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El Vaticano pide a la industria que abarate los fármacos antisida

Un superior jesuita acusa a las multinacionales de "acción genocida"

Enric González

El Vaticano, que condena el uso del condón para prevenir el sida, anunció ayer una campaña de captación de donaciones para luchar contra el sida en África y criticó con dureza a las compañías farmacéuticas. El arzobispo alemán Paul Josef Cordes, presidente del Consejo Pontificio Cor Unum, afirmó que había que ejercer "presión" sobre las farmacéuticas para que bajaran los precios de los medicamentos antisida. El médico jesuita Angelo d'Agostino acusó a esas empresas de cometer una "acción genocida".

El acto de presentación del mensaje de Juan Pablo II para la próxima Cuaresma, en el que se hacía referencia al problema del sida, se convirtió en una denuncia pública contra el sector farmacéutico. D'Agostino, director del centro médico religioso Nyumbani, en Nairobi (Kenia), fue especialmente crítico. "Hoy, en Kenia, mueren cada día al menos 400 personas a causa del sida. En Europa y Norteamérica, en cambio, esa ya no es una enfermedad mortal, sino una enfermedad crónica. Ello se debe", siguió, "a la acción genocida del cartel de las empresas farmacéuticas, que se niegan a hacer las medicinas más baratas para los africanos, pese a haber declarado unos beneficios de 517.000 millones de dólares en 2002". "Se trata de una cuestión moral que demuestra la falta de conciencia social de esas compañías capitalistas", concluyó.

El arzobispo Cordes, coordinador de la acción caritativa del Vaticano, pidió a todos los católicos del mundo donaciones para el centro Nyumbani y "presión" sobre las farmacéuticas. El hospital del médico jesuita D'Agostino en Nairobi trata actualmente a más de mil huérfanos seropositivos, gracias a medicamentos regalados por Brasil.

El dolor de los niños

El mensaje papal hablaba de la necesidad de dotar de medicinas genéricas baratas a los países africanos y se refería al sida padecido por los niños como una enfermedad que planteaba "una gran pregunta sobre la bondad del Padre celestial: ¿qué mal han hecho tantos pequeños para sufrir como sufren?".

Tanto el mensaje como las declaraciones del presidente de Cor Unum y del doctor D'Agostino contrastaban con la posición del Vaticano acerca de los preservativos como sistema de prevención del contagio del sida. El papa Juan Pablo II nunca ha considerado aceptable el uso de condones, incluso para evitar la propagación de la enfermedad. Oficialmente, la jerarquía católica sostiene que la abstinencia y la fidelidad son la única forma de luchar contra el síndrome de inmunodeficiencia adquirida. El propio arzobispo de Nairobi, Rápale Ndingi, difunde el mensaje de que los preservativos no son útiles y afirma que el sida ha alcanzado niveles de pandemia en África precisamente por la disponibilidad de condones. Algunos cardenales, como el holandés Godfried Daneels, opinan, en cambio, que no es lo mismo usar el condón para evitar un embarazo que usarlo para evitar una muerte, y señalan que si una persona es seropositiva tiene la obligación de proteger a su pareja.

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