Humor televisivo
El dinero da la felicidad. O no. El cine lo ha intentado reflejar en comedias que sitúan a un tipo del montón, de los que sudan la gota gorda para llegar a final de mes, ante un inmenso porvenir repleto de millones. Películas como El gran despilfarro (Walter Hill, 1985), Luna de miel para tres (Andrew Bergman, 1992) o La gran vida (Antonio Cuadri, 2000) han fantaseado con esa posibilidad, casi todas con poca fortuna. Si yo fuera rico, debú de Michel Munz y Gérard Bitton, reincide con semejante decepción.
Los lugares comunes (la copa de champán, el jacuzzi, el coche último modelo, la prostituta, el traje a medida...) se acumulan en una comedia a la que se le nota en demasía los orígenes televisivos de sus directores.
SI YO FUERA RICO
Dirección: Michel Munz y Gérard Bitton. Intérpretes: Jean-Pierre Darroussin, Valeria Bruni-Tedeschi, Richard Berry. Género: comedia. Francia, 2002. Duración: 104 minutos.
Carente de imaginación, Si yo fuera rico tiene una factura y una escritura de serie semanal para todos los públicos, alimentada exclusivamente por chistes de perfil bajo, cayendo de forma esporádica en la escatología y con frecuencia en el ternurismo.