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EL OJO PÚBLICO | ELECCIONES 2004
Columna
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Olga Viza no es lo mismo

El candidato a presidente de los Estados Unidos, el gobernador demócrata Michael Dukakis, perdió el debate televisado cara a cara con el candidato republicano, George Bush, y con esa derrota, aseguran los expertos en marketing electoral, la contienda por la Casa Blanca en noviembre de 1998. ¿Cuál fue el patinazo de Dukakis? Su ambigüedad y falta de firmeza al definirse frente a la pena de muerte impuesta al autor de un acto criminal.

Ayer, la periodista Olga Viza se estrenó en un nuevo formato de noticias semanal en Tele 5. Entre sus historias incluyó un reportaje sobre Mariano Rajoy y su esposa, Elvira, y otro sobre José Luis Rodríguez Zapatero y su mujer, Sonsoles. Tras una entrevista de perfil de ambos candidatos, en la cual sus respectivas esposas mantuvieron una aparición decorativa -ambas defienden su abstinencia electoral, aunque la esposa de Rajoy aceptó sentarse a la mesa mientras su marido respondía algunas preguntas- la periodista hizo un cara a cara virtual.

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Ambos candidatos se sometieron, por separado, al mismo cuestionario. Fue una escena impagable, y, aunque puede sonar arriesgado, uno puede descontar que difícilmente ya se pueda ver un cara a cara más cercano a la realidad en lo que queda de campaña, que es mucho.

Si el debate virtual moderado por Olga hubiera sido un cara a cara real, ¿cuál habría sido el resultado? Sobre gustos, ya se sabe, no hay nada escrito. La distancia percibida en ese enfrentamiento virtual entre ambos candidatos a La Moncloa es la que, mira por dónde, va desde Aries, signo del zodíaco al que pertenece Mariano Rajoy, a Leo, al que pertenece José Luis Rodríguez Zapatero. Y esa distancia, si se evoca aquel decisivo debate entre Bush padre y Michael Dukakis, estuvo en una pregunta tan inofensiva como endiablada.

"'Qué haría usted si se encontrara en la calle con Mikel Antxa, el jefe de ETA?", inquirió la periodista. Rodríguez Zapatero: "No le miraría la cara". Rajoy: "Llamaría a la policía para que le detengan". La blanda respuesta, tan honesta como intelectual, de Rodríguez Zapatero, quedó en evidencia ante la decisión de Rajoy, muy de Aries y también muy propia del Partido Popular.

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Este reportaje, grabado hace algunos días, contrasta con un ajuste fino en las intervenciones, cada vez más duras en los discursos de Rodríguez Zapatero. Su respuesta ayer a la acusación lanzada el primer día de campaña por Rajoy sobre su falta de principios, resultó dan demoledora como convincente.

Algunos de los 10 mandamientos que lanzó desde Alicante, como el de "no matarás" para aludir a la política del partido y del Gobierno del PP en la guerra de Irak, o el de "no mentiras" al recordar la gestión de la catástrofe del Prestige, son directas, políticas y menos intelectuales que su espontánea y cándida respuesta a la pregunta de que haría si se cruzara con Mikel Antxa en la calle.

La cobertura de la primera cadena de TVE ayer mantuvo su orientación inaugural del viernes 17, donde la nieve manda. Solo cuando habían pasado 22 minutos, el presentador, José Ribagorda, dio entrada a la campaña electoral, a Rajoy en Menorca y Mallorca, y a Rodríguez Zapatero en Alicante. Cuatro minutos para Rajoy. Algo de mella debe sentir el candidato popular y sus asesores cuando ha traído el tema del debate con Rodríguez Zapatero. Según dijo, estaba dispuesto a ir a una televisión, sentarse hasta en un taburete si frente a él, Rajoy, tomaban asiento en los sillones Rodríguez Zapatero, Josep Lluís Carod-Rovira, Llamazares y, también, Labordeta. "Dicen que la campaña electoral es aburrida. Con este debate le daríamos ambiente", dijo Rajoy.

El telediario de la primera cadena es el espejo del objetivo del PP en esta campaña. Una campaña de baja intensidad, retransmitida con sordina.

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