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Tribus cristianas matan a cientos de musulmanes en Nigeria

La violencia entre las dos comunidades ha causado 10.000 muertos desde 1999

El balance de muertos en las violencias interétnicas del pasado domingo en la localidad nigeriana de Yelwa asciende a por lo menos 630, según testigos y un representante de la Cruz Roja local. El presidente, Olusegun Obasanjo, ordenó el envío de 660 policías para restablecer el orden. El miércoles, otras 25 personas murieron cuando la policía abrió fuego contra un grupo que desobedeció las órdenes de dispersarse, según un periódico local.

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El primer balance oficial, el pasado lunes, anunciaba unos setenta muertos. Ayer, cuando el primer equipo de la Cruz Roja llegó a Yelwa, tuvo que atender a cientos de personas con heridas de balas y de machete. "Llevaron todos los cuerpos a la residencia del jefe de la tribu y los enterraron detrás de la casa", afirmó Umar Abdu Mamairiga, de Cruz Roja. Un responsable local enseñó un terraplén de unos 50 metros de largo por 10 de ancho, que sirvió, según dijo, de fosa común para unas 630 víctimas. Según varios habitantes, algunas personas fueron enterradas detrás de sus casas. En las calles, se veían todavía algunos cadáveres.

El pasado domingo, según el relato de testigos, un grupo de la tribu cristiana de los taroks atacó la localidad de Yelwa que se encuentra en el Estado de Plateau, a unos 250 kilómetros de la capital federal, Abuja, y donde vive un grupo de la etnia musulmana de los fulanis. Los asaltantes usaron armas automáticas y machetes.

El Gobierno envió refuerzos policiales y militares a la zona e impuso el toque de queda nocturno. Los servicios de seguridad tienen la orden de abrir fuego contra quienes cometan actos de violencia o desobedezcan sus órdenes. Según el periódico local Champion, la policía mató el miércoles a 25 personas cuando se encontraban sentadas en la vía pública discutiendo los incidentes del fin de semana.

No se trata del primer incidente en la región. El pasado febrero, un centenar de taroks fueron asesinados a manos de los fulanis. Algunos de ellos fueron masacrados cuando se encontraban en una iglesia. El número de muertos en los últimos tres meses supera el millar. Las dos tribus se enfrentan tradicionalmente para el control de las fértiles tierras de la región. Los taroks son agricultores sedentarios y los fulanis, pastores muchas veces nómadas. A este conflicto territorial e interétnico se han sumado las tensiones religiosas entre cristianos y musulmanes que se extienden a la mayor parte del país.

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Nigeria, el país más poblado de África con unos 130 millones de habitantes que se integran en más de 200 grupos tribales, está casi dividido en dos. El norte está mayoritariamente poblado de musulmanes y el sur, de cristianos, pero en ambas regiones se encuentran numerosas minorías. Desde la introducción de la Sharia (la ley islámica) en los 12 Estados del norte en 1999, se calcula que las violencias entre las dos comunidades han causado más de 10.000 muertos. El Gobierno ha tenido que declarar el estado de emergencia en el norte y ha enviado tropas a la zona.

Tras el ataque del domingo, el máximo líder musulmán del país, Addulkadir Orire, denunció un auténtico "genocidio", ya que la mayoría de la víctimas son "mujeres y niños indefensos, ametrallados indiscriminadamente".

Dos mujeres musulmanas, ante varias viviendas quemadas durante la masacre, el miércoles en Yelwa.
Dos mujeres musulmanas, ante varias viviendas quemadas durante la masacre, el miércoles en Yelwa.ASSOCIATED PRESS

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