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González Pons aplaza el diseño del nuevo plan financiero universitario

El consejero anuncia una segunda liga deportiva entre campus

La joya del sistema universitario valenciano -el pionero Plan Plurianual de Financiación (PPF) que se acaba de exponer en la Comunidad de Madrid- se quedará en "situación de prórroga". El consejero de Educación, Esteban González Pons, acompañado del delegado de Gobierno, Juan Cotino, hizo estas declaraciones durante la inauguración del nuevo espacio deportivo de la Universitat de València (26.000 metros cuadrados) que ha dejado literalmente "a cero" el presupuesto de inversiones.

La retahíla de compromisos sobre la urgencia de rediseñar y "actualizar" al alza el modelo de financiación lanzados en diciembre en plena campaña -tanto por el Gobierno popular saliente, como por el entonces candidato y hoy presidente, Francisco Camps- se ha quedado en una declaración de intenciones que puede ser aliñada aún con el calificativo de "prórroga civilizada", si la Administración logra cerrar un acuerdo de mínimos consensuado con las cinco universidades antes de que acabe el año.

De momento, dejó claro que "la intención [del Consell] es prorrogarlo hasta que se establezca la futura Ley General Valenciana de Universidades", cosa que no ocurrirá antes del 2005. "El ejemplo a seguir es lo que se hizo con el sistema de financiación autonómico, que pasó de negociarse cada cinco años a un modelo estable en forma de ley", señaló en referencia al pacto alcanzado en 2001 por el ex ministro, Javier Arenas. Por el contrario, el consejero sorprendió, con el anuncio de otra "liga deportiva entre universidades" [ya existe la CADU], "de alto nivel" y con la "espectacularidad" y "el atractivo del deporte profesional para ser retransmitida".

Por su parte, el rector Francisco Tomás, que acudió al campus aún convaleciente, felicitó al promotor del espacio, el ex vicerrector Francisco Morales, y reiteró que con esta inyección de casi 7 millones de euros la Universitat ha agotado hasta el último céntimo que tenía del también agotado plan de inversiones, que venció a final de 2001. Tomás enfatizó que las instalaciones eran necesarias "para la calidad de vida" de un campus con 18.000 alumnos y un millar de docentes y administrativos.

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