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Reportaje:

Un quitamiedos para Minerva

El Círculo de Bellas Artes busca proteger la magna terraza donde habita la diosa y convoca un concurso entre los arquitectos

La estatua madrileña, guerrera y negra, de la diosa Minerva puede descansar tranquila. Su vértigo, el que le procura verse encumbrada sobre la atalaya del Círculo de Bellas Artes, va a ser conjurado. Los arquitectos madrileños pueden presentar hasta el 20 de diciembre proyectos a un concurso de ideas que les invita a diseñar un cerramiento artístico de la planta donde la diosa itálica, protectora de Roma, matrona de la artesanía y de las escuelas, contiene la respiración. Pese a ello, Minerva disfruta de una de las vistas más transparentes de Madrid. Desde su enhiesto porte, que cincelara el escultor gaditano Juan Luis Vassallo en los años 60, el techo ciudad entera parece estar al alcance de todas las manos.

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Antonio Palacios, el gran alarife nacido en 1874 en Porriño, que ideara el magno edificio madrileño entre las calles de Marqués de Casa Riera y Alcalá en 1919, al culminar su obra en 1927 dejó alrededor de esa terraza un peto perimetral de apenas 95 centímetros de grupa, que jalona ese elevado espacio, de unos 650 metros cuadrados de superficie.

Junto a dos lucernarios, surge sobre tal terraza un castillete columnado en su remate, que singulariza la proa de esa suerte de bajel de la vida cultural madrileña que es el Círculo de Bellas Artes. Para brindar el gozo de la misma visión de Minerva a los madrileños y futuros visitantes que lo deseen, el Círculo pidió a la empresa Technal, y ésta encargó a su vez a la compañía Arquidec, que convocaran a los arquitectos más imaginativos. El propósito era el de ganar para visitas colectivas, ya seguras con el cerramiento, ese espléndido espacio aéreo de la ciudad, prudentemente visitado por invitados célebres de la institución cultural como recientemente hizo el pensador alemán Jürgen Habermas. Cineastas y publicitarios se disputan la terraza para sus rodajes.

"Son ya ochenta los estudios de Arquitectura de Madrid que han mostrado su deseo de concursar y han enviado sus proyectos", cuenta Alfonso Capdepón, ingeniero industrial que con el arquitecto Luis Baeza regenta la empresa Arquidec, autora del diseño del certamen. Se inclinan por una solución provisional, ponedera o desmontable, más que por un cierre definitivo de la terraza. La propuesta a los concursantes se refiere a "un elemento de delimitación conceptual", más que a un nudo muro de cierre del perímetro hoy abierto. "Hay que proteger a la gente que quiera contemplar Madrid desde allí arriba, sin menoscabar la espléndida visión que brinda", dice César Antonio Molina en nombre del Círculo de Bellas Artes.

Impone la entidad arquitectónica del edificio de Antonio Palacios, en otro de cuyos excelsos hitos de la calle de Alcalá, sus Cariátides parecen dialogar con la diosa Minerva desde el puesto de guardia al que fuera izada, fundida en bronce, por el escultor gaditano.

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La empresa de cerramientos y de carpintería Technal premiará con 4.500 euros al arquitecto que se alce con el palmarés. Su elección lo será por un jurado formado por Juan Miguel Hernández de León, presidente del Círculo de Bellas Artes y director de la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid; Antonio Patiño, Rafael Fernández del Amo y Luis Baeza, codirector de Arquidec. Particularidad de este concurso de ideas es su encauzamiento por el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, cuyos colegiados, así como las sociedades de arquitectos y estudiantes de Arquitectura precolegiados, podrán competir por un trofeo a conquistar en tan señero y madrileño lugar.

Otra de las sorpresas que el Círculo prepara es la recuperación de los dos ascensores que se elevaban entre la escalera marmórea, de bellísimo balaustre, que surca el interior del edificio de Antonio Palacios. "Fueron prohibidos por Industria hace treinta años; ahora, estudiamos instalar dos ascensores panorámicos, que accederían, precisamente, hasta las claraboyas de la terraza donde se alza Minerva", anuncia César Antonio Molina.

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