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El sector de la munición entra en crisis por la venta de Santa Bárbara

La caída de las facturaciones en un 40% fuerza el cierre de plantas

Los compromisos asumidos por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) en la venta de su participada Santa Bárbara a General Dynamics ha provocado una grave crisis a las empresas privadas de municiones que se ven abocadas al cierre de plantas tras ver reducidas sus ventas el 40%. Y es que la SEPI dispone de unas existencias de municiones por 100 millones de euros, fruto del acuerdo con la multinacional estadounidense.

La situación crítica ha provocado ya el cierre de la planta de Ollávarre de UEE
No se ha vuelto a convocar ningún concurso para la compra de municiones

Cuando el Gobierno del PP vendió la empresa de armamento a la multinacional estadounidense General Dynamics se incluyó en el acuerdo, firmado por SEPI (que controlaba Santa Bárbara), el denominado Plan de Remunicionamiento por 180 millones de euros, que el Ministerio de Defensa debía comprar a la empresa vendida. Este contrato, junto con otro de obuses, iban a asegurar el futuro de las fábricas de Santa Bárbara en Granada, Murcia y Palencia. Sin embargo, ya en ese momento se dijo que el Ministerio de Defensa español carecía de fondos suficientes para afrontar esos compromisos de compra, con lo que la propia SEPI tuvo que asumirlo y se encuentra con munición por valor de 100 millones de euros.

Desde la existencia de los contratos de la SEPI y General Dynamics "no se ha vuelto a convocar ni un solo concurso público para la adquisición de las municiones que está fabricando General Dynamics aunque estas municiones pueden ser también fabricadas por otras empresas", han señalado fuentes del sector.

El importe anual de los contratos con General Dynamics suponen más del 100% de las compras totales previstas por Defensa para todo el sector, lo que ha provocado una caída de las compras del 40%. El sector está compuesto por una decena de empresas, aunque la más importante es Unión Española de Explosivos (UEE), que supone casi el 75% de las ventas de un sector que llegó a facturar unos 60 millones de euros en los años 2000 y 2002, de los que el 40% procedían de las peticiones del Ministerio de Defensa.

El 12 de abril de 2000, con el segundo Gobierno del PP en funciones, se anuncia la venta de Santa Bárbara a General Dynamics por un precio de cinco millones de euros y el compromiso de mantener abiertas todas sus fábricas durante cinco años (hasta el primer semestre de 2006). En el contrato de venta se añadía que "uno de los compromisos asumidos por SEPI es obtener del Ministerio de Defensa la adjudicación de un plan de remunicionamiento".

El citado plan por valor de 180 millones de euros nunca fue asumido de forma explícita por Defensa, pero el presidente de la SEPI, Pedro Ferreras, firmó con el presidente de Izar, Juan Antonio Casanovas, para que la empresa naval comprara munición por valor de 80 millones de euros, compras que se desarrollarían entre los años 2002 y 2003. Era la primera parte de los compromisos.

Una vez concluida esa primera fase del programa, Izar que no puede vender la munición comprada y tampoco puede consumirla ni almacenarla (no tiene polvorines para ello) pide a la SEPI que le resuelva el problema. La SEPI solicita a Defensa que la munición se deposite en los polvorines del Ejército que terminan recibiendo esta munición a instancias del Secretario de Estado de Defensa.

Terminado este primer contrato, y para continuar con las fábricas de munición en actividad, según su compromiso, General Dynamics pide a la SEPI la continuidad de los pedidos. Así, a finales de 2003, la propia SEPI solicita ya directamente a General Dynamics munición para los próximos dos años (2004 y 2005), destinada en este caso para el Ejército de Tierra y la Armada. Este segundo apartado del plan es por un importe de 100 millones de euros que se desarrolla en estos momentos.

SEPI ha intentado en varias ocasiones que el Ministerio de Defensa se subroge tanto los compromisos que Izar contrajo en el primer contrato como los de la propia SEPI en el segundo, a lo que Defensa hasta ahora se ha negado.

Varias empresas del sector han denunciado en cartas al presidente del Gobierno y al Ministro de Defensa los graves problemas que estos hechos han acarreado para el sector sin que haya habido respuesta.

El sector considera que el mantenimiento artificial de una organización industrial con estos contratos, una vez que concluya en 2006, puede abocar al cierre de las tres fábricas de munición de Santa Bárbara (Murcia, Granada y Palencia) y arrastrar a la crisis a todo el sector.

De momento, la situación provocada ha conducido a Unión Española de Explosivos (UEE) a cerrar en este mismo mes de julio la fábrica de municiones de Ollávarre (Álava), que lleva funcionando desde hace más de medio siglo y que había sido eficiente, según la misma empresa. La plantilla es de 100 personas.

Interior de una de las factorías de la empresa Santa Bárbara.
Interior de una de las factorías de la empresa Santa Bárbara.GARCÍA CORDERO

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