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Entrevista:PAUL FORMAN | Historiador de la ciencia

"Hoy la ciencia se valora simplemente como un componente de la tecnología"

Paul Forman es conservador de física del siglo XX en el Museo Nacional de Historia Americana, de la Smithsonian Institution, en Washington. Licenciado en física, este discípulo de Thomas Khun, con quien hizo el doctorado en la Universidad de Berkeley, es uno de los más importantes historiadores de la física del siglo XX. Forman (Filadelfia, Estados Unidos, 1937), es autor de pocos trabajos, pero extraordinariamente influyentes, como es el caso de Cultura en Weimar, causalidad y teoría cuántica, 1918-1927:

adaptación de los físicos y matemáticos alemanes a un ambiente intelectual hostil. Además están sus estudios sobre el desarrollo de la electrodinámica cuántica después de la Segunda Guerra Mundial y cómo este desarrollo se vio influido por los intereses militares. Ha estado en Madrid para dar una conferencia sobre la nanotecnología como tecnociencia posmoderna en la Residencia de Estudiantes y para impartir una clase en el seminario Ciencia y Cultura de la Universidad Autónoma de Madrid.

"Una cultura, una sociedad, tiene la ciencia que quiere tener"
"La nanotecnología supone la reorientación de la física al estilo de la biología"

Pregunta. ¿Está de acuerdo con la afirmación de que la biología ha arrebatado a la física el reinado de la ciencia en la segunda mitad del siglo XX?

Respuesta. Bueno, estoy más capacitado para decir lo que piensan los físicos de eso de lo que lo estoy para decir qué es lo que realmente ocurre. Pero sí, es bastante evidente que la biología, y especialmente la microbiología, ha tenido grandes éxitos durante la segunda mitad del siglo XX; de hecho, hay áreas de la biología, las más tradicionales, que se ven a sí mismas muy discriminadas. El punto más alto de la física fue quizá hacia 1960, por lo que sólo durante el último tercio del siglo la biología se ha conformado como principal área de inversión y promesa técnica.

P. ¿A qué puede deberse eso?

R. Quizá, entre otra razones, creo que es importante señalar que mientras los físicos se concentraron en los grandes principios y en los conceptos integradores, los biólogos lo hicieron en tareas muy prácticas, en elaborar mecanismos de la vida, y a ello se deben los enormes éxitos con los proveedores de fondos, fundamentalmente los gobiernos. Y lo que se empieza a ver ahora es una reorientación de la física, de los físicos, a una concepción de la ciencia similar a lo que hizo exitosa la biología.

P. ¿La nanotecnología es la respuesta de los físicos al proyecto genoma?

R. Sí, eso está bien formulado. La nanotecnología es un área de investigación definida no por principios de explicaciones científicas sino por asuntos prácticos de construcción de mecanismos a escala atómica, y está vendiéndose como la tecnología esencial, como así se vendió el proyecto genoma, como clave esencial de la vida y la salud. Creo que supone una reorientación sustancial para los físicos.

P. ¿Pueden encontrarse la biología y la física en la bionanotecnología?

R. Ciertamente vemos cada vez más actividad en esa dirección, hay institutos creados con este fin. Por ejemplo, en la Universidad de Cornell, financiado por un gran filántropo, Keck, que ha costeado algunos de los grandes telescopios ópticos del observatorio de Hawai. Quizá el señor Keck espera la extensión de su vida indefinidamente.

P. ¿Considera que científicos con culturas diferentes hacen ciencia diferente?

R. Creo que sí, en efecto. Sin abandonar el realismo modernista, creo que uno puede decir que la práctica de la ciencia, la forma de conocimiento cuyas creaciones son estimuladas y apoyadas, está condicionada culturalmente de manera muy clara. Incluso determinada, y esto en un sentido cuantitativo se hace más y más cierto a medida que la ciencia es cada vez más una empresa social, cultural, política, económica. Esto no impide la existencia de actividades científicas motivadas por otras orientaciones, pero en un sentido cuantitativo una cultura, una sociedad, tiene la ciencia que quiere tener.

P. ¿Qué queda del paradigma de Thomas Kuhn?

R. ¿Hay alguien que todavía use el termino paradigma? Mi opinión es que la palabra no se usa tanto como hace dos décadas y que el significado que tenía para Kuhn era el de una empresa simple e integradora, al menos dentro de cada disciplina científica. Para él había en cada tiempo una sola física, materializada por el paradigma reinante, y es exactamente ahí donde nuestra experiencia está en discordia con el concepto de Kuhn. Lo que hemos llegado a ver en la física es la negación de un solo paradigma, incluso en la teoría física más avanzada, en los conceptos de la teoría de campos, en donde hay un paradigma para cada régimen de energía. Se ha abandonado el concepto reduccionista y se han establecido paradigmas múltiples. El aparato completo del paradigma, del concepto como integrador de la actividad de la disciplina científica, ha resultado corresponderse poco con la realidad. Además, el propio ideal de disciplina, que inspiró el concepto de Kunh, era realmente inseparable de su concepto de paradigma como una institución social que determina la vida y la visión de los científicos.

P. ¿Qué relación establece usted entre la ciencia y la técnica?

R. El concepto modernista de la relación entre ciencia y tecnología era el de una ciencia por encima de la tecnología, por encima en todos los sentidos, en la jerarquía de valores, en la mayor visión, guía y dirección; la tecnología estaba debajo, subordinada, derivada de la ciencia. En la posmodernidad esta relación se ha invertido, aunque no completamente, porque en la posmodernidad no hay jerarquías de ninguna clase, de forma que todas las actividades humanas y culturales están en el mismo nivel.

Pero, en efecto, se ha invertido porque los medios culturales están fuera de lo abstracto, de lo general, de los principios de la lógica, y mucho más en lo práctico, utilitario, instrumental, intuitivo, subjetivo, y esto ha llevado al prejuicio de favorecer más a la tecnología que a la ciencia. Lo tecnológico es el punto de referencia, de orientación y valores, y esto nos devuelve a su pregunta por la relación entre física y biología.

P. ¿Por qué?

R. Porque lo que uno ve ahora es que la ciencia se valora simplemente como un componente de la tecnología, y la tecnología no es meramente un medio para hacer ciencia sino que la tecnología se convierte también en el propósito de la ciencia; es la que establece los objetivos y orienta la actividad científica, que ya no está concebida como provista de sus propios fines u objetivos intrínsecos porque sin una concepción jerárquica del conocimiento, sin una noción de la verdad científica, sin la creencia en el modo disciplinar de vida, la ciencia es incapaz de crear sus propios fines y la tecnología se convierte en el instrumento indispensable, en el propósito indispensable para la actividad científica.

Paul Forman, en la Residencia de Estudiantes en Madrid.
Paul Forman, en la Residencia de Estudiantes en Madrid.MIGUEL GENER

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