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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Corrupto y confeso

La confesión del ex juez Luis Pascual Estevill de que cobró más de 450.000 euros, que fueron ingresados en una cuenta en Suiza, para no acordar el ingreso en prisión de seis empresarios cuando ejercía sus funciones en Terrassa y Barcelona confirma la existencia de uno de los casos más graves de corrupción judicial que ha vivido este país. Las acusaciones y sospechas que a principios de los años noventa apuntaban al ex juez como el responsable de una red de extorsión a empresarios barceloneses han resultado absolutamente ciertas. El problema es, sin embargo, que han hecho falta 13 años para que empezara a aflorar la verdad de una madeja que sería bueno poder desenredar hasta el final.

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña juzga estos días al ex juez, para el que el fiscal solicita penas de 10 años de cárcel y 21 de suspensión por una larga ristra de delitos: cohecho, detención ilegal, alzamiento de bienes, amenazas y, lo peor para un juez, prevaricación. Junto a Estevill, aparecen otros ocho acusados, entre los que figura el influyente abogado Juan Piqué Vidal, defensor de Jordi Pujol en el caso Banca Catalana, al que el fiscal considera un colaborador fundamental de las corruptelas del juez y para el que pide seis años de prisión.

La peripecia delictiva de Estevill ha podido ser tan dilatada al haber contado con importantes protectores. El ex juez ya fue condenado por el Tribunal Supremo a seis años de suspensión en el ejercicio de la judicatura por prevaricación y detención ilegal, a pesar de las maniobras políticas que le permitieron parapetarse en aforamiento que le proporcionaba su pertenencia al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

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La protección que le brindó Convergència i Unió (CiU) al proponerle como vocal del Consejo, al que accedió con el apoyo unánime de todos los partidos, es sin duda uno de los enigmas pendientes del caso. Hasta el momento, Jordi Pujol y el líder de Unió Democràtica de Catalunya, Josep Antoni Duran Lleida, han reconocido que fue un error su nombramiento. Felip Puig, vicesecretario general y portavoz de CiU, ha dado un paso más al manifestar que su partido espera "que caiga todo el peso de la ley" sobre el ex juez. Pero hace falta una explicación de aquel soprendente nombramiento, cuando Estevill ya había sido procesado, de la defensa numantina para mantenerle en el puesto, además de la versión de empresarios extorsionados y de algunos consejeros del Gobierno catalán que intervinieron en los hechos ahora juzgados, aunque alegaban que su actuación fue para evitar males mayores.

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