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Entrevista:HONORATO LÓPEZ ISLA | CONSEJERO DELEGADO DE UNIÓN FENOSA

"El modelo de crecimiento importa más que el tamaño"

"Una unión, sin posición de dominio, de Endesa y Gas Natural nos abriría nuevas oportunidades"

"No necesitamos integrarnos con nadie para aportar valor a nuestros accionistas". Honorato López Isla, consejero delegado y vicepresidente de Unión Fenosa, un orensano de 57 años que ha pasado más de la mitad de su vida en esta compañía, observa con una mezcla de escepticismo, prevención y esperanza, el anuncio de una posible fusión o alianza entre sus mayores competidores. Reconoce que su grupo ha pasado momentos de riesgo, pero asegura que éstos ya están superados y que Unión Fenosa cuenta con un modelo propio que le asegura un crecimiento sólido para los próximos años.

Pregunta. ¿Qué opina sobre el proyecto de integración entre Gas Natural, Endesa y Aguas de Barcelona?

Respuesta. Es prematuro hacer una valoración. En cualquier caso, las integraciones de empresas deben ser buenas tanto para los accionistas como para los clientes, especialmente en un sector regulado como es el nuestro. No obstante, cabe pensar que una hipotética integración entre las empresas líderes de sus respectivos sectores tendría efectos sobre la competencia y la liberalización de los mercados energéticos. El Gobierno y las autoridades regulatorias habrían de evitar posiciones de dominio de mercado, que se acentuarían al confluir en una sola mano la distribución y la comercialización de gas y electricidad en amplias zonas geográficas del país.

"La hipotética integración de las empresas líderes en electricidad y gas tendría efectos sobre la competencia y la liberalización de los mercados"
"Nuestro proyecto de gas pudo ser estratégicamente discutible hace cinco años, pero el tiempo está demostrando el acierto de la decisión"

P. ¿Qué consecuencias puede tener para ustedes esa integración?

R. Una operación de este calibre, si se dan las condiciones adecuadas de competencia y de limitación del poder de mercado de los grandes operadores energéticos, representa una oportunidad para Unión Fenosa. En primer lugar, porque el regulador habrá de fortalecer a los operadores alternativos, o al menos garantizar que compitan en igualdad de condiciones; y, en segundo lugar, porque nosotros tenemos un proyecto de gas propio, ubicado en el segmento del gas natural licuado y en el midstrean

[conjunto de instalaciones desde boca de pozo a embarque] de la cadena de suministro; somos una opción competitiva con el gas canalizado, al tiempo que tenemos asegurado el suministro para nuestras centrales de ciclo combinado.

P. Ustedes también vuelven a figurar en muchas quinielas.

R. Nos agrada que siempre se piense en nosotros, aunque hasta ahora se ha visto que no es fácil hacer estas operaciones en España. Además, Unión Fenosa tiene, como le dicho, un proyecto propio de crecimiento que creo que satisface a sus accionistas. No estamos ni hemos estado parados. Quizás pasamos un momento de riesgo, por esa apuesta propia de crecimiento, que ya hemos superado.

P. Puede ser más explícito.

R. Nos sorprendió la crisis latinoamericana con fuertes inversiones en marcha en la región, pero hoy la situación ha mejorado y nuestras inversiones en México, que es un caso aparte, 1.000 millones de dólares en ciclos combinados, está concluida y las instalaciones funcionando. Hemos tenido que hacer un esfuerzo tremendo en telecomunicaciones, 1.200 millones, pero ya no hay que aportar más dinero y empezamos a recoger los frutos. Nuestro proyecto en gas, por su tamaño y singularidad, también despertó dudas sobre su viabilidad en ámbitos empresariales y financieros. Dudas que el propio desarrollo del proyecto y la incorporación como socio de la italiana ENI han despejado. Es un proyecto sólido, próximo a la conclusión en su capítulo inversor, y por ello próximo también a comenzar a aportar crecimiento al grupo. La mayor inversión, la destinada a la planta de licuefacción en Damietta (Egipto), termina este año. En definitiva, creo que estratégicamente pudo ser un proyecto discutible hace cinco años, hoy no. Dimos un paso que otros no han dado, como es estar en toda la cadena del gas, desde su origen, e integrar gas y electricidad, y creo que el tiempo está demostrando lo acertado de la decisión.

P. Eso no les deja fuera de posibles movimientos corporativos.

R. Lo que quiero decir es que el proyecto de gas aporta por sí mismo, y a través de las centrales eléctricas de ciclo combinado, crecimiento a la compañía; que nuestros negocios en Latinoamérica están en fase de optimización al igual que las telecomunicaciones, con independencia de que vendamos o no empresas; que Soluziona es un proceso consolidado... Sí unimos todo esto al resto de áreas y actividades del grupo está claro que están puestas las bases para asegurarnos un crecimiento sólido en el futuro. Y hemos hecho todo esto con nuestro tamaño.

P. ¿Consideran suficiente su actual tamaño de cara al futuro?

R. Uno es grande o pequeño en comparación con otros. No es ésa la cuestión importante. Y no quiero decir con ello que mañana no podamos plantearnos una operación corporativa, pero cualquiera que sea deberá ser buena para la compañía, para los accionistas y para el mercado. Creo que en muchos casos quienes plantean estas operaciones se olvidan de esas premisas. En conclusión, no se qué van a hacer los demás, pero Unión Fenosa ha consolidado un proyecto claro de crecimiento y no necesita embarcarse en ningún tipo de integración para aportar valor a sus accionistas.

P. Los últimos resultados de Unión Fenosa, los del primer trimestre, se han visto afectados por la falta de lluvias y por la ausencia de extraordinarios. En cualquier caso, el crecimiento del negocio energético nacional, que supone el 64% de su resultado bruto de explotación, sólo alcanzó un modesto 4,3% y el resultado de las actividades de generación cayó un 2%.

R. Cuando hablamos de negocio energético nacional, lo hacemos del negocio eléctrico y del gasístico porque tenemos un proyecto singular, muy integrado. Estamos construyendo centrales de ciclo combinado, que producen kilovatios con nuestro gas, con el que traemos de Egipto. Por ello nuestra actividad de generación va a empezar a incrementarse a partir de este año, que es cuando empezamos a incorporar esas centrales, y no ha tenido reflejo, aunque hemos funcionado al máximo, en los resultados del primer trimestre. El precio de mercado ha bajado un poco y eso sí explica que nuestro negocio de generación en términos económicos, no en términos de funcionamiento, se haya resentido un poco al contar además con menos producción hidráulica.

P. ¿Y la distribución?

R. Ha funcionado muy bien dentro del negocio nacional. Muy bien, siendo una actividad regulada y que por tanto tiene un crecimiento modesto. Y se ha comportado también muy bien, y ha paliado en parte la bajada de la generación, la comercialización. Este buen comportamiento se ha debido a que hemos comprado kilovatios a menor precio, y por tanto con mayor margen, y a nuestra estrategia de sanear la cartera de clientes recuperando precios aún a costa de perder cuota.

P. Lo que si han hecho es un esfuerzo en reducir deuda.

R. Sí. Era y es un objetivo fundamental. Queremos situar nuestra deuda por debajo de los 5.000 millones de euros en 2007 y vamos lográndolo incluso con mayor celeridad de la prevista. Cerramos el primer trimestre con 6.180 millones de deuda, al retrasarse dos operaciones que hicimos en abril: la venta de la empresa británica Cambridge Water y la titulización de los recibos, pero estamos ya con un endeudamiento por debajo de los 5.900 millones. Una cifra que sigue siendo importante, pero que nos preocupa bastante menos que cuando hace unos meses llegó a rebasar los 8.000 millones de euros.

P. Las desinversiones han sido clave para reducir la deuda. ¿Qué les queda por vender?

R. Sólo Cepsa. Soluziona y Auna no están en nuestro programa de desinversiones, aunque siempre hemos tenido la intención de sacarles el mayor valor posible.

P. ¿Qué planes tienen para Soluziona?

R. Soluziona nació como integración de varias empresas, alguna con 20 años de vida, en un momento de crecimiento de las economías y de su propio mercado. Ahora lo que hemos hecho, lo que estamos haciendo, es una reflexión sobre la Soluziona que queremos en el futuro, que está acompañada por una ordenación y racionalización de sus actividades. No queremos que esté condicionada por Unión Fenosa, queremos ponerla en valor, hacerla más transparente y abrirla a otros socios. Merrill Lynch nos está ayudando en la búsqueda de un socio adecuado, que puede ser industrial o financiero, y que puede participar en todas o en alguna de las actuales actividades de Soluziona.

P. ¿Cómo llevan el programa de inversiones?

R. Hemos avanzado sustancialmente. Además tengo que decir, y no es por compararnos con nadie, que en en términos relativos hemos invertido más que la media. En este momento los programas de los ciclos combinados en México están terminados; las elevadas inversiones que nos han requerido las telecomunicaciones, fundamentalmente Auna, también han concluido; las inversiones en gas se han materializado ya en un 71%-72% y las previstas para ciclos combinados en un 60%.

P. ¿Cómo van a financiar el resto de las inversiones y la reducción prevista de la deuda?

R. Con el cash flow que genera la compañía.

P. Su presidente, no obstante, habló hace unos días de la posibilidad de reconsiderar algunos proyectos e inversiones.

R. Se refería a los ciclos combinados en general, no a los de Unión Fenosa. Las inversiones en generación son cíclicas y ahora se está haciendo un esfuerzo, tras haber llegado a un momento en el que hubo riesgo de escasez de energía, que tal vez sea excesivo. Pensamos que en 2006, 2007, puede producirse una situación de sobrecapacidad por la incorporación de todos los ciclos combinados previstos. En el plan energético nacional 2002-2011 se preveía la construcción de 14.700 megavatios en el periodo, pero creo en 2007 o 2008, con las centrales en construcción y las anunciadas, podemos rebasar los 17.000 megavatios. Una situación de sobrecapacidad que no es buena y a la que no deberíamos llegar. Quizás la Administración debiera tomar alguna medida.

P. Reglamentariamente ahora hay que revisar la planificación y habrá que hacerlo pensando en Kioto.

R. Nadie cuestiona que hay que ir en la senda de los compromisos de Kioto. Lo que nosotros decimos es que hay que hacerlo de forma equilibrada, sin que afecte a la competitividad de España o a su convergencia con la UE, y hay que hacerlo al menor coste posible. Probablemente es eso lo que está analizando el Gobierno.

P. Pero una cosa es hacer la revisión del plan y la adaptación a Kioto con su planteamiento o el de Endesa, y otra distinta es hacerlo con los postulados de Iberdrola.

R. Hay distintos puntos de vista, es evidente, y a la Administración le corresponde arbitrar y tomar una decisión que considere los intereses generales del país y no los particulares de un sector o de una empresa. No es un problema de diferencias en cuanto a la estrategia, que ya está planteada en la planificación indicativa vigente y que todos aceptamos: las nuevas instalaciones para producir electricidad serán a base de renovables y gas. Las diferencias se plantean en cuanto al tiempo que requiere la planificación. Podemos aplicarla mañana mismo, pero eso va a tener, a nuestro juicio, un impacto muy fuerte sobre la economía y sobre las empresas.

P. ¿Temen una excesiva dependencia del gas y un encarecimiento de sus costes de producción?

R. Sí. El peso de la energía hidráulica en España es cada vez menor, estamos hablando del 16%, 18%, del suministro eléctrico; hemos renunciado a nuevas nucleares, y la nueva generación se plantea en base a gas y a energías en régimen especial (cogeneración y renovables), que son mucho más caras. Los productores en régimen especial, porque tiene primas importantes para su funcionamiento, que pueden alcanzar los 1.000 millones de euros al año, que supone el 7% de lo que llamamos la tarifa, es decir, de todos los ingresos del sector. Y el gas, porque es un combustible más caro que el agua o el nuclear. Es fácil hacer las cuentas. Y desde el punto de vista estratégico, hace unos años nos preocupó una dependencia excesiva del fuel y ahora podemos tropezar en la misma piedra con el gas.

P. Preocupación acrecentada en su caso por la ofensiva que existe contra las térmicas de carbón.

R. El carbón está muy afectado por sus elevadas emisiones de CO2, pero es un problema a nivel mundial y como tal debería afrontarse. España y el conjunto de la UE deberían reflexionar sobre dónde puede ser más eficaz y menos costoso su esfuerzo en la reducción de emisiones de CO2 por la combustión de carbón.

P. ¿Sus centrales de carbón queman mineral nacional?

R. Hoy todas son de carbón nacional, pero funcionan, para mejorar su rendimiento, con un cierto apoyo de mineral importado. En 2007, sin embargo, va a concluir la explotación de nuestro yacimiento de lignitos de Meirama y vamos a adecuar la térmica de esta localidad a carbón importado. Creo que es bueno que haya centrales de carbón capaces de producir con eficiencia y además a un menor coste que las nuevas de gas. Cerrarlas sería un error estratégico. Otra cosa es que funcionen más o menos horas, pero suponen una cobertura muy importante para asegurar el abastecimiento energético nacional.

Honorato López Isla, vicepresidente de  Unión Fenosa.
Honorato López Isla, vicepresidente de Unión Fenosa.MIGUEL GENER

"La tarifa frena la competencia en el mercado doméstico"

P. Los consumidores se quejan de una falta de competencia real en el suministro eléctrico.

R. La liberalización, en general, está marchando bien. Hablamos de tres áreas: generación, distribución y comercialización. Dentro de estas áreas, transporte y distribución es claramente una actividad regulada, un monopolio donde se paga un peaje, una tarifa, y ya está. Pero las otras dos estan liberalizadas. En generación, se ofertan precios todos los días al mercado y del conjunto de esas ofertas sale un precio, y a ese mercado pueden acudir a comprar, y de hecho lo hacen, clientes y comercializadoras. Es decir, es un mercado liberalizado al 100%, aunque su operatividad pueda mejorar.

P. ¿Qué pasa entonces con la comercialización?

R. Pasa que aunque el mercado esté liberalizado, hay una tarifa con la que es difícil competir. Si yo como cliente tengo una tarifa con la que me hallo cómodo, y además sé que no deja un gran margen para que otros mejoren su precio, no voy a cambiar. Carezco de incentivos para abandonar el mercado regulado. Aún así, el 35% de la energía se mueve ya en el mercado liberalizado, y además cambia mucho de comercializador. Hay concursos de abastecimiento y distintos suministradores que presentan ofertas. Eso funciona y si no que se lo pregunten a muchos industriales y a pequeñas y medianas empresas. Lo que es muy difícil es que esa comercialización liberalizada, como consecuencia de la tarifa, llegue al mercado doméstico. Y no sólo por falta de un incentivo económico, sino porque además la calidad del producto no depende del comercializador, sino del distribuidor.

P. Las empresas tampoco hacen un gran esfuerzo por llevar la liberalización a los hogares.

R. No podemos. Primero porque el margen es muy escaso y segundo porque no podemos ofrecer al cliente, más allá del gas, un producto diferenciado. Ofrecer servicios para el hogar no es el camino. Los consumidores no los necesitan o los tienen contratados con empresas especializadas.

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