -problemas con fracciones, porcentajes o el sistema de numeración decimal, por ejemplo-, donde este porcentaje sube hasta el 55,1% de aciertos. En el término medio, las medidas, con un 42,7% de aciertos; y los gráficos, la estadística y la probabilidad, con un 52,7%.

El estudio también da los resultados divididos por áreas territoriales. Las peor paradas son las del sur (46,27%) y este (48,53%) de la Comunidad. El mejor resultado fue el del norte (51,31%), seguido del oeste (50,48%) y la capital (48,49%).

Por último, el estudio de la Comunidad de Madrid se compara con el del INCE y obtiene como conclusión que dentro de los mejores resultados, los obtenidos en la Comunidad son más altos. De igual forma refleja que no hay una diferencia significativa en los resultados entre niños y niñas.

Este proyecto piloto ha servido de punto de arranque de una serie de pruebas que realizará la Inspección Educativa a partir de este curso, no sólo en matemáticas, sino también en las asignaturas de lengua e inglés. Además, las pruebas las realizarán chavales que terminan la primaria, el primer ciclo de secundaria obligatoria (2º) y el segundo ciclo (4º).

Muestra proporcional

Siguiendo la línea marcada por el estudio de matemáticas, según explica la viceconsejera Carmen González, se tratará de elegir una muestra de estudiantes "variada, representativa y proporcional"; es decir, "si en una zona hay más concertada que pública, tendrá que haber más chavales de la concertada".

Ésta es una experiencia similar a la que recogía la paralizada Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE) y que incluyen también las propuestas del Gobierno central socialista para el futuro acuerdo educativo: una prueba general obligatoria, también sin consecuencias académicas, para conocer el nivel de conocimientos de los alumnos más allá de sus notas.

Estas diferentes pruebas serán la versión de la consejería hasta que entre en vigor la nueva reforma. Para realizarlas habrá que contar con la aprobación de los responsables de los centros, con quien Educación se pone en contacto antes de realizar las pruebas y que pueden negarse a participar en ellos, según la viceconsejera de Educación, Carmen González.

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