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Entrevista:NORKA CHIAPUSO | Director de la Feria de Teatro de San Sebastián

"La suspensión de la Feria le produce un daño irreparable en su imagen y credibilidad"

Norka Chiapuso (San Sebastián, 1963), encargado de la programación y responsable de los Teatros de San Sebastián, dirige desde hace cuatro ediciones la Feria de Teatro. La de este año, prevista del 7 al 10 de julio, ha tenido que suspenderse por el anuncio de huelga de los funcionarios municipale. Aún no tiene una valoración del coste económico, pero afirma que este traspiés, que deplora, les va a obligar a un esfuerzo estraordinario "para recuperar la credibilidad y la confianza".

Pregunta. ¿Les costó tomar la decisión de suspender el evento?

Respuesta. Tuvimos varias reuniones y sopesamos muchas ideas tratando de salvar la Feria, pero la intencionalidad de la convocatoria de huelga estaba refrendada con un paro en el teatro diez días antes, el 18 de junio, que nos obligó a suspender dos sesiones.

"Las compañías vascas suponen el 40% de la programación, que este año no se podrá ver"

P. De modo que llovía sobre mojado.

R. Sí. Y con una actitud claara: sólo han secundado [los funcionarios de Donostia Kultura] las huelgas cuando había actividad. El 15 de junio había una convocatoria que no secundaron porque no había nada programado, mientras que la del 18, día que había actividad, sí la secundaron. A partir de ahí convocaron huelga los cuatro días de Feria. Decidimos rápido tratando de hacer el menor perjuicio a terceros, aunque el daño es irreparable, tanto económico como en imagen y credibilidad.

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P. ¿Cual fue la reacción de los trabajadores al conocer la suspensión?

R. De extrañeza.Quizás no esperaban que el efecto de su decisión iba a ser ese. Y quisieron quitar importancia a su convocatoria diciendo que se trataba de un preaviso de huelga, pero teníamos el precedente.

P. ¿Y la de los participantes, que de sopetón se encontraban sin Feria a la que acudir?

R. Cuando pasa una cosa de estas, los primeros momentos son de solidaridad. Pero ya veremos dentro de un mes, cuando las compañías o los programadores de teatro sopesen las consecuencias de esta falta y constaten el perjuicio que les supone no haber comprado o vendido los espectáculos.

P. ¿Cúal va a ser la repercusión para la propia Feria de este paréntesis de un año?

R. La Feria de Donosti tiene tal implantación y reconocimiento que hace que las compañías prefieran venir aquí sobre otros eventos. Incluso se preparan con preestrenos para venir ya rodados. El paréntesis afecta a su prestigio y a la confianza de la gente, porque se ha interrumpido de forma poco ortodoxa. Ese es el problema: cómo hacemos venir el año que viene a las buenas compañías y a quienes están en un momento creativo importante.

P. Entre estos grupos, los vascos serán los más perjudicados.

R. Lo que prestigia a esta Feria es que vienen 200 profesionales y otros tantos programadores, pero casi el 40% de la programación es de compañías vascas. Es, por tanto, una plataforma importantísima para ellas. Después suelen hacer el circuito de otras comunidades y festivales. Y, de repente, este año no vamos a poder ver este bloque de teatro y danza vascos.

P. ¿No es posible llevar la Feria a otras fechas?

R. Recuperar el evento entre octubre y diciembre, fuera del verano, es imposible. Requeriría planificarla de nuevo y eso está descartado.

P. ¿Y por qué no se han mantenido los espectáculos de calle?

R. Debido al nivel que tiene la Feria, no somos partidarios de hacer chapuzas. Nuestra marca de prestigio es el teatro de sala, el que atrae a los doscientos programadores procedentes del Estado y del extranjero. La calle la programamos más para hacer ambiente, aunque son espectáculos interesantes que se pueden comprar, y de hecho se compran.

P. Pero hay un perjuicio evidente para ese público que disfrutaba con el teatro de calle.

R. Sí. Ha sido una pena. Este año teníamos una programación de calle completa. El Boulevard hubiera sido una fiesta con cinco compañías que iban a actuar simultáneamente tres o cuatro horas del día. La Plaza de la Constitución y la Parte Vieja iban a estar a tope. Queríamos crear una fiesta en la calle para que ell teatro no lo vivieran sólo quienes van a las salas.

P. ¿Qué aportaba como innovación la edición de este año?

R. Estábamos trabajando en tres ejes: profundizando poco a poco en la danza, reforzando el teatro de calle, y apuntalando un subciclo, que queremos mimar, destinado al teatro contemporáneo en el que se muestran los espectáculos más complicados e innovadores.

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