Los corales, víctimas del cambio climático
El aumento de dióxido de carbono acidula el agua y reduce los carbonatos para los esqueletos
El cambio climático actúa sobre las colonias coralinas igual que un mal implacable afecta a un organismo ya debilitado por dolencias graves. Los expertos están preocupados. "Los arrecifes de corales están en una situación desesperada en todo el mundo. Un 25% ya se ha destruido y más del 50% será devastado más allá del punto de recuperación en los próximos 30 años", señala Richard B. Aronson, vicepresidente de la Sociedad Internacional de Estudios de Arrecifes. Él es uno de los científicos autores del informe Arrecifes de corales y cambio climático, auspiciado por el Pew Center estadounidense y presentado en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), celebrada el mes pasado en Seattle (EE UU).
Las colonias de estos animales han sido estables durante los últimos 3.000 años
El aumento de la temperatura del agua hace a los corales más vulnerables al 'blanqueo'
Los corales están ya en dificultades en todo el mundo debido a la presión implacable de la población humana, al exceso de capturas, al impacto del turismo y del desarrollo costero, a la contaminación y a las enfermedades que sufren. Además empieza a notarse el impacto del calentamiento global. Por ello, los especialistas hablan de la crisis coralina, recuerda el informe, que advierte: "La tasa y naturaleza de los cambios ambientales exceden la capacidad adaptativa de los organismos y comunidades de los arrecifes de corales".
Los impactos esenciales del cambio climático en estos ecosistemas son el aumento de la concentración de dióxido de carbono (CO2 ) en la atmósfera y el calentamiento del agua, explicaron los científicos en Seattle, en una sesión sobre los últimos avances en la investigación de corales.
Al aumentar las emisiones de CO2 aumenta su disolución en el mar, el agua se hace más ácida y baja la concentración de carbonatos, explicó Joan Kleypas, del NCAR (National Center for Atmospheric Research). "Esto es muy importante porque los corales y otros organismos utilizan los carbonatos, en forma de carbonato cálcico, para formar sus esqueletos", señaló esta científica, una de las autoras del informe Pew. Al fin y al cabo los arrecifes son formaciones geológicas construidas de esqueletos acumulados de animales y plantas, predominantemente en los mares tropicales y subtropicales del planeta.
Por otra parte, el incremento de la temperatura del agua hace a los corales más vulnerables al llamado blanqueo, un problema alarmante porque ya están sufriendo serios episodios de este efecto nocivo que los debilita o incluso mata. El blanqueo se debe a la pérdida de algas simbióticas en las colonias de los corales, cuyo color normalmente depende de los pigmentos de dichas plantas.
"En algunas especies de corales, el blanqueo es una estrategia ecológica que permite al animal reducir la dependencia del alga cuando las condiciones de luminosidad y capacidad fotosintética disminuyen", explica Ricardo Aguilar, director de Investigación y Proyectos de la asociación Oceana en Europa. "De este modo, algunos corales pueden distribuirse por distintas profundidades y presentar diferentes tonalidades. En otros corales, como los tropicales de aguas claras y poco profundas, el blanqueo suele deberse, entre otras causas, al incremento de la temperatura del agua u otros factores ambientales. Este efecto reduce la posibilidad de que la colonia animal reciba los beneficios simbióticos que aporta el vegetal, tales como energía, azúcares, apoyo en la construcción del esqueleto aragonítico, etcétera, reduciendo su éxito específico y pudiéndole provocar la muerte".
Los corales se recuperan de episodios de blanqueo, pero su capacidad de respuesta se reduce mucho al aumentar la frecuencia o intensidad del problema.
"Los arrecifes de corales son uno de los ecosistemas con mayor biodiversidad de la Tierra, y proporcionan el hábitat para aproximadamente el 25% de las especies marinas. Además estos suponen importantes beneficios económicos a través del turismo y la pesca", recordaron los especialistas en la reunión de Seattle. "Las actividades humanas, incluido el desarrollo de áreas costeras, la sobrecaptura y la contaminación han contribuido a una pérdida global superior al 10% de estos valiosos ecosistemas. Otro 15% se ha perdido por el calentamiento de la superficie oceánica; y el cambio climático contribuirá más aún a la degradación de los arrecifes de corales en las décadas venideras", dice el informe Pew.
Los científicos puntualizaron que aunque el aumento de la temperatura del agua, y la consiguiente extensión de los mares cálidos, puede suponer una ventaja para ciertas especies de corales en algunas regiones específicas, sus efectos serán muy limitados, mientras que la inmensa mayoría de los impactos son negativos. Es difícil precisar la respuesta de los corales al cambio climático porque no hay precedentes del mismo y sus efectos esperados en la historia evolutiva de los modernos corales, unos 50 millones de años, coincidieron los especialistas.
El grupo de Aronson, científico marino del Dauphin Island Sea Lab, se dedica a reconstruir la historia de poblaciones de corales analizando los testigos sacados de arrecifes. Introducen tubos en el fondo del mar y los extraen para ir leyendo en cada capa la secuencia temporal de acontecimientos de estas poblaciones. Sus resultados, a punto de ser publicados, indican que las poblaciones de corales han sido estables y han sobrevivido en los mismos lugares durante al menos 3.000 años, anticipó Aronson en Seattle. "En los últimos tiempos, se han alterado cada vez más los ecosistemas tropicales por la contaminación, la sobrecaptura y el cambio climático. Desde 1980 parece que los arrecifes han sobrepasado el límite. [...] De repente, se empezaron a observar episodios de blanqueo de corales así como extensas epidemias infecciosas. Estos fenómenos mataron a poblaciones enteras de corales en los años noventa y el blanqueo y las enfermedades siguen devastando los arrecifes hoy en día", señaló.
El cambio climático también afecta, en combinación con la minería en los fondos marinos y la pesca con redes de arrastre, a los corales de profundidad, que se extienden entre 200 y 3.000 metros de profundidad y alcanzan latitudes tan altas como el norte de Europa. Ante esta situación, 1.136 científicos de 69 países han pedido a la ONU la urgente protección de estos corales en un manifiesto impulsado por el Marine Conservation Biology Institute. En algunas zonas podría haberse perdido ya entre el 30% y el 50% de estos valiosos ecosistemas.
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