Israel relaciona los ataques con la "ola de antisemitismo" que recorre Europa
Sharon envía equipos de rescate y ofrece ayuda policial para detener a los culpables
El doble atentado de Estambul ha sacudido a la sociedad y al Gobierno israelíes no sólo porque el ataque iba dirigido contra la comunidad judía, sino porque, además, ha golpeado a un país amigo: Turquía es uno de los pocos aliados con los que cuenta Israel. El portavoz del Gobierno de Ariel Sharon acusó ayer a algunos países europeos de ser corresponsables del doble atentado al impulsar una ola de antisemitismo y de críticas contra Israel. El comunicado de condena ofrecía también al Ejecutivo turco un equipo policial para detener a los culpables, así como ayuda humanitaria y de equipos de rescate.
"Estos ataques terroristas contra las dos sinagogas se inscriben en el contexto de las recientes incitaciones al odio hacia Israel y los judíos en el mundo árabe, y a la luz de las declaraciones antiisraelíes y antisemitas constatadas estos últimos meses desde ciertas capitales europeas", aseguró ayer el ministro de Exteriores, Silvan Shalom, en unas declaraciones a la radio.
El jefe de la diplomacia israelí aseguró, además, que el atentado de ayer en Turquía formaba parte de una campaña de terrorismo global que con anterioridad había golpeado, entre otros lugares, a Mombasa (Kenia), Bali (Indonesia) y Riad (Arabia Saudí), por lo que reclamó a toda la comunidad internacional "tomar medidas adecuadas y usar todos los medios para combatir el terrorismo, detener a los autores y llevarlos ante los tribunales de justicia".
El primer ministro, Ariel Sharon, en un tono más comedido y menos polémico, expresó también su "dolor" y "emoción" en un mensaje personal dirigido a los responsables del Gobierno de Turquía. Por esta razón, el Ejecutivo israelí acompañó todas estas notas oficiales de condena y dolor con dos propuestas concretas: la primera, enviar equipos de ayuda humanitaria y de rescate; la segunda, ofrecer una grupo policial que estaría dispuesto a desplazarse a la zona para ayudar a la policía turca en sus pesquisas.
Israel y Turquía mantienen desde hace décadas estrechas relaciones en todos los sectores comerciales, económicos y, desde hace siete años, incluso militares, lo que ha provocado las críticas airadas de países musulmanes. Los pactos militares suscritos entre Israel y Turquía, bajo la tutela de Estados Unidos, han venido permitiendo la organización de maniobras aéreas y navales en aguas de Turquía, así como la utilización por parte de los F-16 israelíes del espacio aéreo de Anatolia, donde sus pilotos llevan a cabo usualmente vuelos de entrenamiento.
Las relaciones militares han permitido también la puesta en marcha de importantes proyectos conjuntos de ingeniería bélica, entre los que se encuentra un contrato de modernización de helicópteros y carros de combate en Israel, por un monto total de 800 millones de dólares. Estos contratos, que datan de 1996, han sido mejorados en el transcurso de las visitas que Sharon ha girado a Turquía.
Las relaciones institucionales entre Turquía e Israel, sin embargo, se han venido enfriando a partir del último año, como consecuencia de la llegada al poder del Partido de la Justicia y el Desarrollo, de origen islamista, y el recrudecimiento de la Intifada. Este distanciamiento llevó al Ejecutivo de Ankara a rechazar hace pocas semanas una visita de Ariel Sharon, alegando que el jefe de Gobierno turco tenía una agenda "muy cargada".
Todas estas reticencias políticas no han logrado, sin embargo, dañar la trama de relaciones comerciales y sobre todo personales. Turquía mantiene viva en su territorio desde hace más de 500 años una comunidad judía, que hoy la componen más de 35.000 personas, de las que 27.000 viven en Estambul, en los barrios lujosos de Maçka, Sisli o Nisantasi. Los judíos son la minoría más importante del país después de la Armenia.
La comunidad judía asentada en Turquía proviene en su mayoría de España, de donde fue expulsada en el siglo XV, y adonde una parte volvió a principios del siglo pasado, en plena conflagración europea, bajo la protección del rey Alfonso XIII. Un sector importante de esta comunidad, oriunda de Turquía, se instaló en Barcelona. Otro sector importante de esta comunidad se instaló en Israel, donde continúa manteniendo sus costumbres y su lengua, el ladino (español arcaico).
Turquía era, además, destino habitual de vacaciones para millares de familias israelíes que habían elegido un país que consideraban tranquilo y alejado de atentados.
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