_
_
_
_
Reportaje:Atenas 2004

Adiós al caos circulatorio

Las nuevas infraestructuras y la colaboración ciudadana obran el milagro

Desde que la selección griega de fútbol se proclamó campeona de Europa en Portugal, Atenas se ha convertido en la ciudad de los milagros. Aquella inesperada victoria llenó de tanta fuerza y orgullo a los griegos que, un mes después, cualquier reto les parece superable. Cómo explicar, si no, que, después de años de más que serias dudas, la capital helena no sólo haya acabado a tiempo y en las mejores condiciones las instalaciones que acogerán los Juegos, sino que, además, haya logrado el más difícil todavía: solucionar el problema del tráfico.

Reputada como una de las megalópolis más caóticas, con la circulación más infernal del mundo y una de las peores redes de transporte público, la Atenas que el viernes dará inicio a los Juegos poco tiene que ver con esa imagen. Sus ciudadanos miran el nuevo mapa viario y no se lo creen: en cuestión de meses, como de la nada, han surgido nuevas autopistas, un tranvía, un tren de cercanías y nuevas paradas de Metro. Es como si, en medio del desierto, hubiera crecido de repente un vergel.

Un pero: la autopista tiene un carril menos, el de la familia olímpica, y hay retenciones
Más información
Escándalo en el piragüismo español
Las obras de Atenas estarán terminadas a tiempo
Thorpe no quiere ni hablar de Phelps

No en vano el tráfico era una de las grandes preocupaciones del Gobierno griego, del comité organizador de la competición y de la familia olímpica. Muchos eran los que habían expresado su temor a que los deportistas no llegasen a tiempo de disputar sus competiciones. Pero hoy ese miedo ha desaparecido. Recién empezada a funcionar al ritmo exigido, la nueva red se ha demostrado efectiva. La mejor prueba: los propios deportistas. Los que están instalados en la Villa Olímpica desde hace días aseguran que no han tenido problemas en sus desplazamientos. "Desde la Villa hasta Agios Kosmas [las instalaciones de vela, que se encuentran al sur de la ciudad], en 35 minutos", certifica el regatista español Gustavo Martínez. Exactamente lo mismo que en Sidney 2000.

Eso es posible, en parte, gracias a la Attiki Odos, la nueva autopista que, por la parte Norte, une el Este con el Oeste de la ciudad, desde Elefsina hasta el aeropuerto Eleftherios Venizelos y que ha descargado de tráfico al centro de Atenas. Eso sí, hay un pero.

Desde que hace una semana empezara a funcionar el carril olímpico, lo que es bueno para los deportistas es un pequeño infierno para los simples conductores. Como sucede en numerosos puntos de la ciudad, también en la autopista se han quedado con un carril menos. De modo que, mientras la familia olímpica se desplaza a las mil maravillas, los ciudadanos sufren importantes retenciones.

Ese hecho ensalza aún más otro: desde la entrada en vigor del carril olímpico -en el centro de Atenas eso significa que el de la derecha es para el transporte público, el de la izquierda para la familia olímpica y sólo el del centro para el resto de los conductores-, sólo se han registrado unas 400 infracciones. Lejos de lo que se esperaba, los atenienses se han mostrado muy respetuosos con los anillos olímpicos que distinguen el trazado. Y no sólo eso. En el país del vehículo privado -los griegos son los europeos que más lo utilizan-, una parte muy significativa de los atenienses lo ha cambiado por los medios de transporte públicos. Otro pequeño milagro alimentado por las nuevas infraestructuras.

Desde anteayer, el tranvía, que une el centro de la ciudad con el litoral sur, funciona las 24 horas. Lo mismo sucede con cinco líneas de autobuses, cuatro de trolebuses y con el nuevo tren de cercanías, que conecta el aeropuerto con la estación central y cuya construcción se ha hecho en un tiempo récord: seis meses en vez de los 24 previstos. El Metro, que también desde hace una semana llega desde el centro de Atenas hasta el Eleftherios Venizelos en 35 minutos, sólo para de dos a cinco de la madrugada. Durante el día funcionan además 21 líneas olímpicas de autobuses.

Unos obreros trabajan junto a los paneles informativos de los nuevos medios de transporte.
Unos obreros trabajan junto a los paneles informativos de los nuevos medios de transporte.ASSOCIATED PRESS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_