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Respaldo a los magistrados de Alzira

"Me sentí injustamente tratada ante la reacción de la gente", reconoció ayer Begoña Estany, juez de Alzira que procedió al levantamiento de los cadáveres de Jeny Lara y dos de sus hijos, abrasados por un incendio que supuestamente causó su ex pareja a finales del pasado mes de abril. Ayer, Estany y sus compañeros de los juzgados de Alzira expusieron al vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) Javier Laorden y a Juan Luis de la Rúa, presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), el detalle de la actuación en una situación de violencia familiar que durante tres años se había repartido por las distintas oficinas judiciales del municipio. "Los jueces actuaron ajustándose a la ley, algo falló en el sistema, pero ellos actuaron correctamente", afirmó Laorden.

Juan Luis de la Rúa calificó de muy positivo el intercambio de información sobre lo ocurrido, "percepciones que trasladaremos al Observatorio de Violencia Doméstica y que favorezcan la coordinación en la que ya se está trabajando con los demás agentes en casos de violencia doméstica".

Pilar Luna Jiménez de Parga, otra juez de Alzira, precisó que "la gente a veces tiene reacciones proporcionales al dolor que siente, aunque se equivoque y desconozca cómo" funciona la justicia. "La conducta interior de las personas no se puede controlar por una ley. Trabajamos con personas que sobrepasan los límites. Por eso sería bueno que cada vez más pudiéramos contar con apoyos psiquiátricos y psicológicos para decidir con más conocimiento de causa", añadió.

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